Por Susana Viau
Fechado el 31 de julio de este
año, Pedro Pou envió su informe anual al Congreso. En 206
páginas más cuidadosas de la calidad del papel que de la
gramática, el presidente del Banco Central responsabiliza a la
prensa de la caída de los bancos Mendoza y República, propiedad
de Raúl Moneta, e incluye buena parte de sus disertaciones en foros
internacionales, todas destinadas a sustentar el proyecto de asociación
monetaria con Estados Unidos. Llama la atención que la presentación
del informe no haya provocado ni un leve estremecimiento en sus destinatarios,
sobre todo en quienes se encuentran alineados con el gobierno de la Alianza,
que ha rechazado a través del ministro de Economía, José
Luis Machinea, y del propio presidente Fernando de la Rúa la alternativa
de la dolarización.
En el apartado referido a las entidades restructuradas, Pou hace mención
al Banco Mendoza y afirma que El 5 de abril de 1999, la Superintendencia
designó veedores (...). Dicha medida se sustentó, entre
otros aspectos, en el considerable deterioro de la liquidez del Banco
Mendoza y la importante caída de depósitos registrada por
la entidad, que se produjo contemporáneamente a la difusión
de noticias periodísticas sobre la situación patrimonial
y financiera de la entidad, su controlante (Banco República) y
sus accionistas. Posteriormente sostiene, Banco
Mendoza solicitó al Banco Central que disponga la revocación
de su autorización para funcionar como entidad financiera (...).
Considerándose que no correspondía encuadrar a la entidad
en otro causal distinto al citado, el Banco Central dispuso revocar la
autorización (...) En consecuencia y de acuerdo con la legislación
vigente, el juzgado comercial competente es quien decidirá sobre
la forma de liquidación o cese de la actividad...
Acerca del Banco República, la evaluación de Pou es similar
a la anterior: La entidad no pudo revertir esta situación,
agravada por la pérdida sostenida de depósitos vinculada
con la difusión de noticias periodísticas que puso (sic)
en duda la solvencia de las entidades mencionadas (...). El informe
señala que el República presentó un plan de regularización
y con la instrumentación de esta propuesta y el subsiguiente
restablecimiento de la liquidez de la entidad, se propuso aprobar el plan
(...). El 9 de agosto de 1999, Banco República reinició
sus operaciones atendiendo normalmente sus obligaciones. A renglón
seguido aclara que las dos entidades poseían en general una
calificación Camel baja, principalmente 4 y 5. Al rehabilitarse
el República, Página/12 concurrió a su sede en varias
oportunidades. El edificio se encontraba vacío, a oscuras, con
la sola presencia de una guardia de seguridad. La rehabilitación
había sido un dibujo.
En el apartado dedicado a reproducir sus principales discursos,
Pou inserta la conferencia pronunciada en el BID. Allí, bajo el
subtítulo de Uniones Monetarias, se pregunta: Aceptamos
la idea que (sic) quizás no a todos los países les interese
producir automóviles o aparatos de TV y que sería conveniente
importar estos bienes de productores más eficientes. ¿Por
qué no deberíamos importar dinero del productor más
eficiente? ¿Por qué no deberíamos aplicar la misma
lógica con el dinero?.
En la Reunión de Presidentes de Bancos Centrales del Continente
Americano, disertó sobre Profundización de la Convertibilidad:
dolarización de jure. De salida nomás, el presidente
del BCRA aclara que sostendremos la tesis de que, pese a los enormes
éxitos de la convertibilidad, tanto en los resultados económicos
inmediatos como de los profundos cambios culturales que ha introducido,
subsisten algunos problemas que podrían ser corregidos mediante
la profundización del esquema de la convertibilidad vía
la dolarización de jure de la economía argentina, en el
marco de un acuerdo bilateral con los Estados Unidos. Más
adelante insiste: No creemos que para un país pequeño,
altamente integrado al mercado de capitales, con una economía bimonetaria,
el beneficio de tener una política monetaria independiente sea
tan importante como para compensar los costos que se deben pagar para
obtenerlo (...) La alternativa es la dolarización de jure.
Ante la Reserva Federal del Banco de Boston, Pou continuó con la
prédica dolarizante: Si los países emergentes se adhieren
a uniones monetarias con países con divisas de reserva, esto eliminará
los temores de riesgo cambiario y reducirá los problemas de descalces
de vencimientos y así, significativamente, los riesgos de liquidez.
En la Asociación de Bancos de la Argentina, Pou entonó la
misma copla: Me parece que un creciente conjunto de Acuerdos Monetarios
bilaterales entre los Estados Unidos y los países participantes
es un avance coherente y realista (...). En síntesis, considero
que los beneficios para los Estados Unidos así como para otros
países americanos por el hecho de aumentar el grado de Cooperación
e Integración Monetaria en el Hemisferio podrían ser muy
importantes. Todo lo que necesitamos hacer es estudiar seriamente las
diferentes alternativas y luego trabajar con miras a asegurar el fuerte
apoyo político que esta importante y trascendental reforma requiere
y merece.
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