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El Gobierno busca doblar la apuesta en el Congreso

Entonado por la firma del pacto con las provincias, el oficialismo quiere que se apruebe sobre tablas en el Senado. Especula con la debilidad de los legisladores del PJ.

El jefe de Gabinete Chrystian Colombo fue el principal negociador.

Por José Natanson

El Gobierno no quiere desaprovechar el envión que significó la firma del acuerdo con los gobernadores peronistas. Según aseguró a Página/12 una alta fuente de la Jefatura de Gabinete, la idea es que el Senado apruebe mañana, sobre tablas, el convenio que congela los gastos de la Nación y las provincias hasta el 2005. En la Casa Rosada sostienen que el okay de la Cámara alta estaría garantizado luego de que los mandatarios del PJ aceptaran cerrar el trato. Algo que, a pesar del optimismo oficial, no parece tan sencillo: no sería la primera vez que el Senado le da un dolor de cabeza a Fernando de la Rúa. Y, según averiguó este diario, los senadores peronistas no parecen tener la menor disposición para acompañar la propuesta del Gobierno (ver nota aparte).
El lunes, después de una interminable semana de tires y aflojes, el Gobierno logró cerrar la negociación con los gobernadores peronistas, quienes –con la excepción de Néstor Kirchner– se comprometieron a congelar los gastos de las provincias a cambio de unos 250 millones de pesos extra para ayuda social. Junto a la demorada reforma previsional, el pacto es una de las condiciones para que el Gobierno acceda al blindaje financiero del FMI.
Por eso, aunque trabajoso, el resultado fue interpretado como un éxito por los negociadores oficiales encabezados por Chrystian Colombo, quien ayer se encargó de subrayar la importancia del acuerdo. “Nos vamos a tener que esforzar todos por cumplir el convenio. Es un compromiso muy duro, con reglas de juego muy claras. Pero también es un paso adelante muy importante para todas las provincias y para la Nación”, aseguró el jefe de Gabinete.
Envalentonados por el resultado positivo de la negociación, en la Casa Rosada ahora pretenden que el acuerdo se convierta en ley lo más pronto posible. Como se trata de una norma sobre fondos coparticipables entre la Nación y las provincias, el trámite deberá empezar por el Senado. El objetivo es que la aprobación se concrete mañana, en una sesión sobre tablas, para lo cual el oficialismo necesitaría el okay de los dos tercios de la Cámara.
Ayer, en el Gobierno estaban convencidos de que no habrá ningún problema. “Creemos que con el aval de los gobernadores la ley va a salir. Sería una irresponsabilidad que los senadores la rechacen”, aseguraban cerca de Colombo. Según decía un funcionario, el escándalo por las coimas potenció el desprestigio de muchos legisladores, lo que contribuiría a acelerar el trámite. “No pueden aparecer justamente ellos trabando las cosas”, explicaba.
A pesar del optimismo oficial, hay un pronóstico más pesimista (y quizás más real): los senadores del PJ no responden automáticamente a las decisiones de los gobernadores y amenazan por anticipado con la posibilidad de no aprobar el compromiso fiscal.
En todo caso, no será la primera vez que la bancada peronista en la Cámara alta se opone a una decisión oficial. En julio el PJ había rechazado el recorte de los sueldos de los empleados públicos dispuesto por el Gobierno. Aunque en las dos oportunidades terminaron votando a favor, lo cierto es que antes la Alianza tuvo que sentarse a negociar y hacer concesiones a los senadores peronistas.

 


 

LOS LEGISLADORES PERONISTAS, EL PROXIMO ESCOLLO
El Senado quiere ir por la revancha

Por Fernando Almirón

Eduardo Duhalde dijo ayer que “nadie cree” que se cumpla el acuerdo firmado el lunes entre el gobierno nacional y los mandatarios justicialistas. Duhalde considera que será imposible mantener congelado durante cinco años el gasto provincial. “Eso no va a suceder”, presagió. El ex candidato presidencial no es el único que duda sobre la perdurabilidad del pacto fiscal. Según un mandatario del noroeste, “el acuerdo se basa en el ajuste que tendrán que hacer las provincias y cualquier anormalidad social en nuestros territorios puede tirar el compromiso por la borda”. Los gobernadores peronistas dicen que ya apostaron su esfuerzo a la gobernabilidad, pero ahora se lavan las manos de lo que vayan a votar en el Congreso los legisladores justicialistas, quienes deberán convalidar el pacto firmado con el Ejecutivo nacional.
El pacto deberá soportar un difícil tránsito por el Parlamento. Sobre todo en la Cámara alta: no todos los gobernadores justicialistas están en condiciones de comprometer el voto de respaldo de los senadores de sus provincias.
No son pocas las internas que separan a los mandatarios de sus legisladores, distanciamiento que se profundizó después de las denuncias de sobornos para la aprobación de la Ley de Reforma Laboral. Por entonces los caciques provinciales del PJ estaban dispuestos a sacar la ley pero no lograban torcer el brazo de sus legisladores. Finalmente los senadores aprobaron la propuesta del Gobierno, pero recién después de que la negociación recayera en sus manos. En esta ocasión puede suceder algo similar. Más aún: hay senadores que creen que la oportunidad será propicia para volver a escena después de un prudente período de perfil bajo.
Ayer, sin ir más lejos, asistieron a una reunión convocada por el presidente del PJ Carlos Menem –en Matheu 130–, para dar muestras de unidad partidaria cuando soplan vientos de fisura en la Alianza, una veintena de senadores que hace tiempo no se sentaban juntos. Los duhaldistas Jorge Villaverde, Osvaldo Sala y el disidente Héctor Maya, codo a codo con los que están bajo la lupa del juez Carlos Liporaci: Augusto Alasino, Ricardo Branda, Remo Costanzo y Emilio Cantarero. La convocatoria de los senadores fue monitoreada por el salteño Alberto Tell. “Estaba todo el sub bloque Comodoro Py”, describía bromeando un diputado presente. Estos senadores les recriminaron a sus pares el haberles prodigado una tibia defensa en medio de las denuncias de sobornos.
La convalidación del pacto tampoco tiene buen pronóstico en Diputados. En el bloque del PJ hay mayoría de adhesiones a los argumentos del gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, quien ayer repitió que el acuerdo era “infirmable”. “Es el peor ajuste desde la época de (Domingo) Cavallo, ya que las provincias resignan 9500 millones de pesos”, aseguran.

 

 

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