Diez días después
de que una bomba estallara cerca de Intxaurrondo, la organización
separatista vasca ETA ha vuelto a atentar. A las nueve de la mañana
de ayer una granada impactó en la casa cuartel de Irún (Guipúzcoa)
causando heridas leves a un agente de la Guardia Civil, que recibió
el alta médica horas después. Pero la matanza pudo haber
llegado si otro de los proyectiles, que cayó en el patio de un
colegio colindante donde un grupo de niños hacía gimnasia,
hubiera explotado. Por la noche, un coche bomba estalló en un descampado
en las afueras de Barcelona sin causar víctimas, en un lugar cercano
a la residencia del presidente del conservador Partido Popular (PP), Alberto
Fernández. Pero a la noche se descubrió que en esa misma
ciudad ETA había logrado asesinar al ex ministro de Salud socialista
Ernest Lluch.
Según fuentes de la investigación, la ETA ha utilizado tres
granadas en el atentado contra el cuartel de Irún, aunque sólo
dos fueron lanzadas. Una tercera fue hecha estallar por la policía
en la tarde de ayer en el interior del vehículo abandonado por
los terroristas a modo de coche trampa. Los proyectiles estaban en el
interior de sendos tubos, colocados encima de un vehículo modelo
Peugeot que estaba estacionado a unos doscientos metros aproximadamente
del cuartel. Una de las granadas impactó y explotó en una
fachada del acuartelamiento, causando heridas leves en un oído
a un guardia civil que sufrió efecto acústico
debido a la onda expansiva. Esta explosión causó únicamente
daños materiales de escasa importancia en las dependencias
de la Guardia Civil. El otro proyectil cayó, sin llegar a estallar,
sobre el patio del colegio La Salle, colindante a las instalaciones del
instituto armado. En el momento del atentado un grupo de 30 niños
practicaba gimnasia.
El atentado de ayer contra el cuartel de la Guardia Civil de Irún
es la tercera acción cometida por ETA mediante el uso de granadas
de carga hueca en lo que va de año. El primer atentado de estas
características se produjo el 16 de setiembre pasado en Hernani,
donde ETA colocó varias granadas en un monte próximo a la
finca Zabalaga, donde ese día se inauguraba, con la presencia de
los reyes, el canciller alemán Gerhard Schroeder y José
María Aznar, el museo con la obra de Chillida. Efectivos de la
Ertzaintza localizaron las granadas que fueron neutralizadas sin que se
consumara el atentado. El pasado día 11, ETA disparó una
granada contra el cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo, sin alcanzar
las instalaciones policiales. Sin embargo, cuando expertos en explosivos
de la Ertzaintza, la Guardia Civil y la policía inspeccionaban
una segunda granada, se produjo la explosión de una bomba trampa
que hirió a diez agentes de los tres cuerpos policiales.
El ataque nocturno, que fuentes policiales atribuyeron también
a la ETA debido al procedimiento empleado, se produjo entre Barcelona
y la vecina localidad de LHospitalet de Llobregat. Las fuerzas de
seguridad informaron que el vehículo, del que sólo quedó
un amasijo de hierros, tenía matrícula falsa. Hace 20 días,
otro coche bomba hizo explosión en Barcelona causando 2 heridos,
y el 21 de setiembre la ETA mató en las afueras de la ciudad al
concejal del PP José Luis Ruiz Casado, de 42 años. En lo
que va del año, los atentados de la organización independentista
han costado la vida a 20 personas y más de 100 han resultado heridas,
después que la ETA rompiera unilateralmente su tregua el año
pasado. Desde el gobierno conservador, la respuesta ha sido tratar de
presionar por la ilegalización de Euskal Herritarrox, el partido
de superficie de la organización, que reúne un 20 por ciento
de los votos en el País Vasco.
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