Por
Felipe Yapur
El
gobierno nacional está satisfecho por el acuerdo firmado con la
totalidad de los gobernadores justicialistas a excepción del santacruceño
Néstor Kirchner. Entre los mandatarios de la oposición la
sensación no es muy diferente, sobre todo en aquellos de las provincias
consideradas chicas. Entre los que conducen los distritos más grandes,
como Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, el resultado de las extensas
negociaciones podría resumirse en una frase que pronunció
Carlos Ruckauf al término de la firma del acuerdo: Al menos
en el tema social le sacamos algo, dijo refiriéndose a los
225 millones de pesos obtenidos para el manejo de los planes sociales
durante el próximo año electoral.
Sin duda, la valoración del acuerdo alcanzado depende de las particulares
situaciones que vive cada provincia. Aquellos mandatarios que provienen
de los distritos chicos, de menor peso político, creían
como reconoció a este diario un gobernador norteño
que se estaba dilatando mucho la firma del acuerdo, porque si bien
el tema pasaba porque la Nación necesitaba un refinanciamiento
del FMI, es verdad también que nosotros dependíamos de la
Nación para evitar que se incendien las provincias.
Entre los gobernadores de las provincias grandes la motivación
fue diferente. Para éstos era fundamental, además de los
millones para planes sociales, el manejo del 30 por ciento de los planes
para los años restantes, era conseguir una cláusula que
les permita, ante una situación grave que implique la interrupción
en los servicios de salud, educación y seguridad pública,
solicitar autorización al Ministerio de Economía para la
modificación temporaria del gasto. Cuando esto se obtuvo, la firma
del acuerdo se convirtió en un mero trámite administrativo.
Hasta el viernes todo parecía haberse estancado. Para los justicialistas
el responsable de ello era el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, quien
se había puesto firme en algunos puntos de la negociación
y a quien sindicaban como el responsable de la operación
de prensa que dejó a los gobernadores como los malos de la película,
según graficó el operador de un mandatario justicialista.
Sin embargo, y a pesar de que el fin de semana las negociaciones continuaron.
Esta vez la manija de los justicialistas quedó en manos del cordobés
José Manuel de la Sota, ante el paso al costado dado por Ruckauf,
quien buscó un perfil más bajo para demostrar según
relataron sus colaboradores que el grupo de gobernadores estaba
unido y frenar así las acusaciones de competencia interna.
Es más, Ruckauf decidió no participar de la conferencia
de prensa y pasó la tarde posando para la foto de fin de año
que prepara la revista Gente. Pero eso no significó que no estuviera
al tanto de lo que pasaba. Tras la firma del acuerdo sus allegados lo
escucharon decir: Ahora no nos podrán hacer responsables
de la catástrofe.
Las negociaciones se realizaron siempre entre gobernadores y funcionarios
del Gobierno. Pero el fin de semana empezó a tallar el senador
Eduardo Bauzá, quien se convirtió en el nexo con el Gobierno.
Con ellos acordó dejar de lado el acto público para la firma
y realizarla con marcado bajo perfil. Pues bien, De la Sota
negoció directamente con quien consideraban la persona indicada:
el ministro de Economía, José Luis Machinea, ya que para
ellos Colombo era demasiado ortodoxo y les dificultaba las
posibilidades de conseguir los puntos indispensables. Esta es la razón
por la que el viernes los gobernadores redactaron su propio acuerdo federal.
Pero, como reconocieron varios testigos, en realidad era un documento
para forzar más negociación. El sábado se le
pasó a Machinea, vía fax, un texto más blando que
el que dimos a publicidad. El ministro lo consultó con el Fondo.
Se destrabó la negociación y hoy (por ayer) firmamos el
acuerdo, confió un operador de los gobernadores.
Los
dólares de Kirchner
El
presidente Fernando de la Rúa no ocultó sus sentimientos.
Primero expresó su satisfacción por la firma del acuerdo
con los gobernadores para luego criticar severamente al único
mandatario que no rubricó el pacto: el santacruceño
Néstor Kirchner, de quien dijo que quiere jugar de afuera y
le recomendó que debería traer los dólares
que tiene depositados en el exterior (producto de la venta de acciones
de la ex YPF), porque en vez de hacer especulación debiera
volcarlos a nuestro propio crecimiento. Obviamente, la respuesta
del mandatario patagónico no se hizo esperar. Lo que
hago con los fondos de regalías mal liquidadas, que son 660
millones de pesos, es lo mismo que hace el Banco Central con los 26
mil millones de pesos de reserva: tenerlos como fondo de resguardo
en las cuentas internacionales, enfatizó para luego agregar
que lo tengo en la administradora Dean Witter de la Banca Morgan
y, como muchos casos, también lo tiene parte de las reservas
el Gobierno nacional a través del Banco Central. Kirchner
subrayó que lo que debiera hacer el Presidente antes
de expresarse tan jocosamente es fijarse qué hace su propio
gobierno con los fondos, enterarse cómo se hace, y entonces
no cometería este tipo de errores. |
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