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La reforma viene más lenta que trámite para jubilarse

Por decreto o por ley. Como la hizo Economía o modificada para tener consenso. La reforma previsional y sus múltiples escenarios.

José Luis Machinea y la reforma previsional, a paso lento.
El ministro busca el consenso. Colombo y Giavarini, el decreto.

Por Raúl Dellatorre

Formalmente, la Jefatura de Gabinete se escudó en la necesidad de hacer “consultas legales” para demorar por unos días más la definición de la reforma previsional. Políticamente, la definición está pendiente de las negociaciones que todavía están planteadas, para adentro y para afuera de la Alianza, para buscar algún grado de consenso antes de definir si sale por decreto o se envía al Congreso con garantía de trámite rápido. Desde la más estricta especulación política, fuentes próximas al Ejecutivo aseguraban que el presidente de la Nación, Fernando de la Rúa, esperará a la finalización del período de sesiones ordinarias del Congreso (30 de noviembre) para lanzar con posterioridad el decreto de necesidad y urgencia, de modo que no pueda ser bloqueado en el Parlamento antes de marzo. La diversidad de escenarios no hizo más que sumar incertidumbre en torno a una cuestión que el Ministerio de Economía ha asumido como bandera ideológica de su gestión, pero que no afectaría el apoyo del FMI ni condicionaría el crédito de blindaje comprometido por esa y otras instituciones.
Los técnicos de la Jefatura, bajo la conducción de Chrystian Colombo, trabajaron arduamente hasta el viernes en los retoques al anteproyecto de reforma previsional que les envió Economía. Las alternativas sobre las que trabajaron fueron: dejar de lado el aumento de la edad jubilatoria para las mujeres (“se paga un costo demasiado alto para un régimen que recién tendrían efectos plenos a partir de 2010”, reflexionaban), inducir a las AFJP a una baja en las comisiones (“se habló mucho y nunca se hizo nada”) y establecer controles más directos sobre las administradoras de fondos. Entre el fin de semana y ayer los técnicos se tomaron un respiro, a la espera de definiciones políticas.
Estas definiciones pasaban por las gestiones realizadas por José Luis Machinea ante figuras políticas de primera línea y la medición que hiciera De la Rúa del grado de consenso alcanzado, así como los costos y beneficios de resolver la reforma previsional por decreto eludiendo el trámite parlamentario. Quienes estuvieron cerca del Presidente estos días, aseguran que es poco proclive al decretazo, pese a que el jefe de Gabinete, Colombo, y el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini lo impulsan a resolver por esa vía rápida. Con los días, Machinea se fue volviendo más contemporizador, abandonando el fanatismo por el decreto y privilegiando el consenso. El Frepaso mantiene la postura más extrema, amenazando con romper la Alianza si no se respeta al Congreso.
Superada la discusión con los gobernadores justicialistas en torno al pacto federal, el Ejecutivo se siente como reviviendo la experiencia con el Frepaso. “Si en vez de hacer oposición por los medios, se dedicaran a discutir políticamente, sería probable llegar a un consenso”, se quejó anoche, ante la consulta de este diario, un funcionario radical.
Lo concreto es que las negociaciones se prolongarán por unos días más, siendo improbable, incluso, que hoy se conozca alguna definición. En los pasillos de la Casa Rosada se mencionó que si las diversas negociaciones se traban, al Ejecutivo le quedaría la opción de esperar hasta después del 30 de noviembre para, una vez iniciado el receso parlamentario, lanzar el decreto de necesidad y urgencia, eludiendo hasta pasado el verano un eventual rechazo en el Congreso.
Colombo anticipó ayer, temprano, que durante el día realizaría consultas con la Procuración del Tesoro y la Sindicatura General de la Nación para precisar los alcances legales de la reforma, y evitar una catarata de juicios que algunos advertían que podrían sobrevenir por no respetar derechos adquiridos.
Desde el punto de vista jurídico, los aspectos más cuestionables del proyecto son la eliminación de la Prestación Básica Universal para los futuros jubilados y la eliminación del régimen de reparto (sistema público de retiro). El primero, porque afecta la jubilación de quienes ya están aportando, a uno u otro sistema (público o privado). El otro, porquesupondría la renuncia del Estado a su obligación de garantizar la previsión social y, además, obliga a los contribuyentes a aportarle sus fondos a una entidad privada sin opción.

 


 

UNA FORMULA QUE CONFORMA A LOS AUTOPARTISTAS
Acuerdo automotriz con Brasil

Por Claudio Scaletta

La forma de medición del componente nacional de los vehículos fabricados en el Mercosur será “por procesos” y no “pieza por pieza”, como lo establece el decreto firmado por el presidente Fernando de la Rúa durante la gestión de la ex secretaria de industria Débora Giorgi. Las terminales automotrices y las autopartistas, brasileñas y argentinas, llegaron a un acuerdo sobre la nueva metodología. A última ahora de anoche el acuerdo privado fue refrendado por el ministro brasileño para el Mercosur, José Botafogo Gonçalves, y el secretario de Industria argentino, Javier Tizado.
Para garantizar un componente mínimo de piezas locales se acordó elevar la medición del contenido local al 44 por ciento de los procesos de fabricación, en los cuales se permitirá hasta un 32 por ciento de componentes importados. El sistema supone una leve disminución en el contenido de piezas argentinas. Según confirmaron a Página/12 especialistas de la Secretaría de Industria, dicho contenido final quedaría en el orden del 26 por ciento. Con el acuerdo, la larga comedia de enredos desatada tras la firma del decreto presidencial 660 parece haber llegado a su fin.
El argumento utilizado por los fabricantes de automóviles y partes, es que la medición de contenido local por medio de un sistema que analice pieza por pieza daría lugar a mecanismos de control sumamente burocráticos. El caso extremo sería la apertura de un motor para verificar el origen de cada una de sus piezas. La medición por procesos eliminará, entonces, estos inconvenientes. Así, si el motor es armado localmente, será nacional. En principio, podría intuirse que este sistema afectaría a los fabricantes de piezas, pero sucede que las autopartistas trabajan con el mismo sistema que las terminales. Muchos de los componentes que producen están integrados por piezas importadas.
“Esta discusión sobre cómo se mide el contenido se politizó. Se trata de una discusión eminentemente técnica que no le importa a la gente”, sostuvo ante este diario una fuente de Adefa. “A la gente le importan otras cosas, por ejemplo, si los precios de los autos van a bajar o si con la expansión de la producción se conseguirán más empleos”, agregó. “¿Esto servirá para que los precios de los autos bajen?”, preguntó este diario. “En la medida en que se bajen costos por la menor burocracia, sí”, concluyó.
El objetivo inicial de aumentar el contenido nacional de piezas pretendió buscar el desarrollo de cadenas de proveedores locales. Sin embargo, en línea con una estrategia de diversificación global de la producción, las automotrices y autopartistas ya estaban especializadas regionalmente. El controvertido decreto presidencial 660 las llevó, una vez agotada la vía argentina, a enfrentar la nueva imposición desde el lado brasileño. Cabe recordar que las firmas instaladas a uno y otro lado de la frontera son las mismas. El acuerdo firmado por Botafogo Gonçalves y Tizado tendrá carácter retroactivo al 1 de agosto, fecha en que comenzó a utilizarse el acuerdo entre privados.

 

 

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