En
una carrera en la que sólo estaba en juego ese premio consuelo
que suele ser un subcampeonato, el Turismo Carretera despidió la
temporada en el autódromo Juan Manuel Fangio de Balcarce, y la
última victoria y el número 2 para el 2001 quedaron en manos
de un mismo hombre: el entrerriano Omar Martínez. El ganador tuvo
el mejor auto, sólo debió enfrentar en las 21 vueltas de
carrera a un solo rival de riesgo y también contó con ese
cachito de suerte que se necesita para ganar una carrera.
Durante esta temporada mantuvimos el nivel, que es lo más
difícil. Es un consuelo ser el número 2. Sé que el
segundo es el primero que pierde, pero a mí me sirve, dijo
el Gurí al término de la última carrera del año.
Martínez se adueñó de la punta en la largada misma,
donde le ganó el mano a mano a su rival más directo: Julio
César Catalán Magni. Allí se definió media
carrera, porque Catalán Magni tuvo que hacerse cargo de un compromiso
difícil: superar a un buen piloto que tenía en su poder
un auto superior al suyo.
Y lo que empezó siendo difícil, con el correr de las vueltas
se convirtió en imposible. Porque de las centésimas de las
primeras vueltas, se pasó a una diferencia de un segundo, y luego
a una diferencia de dos segundos, y así hasta llegar a los 5 segundos
y medio del final.
Hubo sin embargo un momento en el cual Catalán Magni dispuso de
una oportunidad única para lograr su objetivo, cuando el segundo
reinicio de la carrera (a raíz del despiste de Claudio Bisceglia)
amagó con ganarle la pulseada al Gurí, pero el entrerriano,
vivo como pocos, redujo su marcha e impidió que la carrera cambiara
de dueño.
Se produjo un problema con la bomba de nafta, eso provocó
el corte inmediato de la corriente y el auto se detuvo inmediatamente
fue la explicación de Martínez. Entonces pasamos
a la segunda bomba de nafta y pudimos arrancar otra vez. En ningún
momento tuvo intención de tapar a Catalán Magni.
Por supuesto, el natural de Tierra del Fuego lo vio de otra manera: Salió
de la horquilla haciéndome luces y cuando vio que yo aceleraba
mejor... frenó, se la veía venir. Pero yo lo felicito, me
ganó bien, dijo Catalán Magni a la hora de explicar
la maniobra que pudo cambiar la suerte de la carrera.
El Gurí Martínez peleaba por el subcampeonato
y en la carrera no se tuvo que preocupar por los otros dos hombres que
aspiraban a esa posición. Ni Ernesto Bessone, ni Rafael Verna pudieron
meterse en la lucha. Verna arrancó la final con algunas expectativas,
pero abandonó a 3 vueltas del final, mientras que Tito tuvo que
remar bastante para acceder a esa cuarta posición final, la que
le permitió quedarse con el número 3 para la próxima
temporada.
La frustración para muchos de los que poblaron el Juan Manuel Fangio
quizá haya sido el abandono de Patricio Di Palma. El Pato arrancó
bien desde la cuarta posición, llegó a estar segundo, pero
con el transcurso de la carrera el rendimiento del Torino se vino abajo,
a causa de problemas en el diferencial, que lo hacían patinar y
ponerse de costado. La pieza terminó traicionándolo en la
vuelta 18.
La otra gran bronca se la llevaron los hinchas de Chevrolet, quienes en
una jornada netamente favorable a los Ford (tres de sus pilotos ocuparon
el podio) no pudieron ver a Guillermo Ortelli estrenar su título
de campeón con una actuación acorde. El piloto de Salto
abandonó a cuatro vueltas del final, cuando venía quinto,
por problemas en el motor de su Chevrolet.
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