Por Luis Bruschtein
La ministra Bullrich
dice que los dirigentes gremiales somos responsables del paro, pero la
que para es la gente, la que quiere protestar contra la política
de este gobierno es la gente, si no, no nos llevarían el apunte
insistía poco después del mediodía de ayer un eufórico
Víctor De Gennaro. El titular de la Central de los Trabajadores
Argentinos (CTA) se instaló desde las diez de la mañana
en su despacho de la vieja casona de Independencia al 700. El clima era
de expectativa, pero distendido, no era el búnker ni la comandancia
de un jefe de guerra. Un mate amenizaba la espera de novedades.
En una mesa junto al ventanal que da sobre la avenida, el gremialista
se proponía seguir las alternativas del paro junto a algunos de
los abogados de la central, Juan Carlos Capurro y Horacio Meguira, y otros
de sus colaboradores, además del titular de la poderosa Confederación
Intersindical Gallega (CIGA), Manuel Mera, quien se encontraba en Buenos
Aires para asistir al Encuentro del Nuevo Pensamiento organizado por la
CTA el último fin de semana en la Facultad de Derecho.
El despacho de De Gennaro es conocido por los periodistas. Sobre las paredes
hay fotografías y trofeos. Hay dos que sobresalen, uno con el banderín
del Club Atlético Lanús, y otro donde se ve a un De Gennaro
melenudo, abrazado con otro jovencito Germán Abdala, su compañero
de lucha y con quien fundaron la agrupación Anusate con la que
recuperaron el gremio. Más tarde, en los años 80 Abdala
fue diputado y uno de los principales impulsores del Grupo de los 8 que
a principios de los 90 se retiró del peronismo en repudio
al menemismo. Abdala murió enfermo y su recuerdo se convirtió
en una bandera de lucha en el gremio.
Alrededor de la mesa de abogados y sindicalistas circula un mate. De Gennaro
muestra con orgullo una carta de solidaridad con el paro enviada por Luiz
Inácio Da Silva, Lula en nombre del Partido de los
Trabajadores de Brasil. Recibió llamados similares de centrales
de Paraguay y Uruguay.
A las 12 comienza el paro. Los titulares de los gremios agrupados en la
Central participan en los distintos actos. Desde la calle se percibe que
el movimiento es mucho menor que en días normales y decrece aún
más a medida que avanza la hora. Me enorgullezco de nuestro
pueblo dice De Gennaro entre mate y mate porque después
de todas las que pasó, de la dictadura y la hiperinflación,
del pánico a perder el laburo, la gente todavía es capaz
de hacer esto. El Gobierno cree que la gente para porque se lo ordenamos
o porque no la dejamos trabajar, como si pensara que la dignidad de la
gente no existe y que va a aceptar sin protestar la desocupación,
el hambre, la inestabilidad y la precarización de los trabajos.
El timbrazo del teléfono interrumpe la conversación. Habla
Luis DElía, de la Federación de Trabajadores por la
Vivienda y el Hábitat. Le informa que en La Matanza están
haciendo un acto con casi cinco mil personas, sobre la Ruta 3, en el mismo
lugar donde fue el corte hace unos días. Se van a quedar allí
hasta la medianoche.
Allí, en el corte de La Matanza, se empezó a generar
este paro general subraya De Gennaro, empezamos a hablar del
tema al ver que el reclamo se extendía y lo retomamos cuando mataron
al compañero Verón en Salta. Un paro general no se inventa,
es la misma gente la que va creando el clima, un paro general no se puede
declarar de un día para el otro y cuando tiene esta repuesta es
porque es legítimo.
Suena otra vez el teléfono, pero ahora atiende Meguira. Es un empleado
de comercio que llama porque el patrón de la empresa acepta que
paren el viernes, incluso puso un cartelito en la vidriera. Pero
yo quiero parar con ustedes a partir de hoy, explica el hombre.
La conversación gira entonces a la cuestión de la democratización
gremial. Tanto el gobierno menemista como éste, aceptaron
la pluralidad en la administración pública, pero mantienen
el unicato en la actividad privada, no existe garantismosindical en este
país y a pesar de todas estas dificultades, de a poco, vamos creciendo,
la gente se organiza y participa reflexiona De Gennaro.
Por las ventanas entra un ruido de motores y bocinas agudas. Decenas de
motoqueros, que están organizando su sindicato con respaldo de
la CTA, paran frente al local y tocan las bocinas y aceleran las motos.
Se van a concentrar sobre Diagonal Norte en adhesión al paro. Suena
otra vez el teléfono y atiende De Gennaro. Es Víctor Mendívil,
de la Federación de Trabajadores Judiciales. Estamos todos
mojados dice pero el acto en 50 y 7 de La Plata fue muy bueno.
La actividad se hace más intensa. La lluvia se descarga torrencialmente
en la calle. La mandó el Fondo Monetario, comenta alguien.
Por la televisión pasan las declaraciones más agresivas
de la ministro de Trabajo, Patricia Bullrich, que provocan abucheos y
algunos comentarios no reproducibles. Comienzan a llegar periodistas y
militantes empapados, que vienen de los distintos actos.
A mí me encantan los programas cómicos dice
De Gennaro y me han invitado a más de uno. Ayer casi no dormí
preocupado por el paro, si salía, si habría represión...
no puedo ir a un programa en joda a hablar de un paro. Pero no son
solamente los programas humorísticos. Sus colaboradores de prensa
tienen un dolor de cabeza porque no quiere asistir a los programas periodísticos.
Yo estoy de paro insiste De Gennaro si vienen los móviles
y los periodistas, los atiendo, pero yo convoqué a un paro, no
puedo hacer una gira por los canales o los medios que no pararon o no
dejaron parar a sus trabajadores. Sus colaboradores insisten sobre
la importancia de los medios. Los medios no son un fin en sí
mismo, esto de la política mediática no es para nosotros,
para nosotros lo importante es trabajar con la gente.
Otra vez se escuchan bocinas en la calle. Decenas de taxis del sindicato
de propietarios de una sola unidad se instalan sobre Independencia con
banderas negras y amarillas. De Gennaro baja y se abraza con los choferes.
Llega un grupo de pibes que está organizando la Juventud de la
CTA. Nosotros hicimos un cortefashion, dice un morocho
de pelo corto, que participó en un acto en la Recoleta. De Gennaro
se entusiasma con los pibes y explica la Jornada de Solidaridad que realizarán
brigadas de 500 jóvenes en 20 barriadas marginales de Capital y
Gran Buenos Aires, el 7, 8, 9 y 10 de diciembre. Van a construir comedores
y escuelitas. Para nosotros la historia no termina con el paro explica
con entusiasmo De Gennaro, tenemos que crecer y organizar a más
compañeros, hicimos La Marcha Grande, el Encuentro por el Nuevo
Pensamiento, ahora vamos a las Jornadas de la Juventud del CTA y seguimos
con las marchas por el conurbano. Estamos impulsando la consulta popular
para que se haga un plebiscito que apruebe el seguro de empleo de 380
pesos para jefes de familia y 60 pesos por hijo. Tenemos un proyecto,
lo queremos discutir y para eso tenemos que ser más, tenemos que
crecer y organizarnos.
Un tema del
Gobierno
¿A quién le conviene que se hable de violencia?:
al Gobierno, nosotros queremos hablar de la falta de trabajo, del
hambre, de una política distinta que tenga en cuenta a la
gente declaró Víctor De Gennaro ayer, luego
de escuchar las advertencias de la ministra de Trabajo, Patricia
Bullrich, a los dirigentes gremiales sobre posibles hechos de violencia
durante el paro.
Está más preocupada en impedir que se expresen
los trabajadores que en gobernar insistió. El
Gobierno todavía no entendió que a partir de las 12
de hoy hasta las 24 de mañana, los protagonistas son los
millones de trabajadores que están parando y que salen a
participar en todos los actos. Por eso agregó,
la ministra no se tiene que dirigir a mí sino a esos trabajadores,
a los que no convencieron de que la privatización de la jubilación
es buena, que la desocupación es buena y que la rebaja de
los salarios es buena.
Nosotros damos la cara, somos responsables puntualizó,
porque hasta ahora la violencia provino de los que están
con uniforme, como en el caso de Aníbal Verón, el
compañero que mataron en Salta y los compañeros que
mataron en Corrientes apenas asumió el Gobierno.
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