Por
Martin Kettle
Desde Washington
Después
de casi dos semanas de que los votantes norteamericanos fueron a las urnas
en elecciones generales, se vuelve cada día más claro que
la disputa entre George W. Bush y Al Gore sobre a quién le corresponde
ser el sucesor de Bill Clinton en la Casa Blanca puede durar hasta bien
entrado el año que viene, poco después de que uno de ellos
haya jurado como nuevo presidente. Sea cual sea el resultado de la audiencia
de hoy ante la Corte Suprema de Florida, los abogados de republicanos
y demócratas piensan ahora que es muy posible que continúen
litigando sobre la elección local, dilatando así la solución
de a quién corresponden los 25 codiciados electores.
Es algo terrible de pensar, pero empiezo a tener el pálpito
de que el Congreso puede llegar a tener que verse involucrado, dijo
ayer el senador demócrata John Breaux de Louisiana. Soy muy
pesimista. Me he estado preguntando en los últimos dos días
si no hemos cruzado un límite y ya no podemos volver atrás,
dijo el ex congresista Vin Weber de Minnesota, republicano. En el corto
plazo, lo que más importa es qué ocurra hoy en la Corte
Suprema de Florida. Los dos partidos presentaron durante el fin de semana,
y por escrito, sus alegatos, y hoy harán presentaciones orales,
que serán filmadas y transmitidas por TV.
Hay tres posibles resoluciones. La primera, es que la Corte ordene que
los conteos manuales de los votos que se están realizando en tres
condados continúen y que los resultados obtenidos se incluyan en
las certificaciones de los votos del Estado, tal como quiere el candidato
demócrata, el vicepresidente Al Gore. La segunda, es que la Corte
ratifique la sentencia del viernes del juez de primera instancia Terry
Lewis en Tallahassee, que permitía que la Secretaria de Estado
de Florida Katherine Harris certificara los resultados ya obtenidos en
el Estado -aunque haciendo uso de su discreción para
tener en cuenta los datos que arrojaran los recuentos manuales.
Este es el fallo que preferiría el candidato republicano, el gobernador
de Texas George W. Bush. Hay una tercera posibilidad, según la
cual la Corte autorizaría la continuación de los conteos
manuales, pero diferiría una decisión sobre si incluir los
nuevos números en la certificación. Esto daría a
unos y otros algo con que contentarse, pero ese algo no sería la
victoria.
Sin embargo, con la certificación nada acaba. De acuerdo con los
números, el perdedor puede volver a la Corte para impugnar la decisión
de la señora Harris. El abogado de Gore, David Boies, ya dijo que
ésta es una posibilidad muy abierta.
Por lo demás, varios otros juicios están litigándose
en diferentes sedes del sistema judicial de Florida. Algunos buscan impugnar
la legalidad de todo el procedimiento electoral del 7 de noviembre, en
particular las malfamadas boletas mariposa del condado de
Palm Beach, que llevaron al error, se calcula, a unos 19000 votantes.
Por fuera de los tribunales estaduales, algunos políticos electos
de Florida están cruzando estocadas. La misma ley federal que dice
los miembros del colegio electoral deben ser nombrados el 12 de diciembre
para que voten el 18 de diciembre, también prevé que la
legislatura de cada estado tiene el poder de elegir los electores
que irán al Colegio, si para el 13 no fueron designados. En una
Florida dominada por el gobernador Jeb Bush, esto daría la victoria
a su hermano mayor. Y ésta solución es la más litigiosa
de todas.
De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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