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BULLRICH Y DE LA RUA SALIERON A CRITICAR LA LEGITIMIDAD DEL PARO
No hay mejor defensa que un buen ataque

Hasta se amenazó con la declaración de ilegalidad. No se concretó. Pero sí hay duros cuestionamientos y exigencias.

Patricia Bullrich habló de “ilegitimidad” de la medida de fuerza. Para De la Rúa es incomprensible.

Por Laura Vales

Después de despejar las tensiones con los gobernadores justicialistas, el Gobierno decidió concentrar todas sus fuerzas en enfrentar el paro del jueves y viernes. Durante todo el día de ayer medio gabinete, acompañado por De la Rúa, se dedicó a descalificar las motivaciones de la medida de fuerza. Incluso se deslizó la posibilidad de declarar ilegal el paro. Así lo sugirió primero el vocero presidencial Ricardo Ostuni, lo desmintió después el jefe de Gabinete Chrystian Colombo y lo resucitó por la tarde el secretario del Trabajo, Anselmo Riva. Al final del día la declaración de ilegalidad quedó desplazada por la guerra verbal con las centrales obreras. De la Rúa dijo que el cese de actividades le parece “incomprensible” y que no tiene legalidad, “porque la razón de su convocatoria ha desaparecido”. Apenas unos decibeles por debajo, Patricia Bullrich lo calificó de “ilegítimo”.
Mientras tanto, las dos CGT y la CTA avanzaron en la organización de las movilizaciones y cortes de avenidas y rutas. Los gremios aspiran a concretar unos doscientos cortes en todo el país, con algunos epicentros importantes. Sobre el puente Avellaneda, por ejemplo, la estimación es que se concentrará medio millar de manifestantes. Y habrá otro gran piquete cortando el tránsito sobre la rotonda de acceso al puente de Zárate-Brazo Largo, es decir sobre la principal vía de comunicación con el Mercosur.
El tema de los cortes preocupa especialmente al Gobierno, que mantiene negociaciones abiertas con los jefes sindicales en un intento de desactivarlos. Aunque el operativo de seguridad terminará de ser diseñado hoy, en la secretaría de Enrique Mathov anticiparon que habrá una fuerte custodia policial en micros y colectivos. En las ciudades, la policía intentará abrir caminos alternativos para ordenar el tránsito y recibirá la orden de detener a los manifestantes que interrumpan el tránsito.
Decidido a meter presión sobre los gremios, De la Rúa llamó a una rueda de prensa en la Casa Rosada. “El paro carece de todo sentido y va contra el sentimiento general de la gente”, dijo. No dudó en considerarlo “ilegal”: la medida de fuerza, puntualizó, “fue convocada porque venía al país una misión del Fondo Monetario que no ha venido, así que la causa desapareció”, simplificó.
De la Rúa sostuvo que durante los días de paro “garantizará el derecho de quienes quieran ir a trabajar, porque es ése el primer y elemental deber del Estado”. Poco después, la ministra de Trabajo llamó a una segunda conferencia de prensa y difundió el listado de servicios básicos exigido a los gremios para el jueves y el viernes (ver aparte).
“El paro es ilegítimo”, manifestó allí Bullrich. Apuntó que “cuando el país para en un 50 por ciento, se pierden 600 millones de pesos”. Y acusó al sindicalismo de “darle la espalda al país en lugar de colaborar, convocando no sólo al paro, sino también a los cortes de ruta que impiden trabajar a los que quieren hacerlo”.
El secretario de Trabajo Anselmo Riva fue el encargado de responder sobre una posible declaración de ilegalidad del paro. Y lo planteó como una de las alternativas abiertas, a utilizar en casos puntuales y con intervención de la Justicia.
“Si los servicios mínimos establecidos por decreto del Gobierno no se cumplen, se puede denunciar esa violación ante la Justicia”, señaló Riva. Y advirtió que las sanciones pueden llegar a la suspensión o cancelación de la personería de un gremio.
Los abogados de la CGT disidente que encabeza Hugo Moyano ya denunciaron las exigencias del Gobierno sobre la prestación de servicios básicos ante la OIT. Básicamente, las considera una limitación del derecho a huelga. Ayer sus principales gremios ratificaron que no acatarán las pretensiones del Ejecutivo.
“Los servicios mínimos los tendrá que dar aquel que no va a parar, lo que nosotros tenemos que hacer es garantizar el paro”, señaló Moyano.También denunció que “los servicios de inteligencia del Estado están enviando amenazas telefónicas a los gremios”.
El paro cosechó ayer nuevas adhesiones políticas, entre ellas la de los partidos de izquierda, como la Izquierda Unida, el Partido Socialista Auténtico, el humanismo y el Partido Obrero.
Ayer, desde el interior del país, los principales gremios comenzaron a dar a conocer las protestas y movilizaciones en preparación. El listado promete un jueves y viernes cruzados por marchas, cortes de ruta, actos en las escuelas y ollas populares a lo largo de todo el país.

 

Exigencias del Gobierno

El Gobierno exige que durante las 36 horas de paro los gremios garanticen los siguientes servicios:
Micros y subterráneos: no inferior al 40 por ciento del normal. Y en las horas pico –desde las 6 menos diez hasta las 9.30 de la mañana y de 17 a 21–z, que se aumenten al 50 por ciento.
Colectivos de larga distancia, trenes y aviones: tendrán que ofrecer un 50 por ciento de sus servicios regulares. Además, para aquellos destinos que tengan un solo servicio diario éste deberá brindarse sí o sí.
Hospitales públicos, sanatorios privados, geriátricos y centros de diagnóstico médico: mantenimiento de guardias, asistencia a unidades de atención crítica y de internación, funcionamiento de quirófanos, hemoterapia y radiología. Tránsito de ambulancias y distribución de tubos de oxígeno.
Recolección de residuos: 50 por ciento.
Transporte de combustible, correspondencia y valores: 40 por ciento, salvo en el caso del clearing bancario, donde se debe garantizar de acuerdo con lo establecido por la Cámara Compensadora.
Puertos: 50 por ciento de sus prestaciones habituales, dando prioridad a la carga o descarga de mercadería perecedera.
Teléfonos, agua, electricidad y gas: cobertura de los servicios esenciales, que son los habituales de sábados y domingos.
Correo: garantía de envío de telegramas de hasta 20 palabras, cartas documentos, telegramas obreros y giros de hasta mil pesos.
Justicia: los servicios mínimos quedan sujetos a lo que disponga la Suprema Corte.

 

COLECTIVOS ATACADOS Y SEIS HERIDOS
La sombra de la violencia

Varios colectivos fueron atacados ayer y seis personas –tres choferes y tres pasajeros– resultaron heridos como consecuencia de esos ataques. El presidente de la Cámara Empresaria de Autotransporte de Pasajeros, Héctor Tilve, atribuyó los atentados a la decisión de esa entidad de sacar las unidades a la calle durante el paro, mientras que el ministro del Interior, Federico Storani, anticipó que el Gobierno tratará de “mantener el máximo de tranquilidad y de garantizar la seguridad” durante la huelga.
Los unidades agredidas fueron de las líneas 12 y 36, 104, 114, 124, 133 y 141, todas estas pertenecientes al grupo Plaza, que opera en distintas zonas. Tilve no quiso arriesgar sobre quiénes podrían ser los autores de los ataques, aunque fue bastante claro: señaló que “creemos que quien hace movilizaciones en defensa de las fuentes de trabajo no puede agredir las herramientas de trabajo de otros trabajadores” y recordó que “gente del sindicato Unión Tranviarios Automotor (UTA)” estuvo detrás de incidentes similares que ocurrieron en paros anteriores.
El interno 9 de la línea 12 fue incendiado antenoche en la esquina de Charcas y Borges del barrio porteño de Palermo, cuya explotación está a cargo de la empresa Transporte Callao. Allegados a esa firma aseguraron que la semana pasada otros siete colectivos fueron apedreados y sufrieron roturas de vidrios y un chofer fue herido por un bulón.
Los vehículos del grupo Plaza también fueron atacados con bulones mientras cumplían con sus recorridos por los barrios de Belgrano y Palermo. Las agresiones causaron heridas a choferes y pasajeros. En total fueron dañadas 22 unidades. Los ataques se sumaron a los que anteayer habían recibido otros colectivos de esa empresa, cuyos responsables radicaron las denuncias en las correspondientes comisarías.
Los atentados a los colectivos coincidieron con el ataque a seis taxis que operan con una mandataria en el barrio de Villa Mitre y fueron apedreados y pintados.

 

 

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