Por José
Natanson
La táctica de apriete
que puso en marcha el Gobierno para forzar a los gobernadores peronistas
a que firmen el acuerdo podría dar algún resultado. Ayer,
un día después de las apocalípticas declaraciones
de Chrystian Colombo y del pacto con los mandatarios de la Alianza, la
Jefatura de Gabinete recibió señales de los jefes de algunas
provincias, que le pedían retomar las negociaciones. Vengan
y firmen. No vamos a hacer otro acuerdo, fue la respuesta de los
operadores oficiales. Por eso, después de una semana de tortuosa
negociación, en el Gobierno confían en que los caciques
peronistas podrían aceptar sellar el pacto mañana, cuando
Fernando de la Rúa retorne de su viaje por Panamá.
El jueves pasado, la situación había llegado a un punto
crítico. Cansados de que los peronistas sumaran cada vez más
demandas, la primera plana del Gobierno se reunió en la Casa Rosada
y decidió ponerle un corte a la negociación. Por eso, al
día siguiente Colombo dramatizaba las consecuencias de un fracaso
total en las conversaciones mientras el Gobierno firmaba un acuerdo con
los gobernadores aliancistas. Sin embargo, contra lo que suponía
el oficialismo, lejos de arrugar el PJ respondió difundiendo un
documento paralelo que contenía una serie de demandas imposibles
de aceptar.
Ayer, sin embargo, las cosas parecieron acomodarse un poco. Por la mañana,
Colombo continuó con su estilo metafórico para describir
la situación: No es bueno fumar dos cigarrillos en una destilería
y espero que nos bajemos rápido de la cubierta del Titanic,
dijo el jefe de Gabinete.
Poco después recibía llamados de un puñado de gobernadores
de las provincias del Noroeste, alarmados por el tono de sus declaraciones
y por la interrupción del diálogo. Son justamente los jefes
de los distritos más chicos y empobrecidos quienes necesitan con
mayor urgencia llegar a un acuerdo: no tienen ambiciones presidenciales,
el cuadro económico de sus provincias es crítico y la situación
social puede desembocar en un estallido en cualquier momento. En este
sentido, no fueron casuales las declaraciones del gobernador de Salta,
Juan Carlos Romero, que ayer dijo que estamos muy cerca de arribar
a un acuerdo. Tampoco las del formoseño Gildo Insfrán,
quien se mostró optimista respecto de llegar a un compromiso
en los próximos días.
En cuanto a los distritos más grandes, los funcionarios del Gobierno
creen que también ellos terminarán cediendo. Los dos presidenciables
más notorios el cordobés José Manuel de la
Sota y el bonaerense Carlos Ruckauf vienen endureciendo sus discursos
en plena competencia por el liderazgo opositor. Sin embargo, un factor
sería clave para acercar posiciones con el Gobierno. El viernes,
Domingo Cavallo se comunicó con un puñado de gobernadores
del PJ para transmitirles un mensaje: sus fluidos contactos económicos
en el exterior le habían dicho que era imperioso firmar el compromiso,
sin el cual se complicaría la llegada del blindaje financiero (ver
reportaje a Cavallo). Hubo también contactos directos: De la Sota
recibió un llamado del vice del FMI, Stanley Fischer, quien le
sugirió cerrar cuanto antes la negociación.
Por eso, en el Gobierno están convencidos de que la solución
llegará mañana. Según decían ayer, las declaraciones
de Colombo sobre un fracaso definitivo, las advertencias del FMI y las
necesidades objetivas de las provincias la mayoría de cuales
tienen altos déficit y están obligadas a endeudarse
llevarán a los gobernadores del PJ a aceptar el acuerdo. No
les conviene quedar ante la sociedad como los únicos responsables
de un fracaso, especulaba uno de los negociadores oficiales. Y subrayaba
que el santafesino Carlos Reutemann dijo ayer que aceptaría el
acuerdo siempre y cuando cuente con el aval de la Legislatura de su provincia.
Claro que las cosas no son tan sencillas. Los caciques peronistas que
se contactaron ayer con Colombo le sugirieron volver a discutir la letra
chica del compromiso que el Gobierno firmó el viernes con los distritos
aliancistas, algo que el jefe de Gabinete no estaría dispuesto
a hacer. Ya discutimos bastante. No podemos modificar el documento.
Vengan y firmen, fue la respuesta del nuevo hombre fuerte de la
Alianza.
Más allá de las idas y vueltas, en el Gobierno creen que
el compromiso finalmente se sellará lunes: De la Rúa vuelve
mañana por la noche de su gira por Panamá y según
sostiene en la Casa Rosada los caciques peronistas quieren sentarse
con el Presidente una vez más antes de aceptar ponerle la firma
al acuerdo.
Menem vs. Graciela
El senador justicialista Eduardo Menem afirmó ayer que
el gobierno nacional demostró su incapacidad para manejar
los problemas sociales. Y, consultado sobre el rol de Graciela
Fernández Meijide al frente del Ministerio de Desarrollo
Social, señaló: No existe. Con estas declaraciones,
Menem sumó un escollo más a las complicadas negociaciones
entre el Gobierno y los gobernadores peronistas, que aún
no han aceptado firmar un compromiso para congelar los gastos primarios
y el déficit de sus provincias. Según aseguró
ayer el legislador, la decisión de los caciques del peronismo
de exigir el manejo de los recursos destinados a la ayuda social
y a los planes de empleo es consecuencia del mal manejo que hace
la Nación. El Gobierno ha demostrado su incapacidad,
por eso es que los gobernadores están pidiendo tener mayor
participación en esos programas, dijo Menem.
|
Entre Panamá
y Buenos Aires
Fernando de la Rúa continuó ayer con su visita a
Panamá, en donde se realiza la Décima Cumbre Iberoamericana
de jefes de Estado, de la que participan, entre otros, el cubano
Fidel Castro y el brasileño Fernando Henrique Cardoso (ver
foto). En la cumbre, el presidente argentino promovió la
creación de una organización para la protección
de los derechos de los niños sustraídos por uno de
sus padres en el marco de las Naciones Unidas. Tenemos cifras
alarmantes, dijo De la Rúa, que logró incluir
el tema en la declaración final. Sin embargo, no pudo desligarse
de los graves problemas económicos que atraviesa su gestión.
El canciller Adalberto Rodríguez Giavarini cargó contra
los gobernadores peronistas que aún se niegan a aceptar el
acuerdo propuesto por el Gobierno. Algunos creen que hay ganadores
y perdedores. Yo creo que todos ganamos o todos perdemos,
dijo el funcionario. Cuanto antes se llegue a un acuerdo mejor.
Nadie puede prever las consecuencias de la demora y los tiempos
son perentorios, sostuvo. Y agregó que, pese a la falta
de consenso interno, hay un apoyo internacional a las
medidas. Según aseguró ayer Rodríguez Giavarini,
el gobierno argentino recibió el respaldo de los presidentes
del Mercosur el brasileño Fernando Henrique Cardoso,
el uruguayo Jorge Batlle y el paraguayo Luis González Macchi
y del chileno Ricardo Lagos al paquete de medidas económicas
anunciado por el Gobierno.
|
|