Cuando
los jugadores de Boca pasaron la puerta de embarque en Ezeiza, donde les
cortaron el ticket, y bajaron la pasarela hasta el micro que los transportaría
hasta la máquina de Varig, se encontraron con una sorpresa: unos
diez hinchas boquenses habían tomado la unidad para
acompañar a sus ídolos hasta la misma escalerilla del avión.
Mire, mire qué locura / Mire, mire qué emoción
/ Ese es el famoso Boca que viaja a Tokio para ser campeón,
cantaban los hinchas, una avanzada de los aproximadamente 500 fanáticos
que llegaron hasta el hall de embarque para despedir la puesta en marcha
de una misión con mucho de esperanza y riesgo: la conquista de
la Copa Intercontinental el próximo martes 28, dentro de una semana,
ante el Real Madrid, en el estadio Nacional de la capital japonesa.
El fervor no tuvo un desagote ideal. Los hinchas se treparon al micro
por los guardabarros y se colgaron del techo del vehículo, lo que
motivó que personal de seguridad del aeropuerto procediera a detenerlos.
Los enfervorizados simpatizantes fueron invitados por los agentes (cuyo
número se incrementó por la decisión de las autoridades
de la aeroestación de reforzar la seguridad para prevenir incidentes)
a descender del micro, con lo que depusieron su actitud.
Los jugadores llegaron a Ezeiza en sus automóviles particulares
y evitaron encontrarse con los hinchas en el preembarque, pero quien no
pudo escapar fue Juan Román Riquelme, la principal estrella de
Boca, quien debió sortear las efusivas muestras de cariño
del público. La mayoría de los futbolistas no efectuó
declaraciones, pero el arquero Oscar Córdoba dijo al pasar que
el partido será muy parejo, porque ambos equipos están
preocupados por igual.
El plan de vuelo es, sin duda, agotador. Después de la partida,
ayer a las 18.30, y sendas escalas en San Pablo (Brasil) y Los Angeles
(Estados Unidos), la delegación boquense llegará al aeropuerto
internacional de Narita, a 60 kilómetros de Tokio, tras 36 horas
de vuelo, mañana a la 1.30, las 13.30 del miércoles en Japón.
La delegación fue presidida por el vicepresidente primero Pedro
Pompilio y está integrada por los arqueros Oscar Córdoba
y Roberto Abbondancieri, los defensores Hugo Ibarra, Jorge Bermúdez,
Cristian Traverso, Nicolás Burdisso, Aníbal Matellán,
Hernán Medina y Daniel Fagiani, los volantes José Basualdo,
Gustavo Barros Schelotto, Julio Marchant, Mauricio Serna, Sebastián
Battaglia, José Pereda, Juan Román Riquelme y Fernando Pandolfi,
y los delanteros Guillermo Barros Schelotto, Marcelo Delgado, Martín
Palermo y Antonio Barijho. El cuerpo técnico, encabezado por Carlos
Bianchi, está compuesto por el ayudante de campo Carlos Ischia,
el preparador físico Julio Santella, el médico Jorge Batista,
el kinesiólogo Rubén Araguas, el masajista Carlos Capella
y los utileros Héctor Olmi y Roberto Prado.
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