Por Fernando Almirón
El gobernador Carlos Ruckauf
decidió ayer a último momento suspender el operativo de
traslado de las columnas bonaerenses que, según estaba previsto,
se iban a concentrar frente al Congreso Nacional como parte del paro activo
convocado por la CGT disidente. La excusa de la lluvia que comenzó
poco después del mediodía no conformó a Hugo Moyano,
que apuntó su ira contra el intendente de La Matanza, Alberto Balestrini,
designado por Ruckauf como coordinador del apoyo que el PJ de la provincia
les había prometido a los caudillos sindicales. En La Plata aseguraban
que el peronismo bonaerense prefirió dar un paso al costado ante
la posibilidad de que los servicios de inteligencia infiltraran a los
manifestantes generando disturbios con el objeto de descalificar la protesta.
La dirigencia justicialista amaneció ayer atendiendo los llamados
telefónicos de los caciques sindicales, quienes le manifestaban
su preocupación por la amenaza del Gobierno de declarar ilegal
el paro si se detectaban actos de violencia durante las primeras horas
de la huelga activa. La advertencia del Ejecutivo nacional fue incluso
más allá, señaló un importante referente
del peronismo bonaerense a Página/12. Nos dijeron que estaban
dispuesto a retirarle la personería jurídica a los gremios
involucrados en los disturbios, e incluso disponer la detención
de los sindicalistas involucrados en ellos, agregó la fuente.
Los jefes de la CGT disidente que conduce el camionero Moyano buscaron
abrir el paraguas político que les había prometido el gobernador
Ruckauf, Eduardo Duhalde y los intendentes peronistas del conurbano reunidos
el martes en San Miguel para llevar adelante la medida de fuerza que se
inicio ayer a las 12 y se prolongará hasta las 24 de hoy.
La existencia de un supuesto plan de inteligencia que le adjudicaron al
secretario de Seguridad Enrique Mathov para desprestigiar la protesta
ocupó buena parte de las conversaciones que mantuvieron a lo largo
del día de ayer los dirigentes sindicales y los políticos
del PJ bonaerense. Los que le reprocharon una vez más a Moyano
haber incorporado la modalidad del corte de rutas como parte del paro
general. Fue irresponsable sacar a la gente a la calle en estos
momentos, argumentaron con fastidio.
Cuando Moyano se enteró de que las columnas prometidas por Ruckauf
nunca llegarían a la Plaza de los Dos Congresos, marco el número
telefónico de Duhalde para decirle que con esto daba por terminado
el pacto político que el camionero había sellado hace poco
más de un mes con el mandatario bonaerense, y que retiraba a sus
hombres de las listas de candidatos a diputados nacionales que en principio
había acordado sumar para las elecciones de octubre.
Ruckauf apareció horas después para afirmar que la
Argentina perdió la oportunidad de hacer un acuerdo histórico
entre las provincias y la Nación para salir de la crisis. Y mantuvo
un prudente silencio sobre la jornada de paro general, una actitud que
prevaleció entre la dirigencia nacional del justicialismo que prefirió
conservar el perfil bajo y dejarle el campo libre a los sindicalistas.
La visión de
Carlos Menem
No dejó pasar la oportunidad. Mientras el Gobierno digería
el primer paro de 36 horas contra Fernando de la Rúa, el
ex presidente Carlos Menem se enorgulleció de que durante
su mandato hubo pocos paros porque había
conducción, liderazgo, propuestas y un diálogo permanente.
Y después, cuando se le preguntó por qué no
hubo tantos paros masivos en su gestión, respondió
con sorna: Y... había un gobierno. El titular
del justicialismo realizó estas declaraciones ayer, mientras
inauguraba una biblioteca en el Instituto Argentino Arabe Islámico,
unas horas después de que comenzara la huelga decretada por
las tres centrales sindicales. Luego de descalificar a De la Rúa,
Menem volvió a cargar contra los principales dirigentes de
la Alianza. Yo le quiero recordar a este gobierno que cuando
a mí me hacían paros, ellos encabezaban las manifestaciones,
ellos fueron a visitar la Carpa Blanca, participaron de un montón
de actos en contra de mi gobierno y yo no estoy en la misma actitud,
todo lo contrario, afirmó. A pesar de que subrayó
que no es partidario de los paros, más tarde
explicó que este paro tuvo como objetivo reclamar por
los derechos de aquellos que tratan de proteger. Al final,
cuando le preguntaron si tiene previsto presentarse como candidato
presidencial en el 2003, sólo respondió no sé.
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Diálogo con
religiosos
El diputado del PJ Mario Cafiero intentó esta semana acercar
posiciones entre el Parlamento, las centrales obreras y el Gobierno
apelando a tres representantes religiosos. El rabino Dani Goldman,
el pastor Aldo Echegoyen y el obispo Estanislao Karlic fueron a
dialogar con Hugo Moyano; Víctor De Gennaro; un líder
de la CGT que conduce Rodolfo Daer; y funcionarios. La idea
era acordar una agenda social con apoyo parlamentario, comentó
Cafiero, cuya iniciativa también contaría con respaldo
del presidente de la Cámara de Diputados, Rafael Pascual,
y del jefe del bloque de la Alianza, Darío Alessandro. La
rispidez de la ministra Patricia Bullrich hizo fracasar el encuentro,
se lamentó.
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COMO
UN FIN DE SEMANA LARGO
Barcos y aviones llenos
Para muchos se convirtió
en un fin de semana largo. Pese al furioso temporal que se abatió
sobre Buenos Aires, en las primeras hora del día se subieron al
auto o a la escalerilla del avión. Juan Carlos quería ser
uno de ellos. Es el dueño de un negocio ubicado en la calle Florida.
Un poco para adherir a la huelga y otro poco por temor, decidió
bajarle las persianas a su local a partir del mediodía del jueves
y disfrutar de unas pequeñas vacaciones. Montevideo le pareció
un buen lugar, cercano y accesible. Su deseo no se hizo realidad: intentó
comprar sus pasajes, pero, entre sorprendido y resignado, descubrió
que estaban agotados. Página/12 comprobó que no fue el único:
muchos destinos turísticos tuvieron una gran demanda para este
fin de semana.
El gerente de marketing de Buquebús, Juan Cruz Gómez Oromi,
confirmó a este diario lo que para ellos también fue una
sorpresa: Vendimos el 100 por ciento de los boletos para Uruguay
cuando normalmente, y teniendo en cuenta que estamos a fin de mes, los
barcos zarpan ocupados en un 60 por ciento de su capacidad, contó
Gómez Oromi.
El aeroparque metropolitano, a pesar de las intensas lluvias que complicaron
las operaciones, también tuvo un día movido. Los aviones
que despegaron para distintos puntos del país y a Punta del Este
y Montevideo iban con el pasaje completo. Desde la oficina de prensa de
Aerolíneas Argentinas, su jefe, Alejandro Lotito, se mostró
satisfecho por el regalito que significó este jueves
distinto. Para nosotros el jueves es un día flojo aclaró
Lotito, pero las circunstancias lo convirtieron en altamente rentable
para la empresa. Hoy se duplicó la cantidad de tickets que habitualmente
se venden para un día jueves. Los aviones salieron todos llenos.
Pero no sólo lo adjudicó a una cuestión puramente
turística, porque mucha gente que trabaja en Buenos Aires
aprovechó para volver dos días antes a su casa, aclaró.
En Retiro, en cambio, la realidad fue distinta. Al parecer el fenómeno
no se trasladó a quienes viajan en micro. El jefe de la torre de
control no notó nada significativo y un empleado de
ventas de la empresa TAC, ante la consulta de este diario, fue contundente:
Hubo menos movimiento que cualquier otro día, dijo,
como sin entender qué se le estaba preguntando.
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