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Otra cuenta secreta, con diez
millones, que la SIDE se olvidó

La Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos Tributarios y Contrabando está investigando otra cuenta secreta que los espías �olvidaron� revelar. Está en el Banco HSBC, tiene el número 0590-02815-2 y movió 10 millones.

La cuenta es de la Secretaría pero está a nombre de una de sus varias empresas fantasmas.

Por Raúl Kollmann e Irina Hauser

El dinero negro acumulado este año por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) no se agota en la cuenta clandestina de 22 millones de dólares que ya denunció la Sindicatura General de la Nación (SIGEN). Ahora la Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos Tributarios y Contrabando (Ufitco) está analizando otra cuenta bancaria secreta que el organismo ocultó y que tuvo un movimiento de 10 millones de pesos durante el primer semestre, mientras estuvo a cargo del área el banquero Fernando de Santibañes. El abogado del caso de los ex espías despedidos en febrero denunciará esta semana ante la Justicia que los más de 30 millones que la SIDE escondió habrían sido parte de un refuerzo presupuestario que recibió para afrontar las indemnizaciones que en realidad nunca pagó. Y que, contra las normas, la central estatal de inteligencia logra manejar dinero fuera de todo control poniendo sus bienes a nombre de sociedades privadas.
La cuenta recientemente descubierta está en el Banco HSBC (ex Banco Roberts) y es la número 0590-02815-2, según pudo establecer Página/12. Su lazo con la Secretaría de Inteligencia es claro: está a nombre del Instituto de Investigaciones Sociales SRL (IDIS), que tiene su sede en Avenida de Mayo 1370, piso 6º, oficina 133, ex propiedad de la agencia oficial de Noticias Saporiti y ahora patrimonio de la firma fantasma Tiumayu SA, que figura como titular de más de una decena de inmuebles de la SIDE. Tiumayu tiene su domicilio legal en Reconquista 672, la misma dirección donde funciona el estudio jurídico Archimbal, Bissoni, Carcavallo, Vila & Asociados. En mayo le fueron transferidos los activos de Osgra SRL, otra firma virtual que tuvo la titularidad de la mayoría de los inmuebles del organismo de inteligencia (ver aparte).
El primer informe sobre las estrategias de la SIDE para esconder sus millones lo realizó la SIGEN a mediados del mes pasado, en base a un pedido de la Oficina Anticorrupción (OA). El documento revelaba que la SIDE había declarado gastos que nunca hizo. En una cuenta del Banco Nación, consignó el organismo de control interno del Estado, había 22.283.052 millones guardados.
Aquella revelación terminó desencadenando la renuncia de De Santibañes y dejó al descubierto que la central de los espías cuenta con una masa de dinero disponible para hacer operaciones libremente, sin fiscalización alguna. No es un dato menor para la Justicia, que contempla la posibilidad de que el dinero para las supuestas coimas a senadores para votar la reforma laboral haya salido de la SIDE durante la gestión del banquero.
La Ufitco dio con los depósitos de 10 millones en el banco HSBC a partir de una denuncia anónima que, hasta el momento y según las verificaciones realizadas por los investigadores, demostró acercarse bastante a la realidad. La cuenta está a nombre del IDIS SRL (CUIT número 3357389424-9) y la persona autorizada a firmar por las operaciones bancarias es Fernando Coghlan (libreta de enrolamiento 4.449.523).
Todos estos datos están también en conocimiento de la SIGEN, repartición a cargo de Rafael Bielsa, que en octubre apuntó a señalar una posible malversación de fondos por parte del principal organismo de espionaje civil. El asunto tiene tres patas:
La SIDE dio sólo información parcial sobre sus cuentas públicas cuando se lo solicitó el juez Liporaci.
Hizo pasar por ya gastada una suma millonaria que tenía almacenada para fines desconocidos.
Tiene y tuvo cuentas a nombre de sociedades privadas (anónimas y de responsabilidad limitada), algo ilegal para los organismos del Estado.
A raíz del estado público que tomó la información sobre la primera cuenta detectada, De Santibañes demandó a Bielsa en el juzgado de Rodolfo Canicoba Corral por supuesta violación de secreto. Pero el síndico replicó en una presentación espontánea que “ninguno de los datos en los que se basó el informe era secreto: ellos fueron obtenidos en su totalidad de organismos oficiales. Tampoco existe secreto sobre la existencia de una cuenta bancaria porque el concepto de ‘secreto’ cubre cierto destino del gasto exclusivamente”. Indicaba inclusive que dos veces le pidió al Poder Ejecutivo que levantara la confidencialidad sobre los documentos y cuentas internas que sí están a resguardo por ley, pero ante la negativa se limitó a analizar “la información disponible y de carácter público, actuando en el marco de la Ley de Administración Financiera”.
La suma de los montos de las dos cuentas coincide con la cifra de alrededor de 30 millones que habría solicitado De Santibañes en febrero para saldar las indemnizaciones de los más de 1000 empleados despedidos. El abogado José Manuel Ubeira, que interviene en el caso, denunciará esta semana que el dinero no fue utilizado para los fines para los que fue solicitado y que, por ende, puede haber sido acumulado en cuentas secretas. Según explicó a este diario, también señalará que la SIDE pudo lograr esa maniobra gracias a la costumbre de poner sus propiedades a nombre de sociedades privadas, algo que está prohibido (ver aparte). “La SIDE violó el principio la división entre bienes públicos y privados, no puede tener bienes a nombre de una sociedad anónima o una SRL, eso viola el orden constitucional”, dijo Ubeira. En la presentación que hará ante la Justicia Federal denunciará no sólo a De Santibañes sino a Hugo Anzorreguy y al resto de los jefes de la SIDE de los últimos 20 años por incumplimiento de sus deberes como funcionarios y por fraude al Estado.
Mientras tanto, los investigadores que siguen el tema desde distintos organismos de control estiman que el dinero negro manejado por la SIDE en lo que va de este año podría superar por lejos los 30 millones registrados hasta ahora. Por ejemplo, la SIDE dice que pagó 8 millones de pesos en masa salarial. Sin embargo, algunas pericias indican que la cifra real de salarios sería apenas la mitad.

 

Problemas con testaferros

Recién después de echar a más de 1000 agentes, Fernando de Santibañes advirtió que tener propiedades a nombre de sociedades privadas no siempre redundaba en ventajas para la SIDE. José Daniel Salinardi, uno de los despedidos, figuraba como titular de Osgra, una firma virtual que tenía a su nombre la mayoría de los inmuebles del órgano de inteligencia. Salinardi había sido jefe de contrataciones de la SIDE hasta febrero de este año y desde 1982 aparecía como socio y apoderado de Osgra. En la secretaría se habían olvidado de ese detalle. Cuando se dieron cuenta, cuentan los espías, le pidieron varias veces que firmara el traspaso de los bienes, pero Salinardi se hacía el distraído. Paralelamente, en un juzgado de la provincia de Buenos Aires avanzaba una demanda por fraude contra Salinardi radicada por su propia ex esposa, Mónica Rodríguez. La jueza Gladys Zaldúa hizo lugar a la demanda y llegó a embargar propiedades de la central de espías. Por su parte, la SIDE demandó a Salinardi ante la jueza María Romilda Servini de Cubría y el fiscal Carlos Stornelli. Llegó a estar detenido, acusado de asociación ilícita junto a su ex mujer, el también ex agente de inteligencia Mario Márquez y la abogada Daniela Arias.

Con el nombre cambiado

En la presentación que hará esta semana ante la Justicia, el abogado José Manuel Ubeira denunciará que la SIDE manejaría fondos y bienes sin control, y que viola normas al tener propiedades a nombre de sociedadesprivadas. “La SIDE –explicó el letrado– utilizaba a algunos de sus empleados como integrantes de una SRL a los efectos de encubrir bienes del Estado. Ellos dicen que esos bienes figuraban en una sociedad de esas características a los fines de encubrir las actividades de inteligencia. Sin embargo, existe una ley vigente desde 1978 que es la de la Escribanía General de Gobierno, que permite a los organismos no anotar los bienes del Estado en el Registro Público de la Propiedad, lo que le permitía a la secretaría tener los mismos bienes sin acudir a ninguna sociedad privada.” Según Ubeira, cuando la SIDE denunció a los ex agentes que eran titulares de una de las firmas fantasma propietarias de inmuebles y a la abogada Daniela Arias lo hizo “para protegerse de una investigación sobre sus bienes”. “Queremos que la SIDE dé una explicación ante la Justicia Federal. El Estado no puede tener bienes encubiertos; todo indica que el dinero pactado para las indemnizaciones, que hasta ahora no se pagaron, fue canalizado por esos mecanismos.”

 

 

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