Por
David Cufré
Aunque
a la novela le faltan varios capítulos, todo indica que finalmente
el Gobierno elevará la reforma previsional al Congreso. El equipo
económico trabajaba anoche en la redacción del proyecto,
que en sus aspectos centrales fue consensuado con legisladores de la Alianza.
Después de la intensa pelea de la semana pasada, José Luis
Machinea bajó los decibeles a la discusión y empezó
a tejer un acuerdo político con las bancadas de diputados y senadores
oficialistas. Sin embargo, como una buena novela lo merece, Fernando de
la Rúa mantuvo ayer el suspenso al declarar que no excluyo
la posibilidad de la firma del decreto de necesidad y urgencia. Aun así,
el resto de los actores considera que la medida será girada al
Parlamento.
El último domingo hubo una reunión cumbre en la casa de
Raúl Alfonsín, armada por pedido de Machinea. Junto a ellos
estuvieron el secretario general de la Presidencia, Horacio Jaunarena,
y dos de los representantes parlamentarios más beligerantes en
contra de la reforma previsional, el senador Leopoldo Moreau y el diputado
Eduardo Santín. Como gesto conciliador, el ministro fue acompañado
por el subsecretario de Relaciones con las Provincias, Oscar Cetrángolo,
un experto en temas previsionales que reemplazó al jefe de asesores
de Economía, Pablo Gerchunoff. La relación entre este último
y los legisladores viene bastante golpeada, por lo que Machinea prefirió
no exponerlo a un nuevo enfrentamiento.
El ministro propuso consensuar un proyecto, a cambio de que los legisladores
concedieran su sanción por vía del decreto. Pero ese acuerdo
no fue aceptado. Alfonsín le dijo a Machinea que insistir con el
decreto le traería al Gobierno más costos que beneficios,
dado que lo más probable era la ruptura de la Alianza en el Congreso.
En tal caso, el bloque de Diputados del Frepaso también podría
oponerse a otros proyectos oficiales, como el del Presupuesto 2001. El
ex presidente también argumentó que la reforma previsional,
tal como estaba redactada, volvía a golpear sobre la base electoral
de la Alianza, que ya se sintió decepcionada por el aumento de
impuestos con fuerte impacto en la clase media y el recorte
de salarios a los empleados públicos.
Machinea accedió a discutir un proyecto común con el Congreso,
pero exigió su aprobación inmediata. En rigor, su mayor
interés pasaba por la firma del pacto fiscal con las provincias,
y estaría dispuesto a negociar la reforma previsional. Pero el
ministro dejó abierta la posibilidad de sancionar por decreto uno
de los puntos más ríspidos de la norma, en caso de ser rechazado
por los legisladores: la abolición del régimen previsional
estatal. Con esa base, Economía empezó a diseñar
el nuevo proyecto para ser elevado al Parlamento. Ayer hubo una reunión
en el despacho de Gerchunoff con los diputados Santín y María
América González (Frepaso) y el secretario de Seguridad
Social, Jorge Sanmartino.
El proyecto conjunto aún deberá saldar varias discusiones,
pero en sus aspectos centrales establece lo siguiente:
Desaparición del régimen
previsional de reparto. Los diputados se oponen, pero acceden a que figure
en el proyecto. Economía podría sancionar este punto por
decreto, en caso de fracasar su aprobación parlamentaria.
La edad jubilatoria de la mujer
seguiría siendo optativa. Pero si la beneficiaria elige retirarse
a los 60 años, cobraría 50 pesos menos. Esto es porque el
haber bajaría 10 pesos por cada año anterior a la jubilación
de 65 años. Por caso, si el retiro es a los 63, la mujer percibiría
20 pesos menos de lo que cobraría de jubilarse a los 65. Se analizó
un esquema alternativo, que fijaba la edad jubilatoria a los 65, como
era la propuesta original de Economía, pero el aumento gradual
se producía a partir de 2007, y no de 2001. Sin embargo, esa idea
fue descartada.
La PBU (Prestación Básica
Universal) será eliminada para las jubilaciones mayores a 800 pesos.
En el primer anuncio, Economía suprimió los 200 pesos de
la PBU para todos los haberes superiores a 300 pesos. Mástarde,
sin embargo, elevó esa cifra a las jubilaciones por encima de 600
pesos. Ahora, el equipo económico estaría dispuesto a llevar
el descuento de la PBU a los haberes de 800 pesos para arriba. Y crearía
una Prestación Suplementaria para las jubilaciones de entre 300
y 800 pesos.
Los diputados reclaman que
la eliminación de la PBU sea para las jubilaciones de más
de 1000 pesos. Y modifican la escala de la Prestación Suplementaria.
Por ejemplo, con un sueldo 500 pesos, con el régimen vigente la
persona se jubilaría con 365 pesos, mientras que la escala de los
diputados eleva el haber a 374. En el caso de un sueldo de 1000 pesos,
el haber sería de 530 y, con el cambio del sistema de cálculo,
bajaría a 498. En la propuesta de Economía, a un sueldo
de 500 pesos le correspondería una jubilación de 338, y
a otro de 1000 pesos, un haber de 437.
A todos los mayores de 75 años
sin jubilación, el Estado les dará una prestación
de 100 pesos y el acceso a los servicios del PAMI. Los requisitos son
que el beneficiario ni su cónyugue tenga ningún
otro ingreso, y que dispongan de vivienda única. Los diputados
pretenden llevar el beneficio a todos los mayores de 70 años.
Un
poco de histeria
Siguiendo con el juego de presión a los legisladores, José
Luis Machinea declaró no saber si la reforma previsional
saldrá por decreto o por ley, pero demandó que su
implementación se produzca de manera rápida. El ministro
consideró que no hay impedimento legal para que salga
por decreto. Aunque admitió la posibilidad de litigios,
también dijo que ya hubo evaluación de los cuerpos
legales del Gobierno. En cuanto a la edad jubilatoria de la
mujer el titular del Palacio de Hacienda afirmó la existencia
de acuerdo para mantenerla en 60 años sin los beneficios
del sector público y en 65 años con los beneficios.
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Opiniones
sobre la reforma previsional
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Leopoldo
Moreau. senador UCR-Alianza
No
condiciona el blindaje
Si
me ponen en la opción de que a un jubilado que iba a ganar
500 pesos le quiten el 45 por ciento; o por el contrario, le quiten
el 5 o 7 por ciento, creo que en algo hemos mejorado. Vale destacar
que la reforma previsional no es una exigencia que hoy esté
condicionando el otorgamiento del blindaje. Hace una semana estábamos
con un decreto de necesidad y urgencia que suprimía totalmente
la PBU. Hoy ya no estamos ni con decreto de necesidad y urgencia
ni con supresión definitiva de la PBU. Yo no estoy de acuerdo
con la eliminación del sistema de reparto. Hay un solo país
en el mundo que tiene un sistema totalmente privado de jubilaciones
y pensiones, que es Chile. Nosotros pasaríamos a ser el segundo.
Rodolfo
Terragno. ex jefe de Gabinete
Planteo
de lobbies
Es
una reforma apresurada que obedece más a esa idea de satisfacer
demandas de sectores que a una concepción de lo que debe
ser la seguridad social. El Gobierno no debería meterse en
una trampa, plantearla como una condición sine que non para
una blindaje financiero es excesivo. Obedece más al planteo
de los lobbies que a una real condición para lograr el financiamiento
internacional. No se debe ir en contra de la Carta de los Argentinos.
Un gobierno puede primero señalar los objetivos que se fijó
y el plazo para conseguirlos. Pero lo que no puede es traicionar
los principios sobre los cuales se expuso a la consideración
de la gente y las razones por las cuales la gente nos votó.
Aníbal
Ibarra. jefe de Gobierno Porteño
Tiene
que salir por ley
Nosotros
(por el Frepaso) hemos realizado críticas sobre lo que se
pretende hacer con la reforma previsional. Primero hay que distinguir
que aun en la hipótesis de un decreto de necesidad y urgencia,
más allá de la opinión que tengamos y que no
sería conveniente, este gobierno no se caracterizó
por gobernar por decretos de necesidad y urgencia. Siempre es preferible
que lo que se pretende como medida económica se obtenga por
ley. Entonces, la crítica en toda caso estará centrada
en esa iniciativa específica y no en una política
de gobernar con decretos de necesidad y urgencia. Nuestra posición
dentro del Congreso y como fuerza política es que la reforma
tiene que salir por ley.
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