Por
Pablo Vignone
Desde Copenhague
Alessandro Donati tiene 53 años
y una vida llena de amarguras. No es para menos: se enfrentó al
poder omnímodo del deporte internacional durante las últimas
dos décadas. Entrenador de atletas de media y larga distancia,
ha denunciado como pocos la sistemática aplicación de estrategias
de doping en el deporte italiano y ha sufrido la vendetta del poder, que
ha querido involucrarlo en un caso falso para dañar su reputación
y atenuar sus críticas. Donati es escéptico del futuro,
respecto al deporte y también a sí mismo. Mire esta
semana las noticias italianas pide, como si estuviera seguro de
que su cargo de jefe de Investigaciones del Comité Olímpico
Italiano (CONI) tiene hoy menos valor que un billete de mil liras. Luego
de un extremado esfuerzo, pudo viajar hasta aquí para cerrar la
conferencia Play the Game, sobre el deporte en el mundo globalizado. Su
magnífica lectura, denunciando cómo aquellos que debieran
investigar métodos antidoping lo hacen en cambio para facilitar
el doping de los atletas, puede haberle costado muy cara: se especula
que el CONI lo despedirá esta misma semana.
Estamos en una muy mala situación asegura el italiano.
Soy muy escéptico en la batalla contra el doping, porque se han
perdido siete u ocho años de lucha. Según el entrenador,
el Comité Olímpico Internacional (COI) no puede liderar
esa cruzada porque está más ocupado en el quiebre de records
y en sus futuros negocios que en la salud de los atletas, que no sólo
son los profesionales. Según el especialista, los métodos
antidoping prácticamente no han progresado desde los Juegos de
Moscú, en 1980, mientras que las técnicas para ocultar los
rastros de doping han sacado una ventaja casi indescontable.
Donati no quiere sacarse fotografías. Sabe que ha llegado hasta
una límite muy preciso. Que lo que ha dicho terminará de
enfurecer más a las autoridades del CONI, ya molestas no sólo
por la intención de Donati de concurrir a esta conferencia a denunciar
prácticas ilegales, sino por la presión que los organizadores
ejercieron mediante cartas sobre el comité italiano. Ya que
Donati es un ciudadano, es libre de concurrir reza lacónico
el permiso que arribó en el último minuto, que se reproduce
en esta página.
La Agencia Mundial contra el Doping (WADA) no es la solución
opinó Donati acerca del organismo creado por el COI para focalizar
la lucha contra el doping y cuyo titular, el canadiense Dick Pound, expuso
unos formales puntos de vista antes de la conferencia de Donati (ver aparte).
Ellos no pueden encontrar la solución porque el deporte profesional
es apenas la punta del iceberg. El doping crece de una manera gigantesca:
en Internet se pueden conseguir las drogas que se deseen para mejorar
la perfomance y la masa muscular recalca el italiano. Eso
prende entre los amateurs, a riesgo de su salud. Pero como los políticos
no saben de qué se trata esto, no hay posibilidades de ser optimista.
En su cruzada contra el bioquímico Francesco Conconi, quien introdujo
en Italia métodos de doping como la transfusión de sangre
y el uso de la eritropoyetina (pese a que le prometió al COI que
descubriría el test ideal para detectar la ingesta de esa hormona
prohibida y que cobró, para ello, 150 mil dólares), Donati
hizo la denuncia inicial que permitió cerrar el laboratorio antidoping
que en Roma trabajaba para el COI y que, en realidad, testeaba maneras
de doping cuyos trazos no pudieron rastrearse en controles posteriores.
Fue el mismo laboratorio en el cual la orina de Diego Armando Maradona
dio positivo de cocaína en abril de 1991. El laboratorio fue cerrado
en 1998 y Conconi, puesto bajo juicio.
Si los gobiernos no se involucran en esta lucha, la batalla está
perdida opinó el entrenador, cuyos atletas ganaron medallas
en los Juegos de Moscú y en campeonatos europeos. Especialmente
porque no será el COI el que se preocupe por la salud mundial.
Una prueba de ello es, según el especialista, la cantidad
de dopings positivos de nandrolona descubiertos en 1999. Atletas como
Linford Christie, Merlene Ottey, Dieter Baumann, futbolistas en Rusia,
levantadores de pesas, mujeres velocistas en países tan distintos
como Sri Lanka o la República Dominicana. Según Donati
la nandrolona encontrada en atletas tan disímiles, que transgredió
barreras éticas, religiosas y sexuales, no es nada más que
el resultado de una mejora en los procedimientos de los tests, después
del escándalo de Lausanne cuando el COI fue duramente criticado
por el poder político.
Donati relató el caso del fraudulento doping de Anna Maria Di Terlizzi,
una corredora de 100 metros que él entrenaba. En febrero
de 1997 dio positivo por cafeína. Anna María me confió
la verdad: había tomado un capuccino a la mañana y una taza
después del almuerzo. ¡Pero el antidoping revelaba un nivel
de cafeína similar al que producen 30 tazas de café!
Lo que sigue es revelador: La contraprueba se analizó en
presencia de un experto de mi confianza .-continúa Donati.
El titular del Laboratorio de Roma le preguntó si prefería
el control normal, que duraría horas, o una versión acortada.
Mi experto, sorprendido, respondió que por supuesto correspondía
repetir el proceso tal cual se había hecho la primera vez.
Las sorpresas estaban lejos de acabarse: Antes del final, el responsable
le ofreció a mi experto ir a tomarse una taza de café. Este
se negó y descubrió que tanto el jefe como el resto de los
colaboradores del laboratorio comenzaban a ponerse nerviosos. Cuando el
análisis cuantitativo acabó, el resultado fue extraordinario:
¡no había pico de cafeína! La muestra de orina contenía
exactamente los trazos de un capuccino y una taza de café....
Expertos del CONI determinaron luego que la cafeína había
sido agregada en el primer control. Quisieron dañar mi reputación
y mi credibilidad. Estaba tratando con gente malvada reflexiona
Donati.
¿Se siente desanimado?
Ya he hecho mucho, no voy a seguir en esto. Voy a dedicarme a un
proyecto más refrescante, con chicos, a nivel nacional. Además,
¿sabe qué pasa? Es peligroso para mí continuar...
Parece que la guerra contra el doping está a punto de perder a
uno de sus más honestos cruzados. Pero no todo está perdido...
Italia
ya tiene su nueva ley antidoping
Por P.V.
El
mismo día en que Donati formulaba sus denuncias, el Parlamento
italiano sancionaba una nueva ley antidoping, que equipara al doping
con un crimen, con fuertes penas tanto para los atletas (de 3 meses
a 3 años de cárcel) como para los médicos que
administren las sustancias prohibidas (que pueden perder su título
habilitante) y los traficantes que suministren la droga (hasta 6
años de reclusión). Pero el detalle más significativo
de la ley es que la comisión antidoping no dependerá
del CONI sino del Ministerio de Salud, y será ésta,
compuesta por 20 personalidades, la que decidirá qué
tests se aplicarán. La institución de una autoridad
de control independiente garantiza eficacia en la prevención
y claridad en la represión del doping opinó
Giovanna Melandri, la ministra de Cultura, de cuyo organismo depende
el deporte italiano. Melandri y la ministro del área francesa,
Marie-George Buffet, fueron quienes más presionaron al COI
para que se creara una agencia antidoping. Esta ley es, de alguna
forma, producto del trabajo de Donati y un premio para su esfuerzo.
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Cierre
oficial
Por P.V.
La
presentación del canadiense Dick Pound, miembro del COI y
presidente de la Agencia Mundial Antidoping (WADA) resultó
una fría introducción a la última jornada de
la conferencia, antes de la encendida denuncia de Donati. Pound
pintó, sin entusiasmo ni energía, la labor y los objetivos
de la WADA, pero no supo responder la cuestión abierta en
las jornadas previas, acerca de por qué no se realizaron
tests antidoping para descubrir la ingesta de eritropoyetina (EPO)
en los ganadores de medallas en los Juegos de Sydney. No tengo
una respuesta para eso dijo Pound, quien dijo no conocer al
polémico Francesco Conconi, pese a que es miembro de la Comisión
Médica del COI, y aseguró que hasta tanto la Justicia
italiana no condene a Conconi, seguirá integrando el organismo.
Cuando condenen a Conconi, si es que lo hacen, dejará
de ser miembro del COI sentenció.
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