Por
Cledis Candelaresi
El
Grupo Productivo y los banqueros tuvieron ayer un día prolífico
en reuniones, aunque poco pudieron avanzar en la redacción de una
propuesta para sugerirle al Gobierno cómo reactivar la economía.
Hasta ahora unos y otros sólo parecen haber encontrado dos coincidencias:
la intención de evitar expresiones duras hacia la gestión
aliancista en un momento de crisis y la idea de insistir con una baja
de impuestos. Cualquier otra alternativa tendrá que surgir de un
engorroso debate, que ayer un sector de la Unión Industrial Argentina
amagó recalentar difundiendo un documento poco digerible para los
bancos.
El gran aporte que podrían hacer es prestarle mañana
(por hoy) dinero al Gobierno a menos del 10 por ciento (varios puntos
por debajo de las últimas colocaciones de papeles públicos).
Hasta ahora fueron los beneficiados de la política económica.
Les corresponde hacer un esfuerzo, comentó a este diario
en un dirigente de la UIA, quien ayer no estuvo en ninguno de los dos
encuentros que congregaron a directivos y técnicos de esa entidad,
de la Cámara Argentina de la Construcción, de Confederaciones
Rurales Argentinas y de la Asociación de Bancos de la Argentina.
El primer cónclave tuvo lugar por la mañana en la sede de
la CAC, donde los constructores Aldo Roggio y Enrique Baglietto oficiaron
de anfitriones. Sergio Einaudi, Pablo Challú, Roberto Arano, Alberto
Alvarez Gaiani y Miguel Peirano fueron por la entidad fabril, Manuel Cabanellas
por CRA, y Roque Maccarone y Luis García Martínez por ABA.
A la tarde la discusión siguió en la sede del Banco Galicia,
donde el titular de la entidad, Eduardo Escasany, y el directivo de ABA,
Norberto Peruzzoti, tuvieron la deferencia de asistir unos minutos.
Pero lo que prometía ser una discusión punzante sólo
fue una ronda de ideas acerca de la crítica situación fiscal,
lo vital del blindaje financiero y la importancia de que los gobernadores
justicialistas se hayan avenido a firmar el acuerdo de congelamiento del
gasto. Poco se avanzó respecto a medidas concretas para producir
el shock de demanda que todos consideran como un imprescindible complemento
para el ajuste. Amadeo Vásquez, consultor del Banco Francés,
y asesor de la CAC en el diseño del Plan de Infraestructura, recibió
ayer el encargo de coordinar ese difícil trabajo común.
Industriales, ruralistas y constructores mascullan su bronca contra los
bancos, que los jaquean con ejecuciones y altos intereses. Sin embargo,
nada de esto se puso aún sobre la mesa y quedó para los
próximos encuentros la discusión. La UIA no se privó
de difundir un documento que expresa claramente aquellas diferencias y
sintetiza lo que en otras ocasiones ya reclamó públicamente
el Grupo Productivo. El informe sobre el que el sector más duro
de la Unión representado por su propio titular, Osvaldo Rial
aspira a alentar el debate reclama la restitución de aportes a
las empresas de servicios, excluidas pymes y constructoras. La Unión
calcula que así el Tesoro podría recuperar recaudación
por 1200 millones de pesos, que servirían para costear un fondo
de empleo. También reclaman que se grave con Ganancias la renta
financiera.
El riesgo país bajará sostenidamente cuando el sector
productivo funcione y traccione toda la economía. Así se
podrán pagar los impuestos... y las demandas sociales serán
satisfechas, reza el texto. Después lo conocido: eliminar
impuestos a los intereses, a la Renta Mínima Presunta, a los Bienes
Personales y reducción significativa del impuesto al gasoil. La
banca avala esta poda tributaria.
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