El ministro de Economía,
José Luis Machinea, reconoció ayer la compleja situación
social, pero dijo que los sindicalistas se mueven por intereses
propios y los acusó de tener una actitud de amedrentamiento,
que es de patoterismo, de querer que la gente no vaya a trabajar y hacer
que la gente no pueda elegir qué es lo que quiere hacer.
En tanto, admitió que el riesgo de cesación de pagos
(del gobierno) no desapareció porque la situación de la
Argentina sigue siendo grave. Y dejó en claro que el rumbo
está trazado: El Gobierno tomó la decisión
de seguir avanzando con su programa, brindando la certeza de que el rumbo
no cambia, debe despejarse cualquier duda que existiera sobre la capacidad
del Gobierno de llevarlo adelante, tenía escrito en el discurso
preparado para el acto en la Bolsa de Cereales, que finalmente no leyó.
La estrategia de Machinea al hablar del paro apuntó en dos sentidos.
De un lado, buscó mostrarse consciente de la grave situación
social que atraviesa el país, punto en el que trastabilló
sólo cuando admitió que con su salario no le alcanza para
vivir. El estado de incertidumbre y desesperanza de la gente me
llega, sostuvo y reconoció que, dada la elevada tasa de desocupación
que según su información, no bajó en octubre
difícilmente los salarios aumenten en los próximos
meses en la Argentina.
De otro lado, criticó duramente a los sindicalistas. (Hugo)
Moyano le viene parando al Gobierno desde el primer día y esto
no es una novedad, creo que él está detrás de un
proyecto político distinto, aseguró en declaraciones
a Radio Continental. De la CGT que lidera (Rodolfo) Daer, afirmó
que es de señores que se dedican a hacerles huelgas a los
gobiernos radicales y no a los justicialistas, pero en este caso ayudados
por las reforma de las obras sociales, que es el tema que más los
preocupa, porque no son otra cosa que la caja de los sindicatos,
disparó.
Sólo rescató la figura de Víctor De Gennaro, líder
de la CTA, de quien opinó que es una persona distinta de
Moyano; Moyano va a parar pase lo que pase en el país y De Gennaro
tiene propuestas que para mi son inviables, pero yo lo separo, creo que
es gente con la que se puede dialogar.
El otro flanco fuerte de las declaraciones de Machinea se orientó
a presionar sobre el Congreso, en la misma línea que horas antes
lo había hecho el Fondo Monetario, al manifestar que no habrá
blindaje financiero hasta tanto no se apruebe la reforma previsional.
Dijo que el proyecto de reforma previsional sería mejor
que fuera sancionado por ley que por decreto, pero condicionó esa
posibilidad a encontrar una vía más o menos rápida
para su tratamiento y aprobación. Seguimos trabajando y discutiendo
dentro de la Alianza. Yo soy de la idea que en la medida en que uno pueda
avanzar más y tener mayor consenso político es mucho mejor,
indicó el ministro. Pero destacó, como lo había hecho
un día antes el número dos del FMI, Stanley Fischer, que
hay urgencia en avanzar con la reforma previsional, para destrabar
el paquete financiero internacional.
De igual modo, como también había sostenido Fischer, insistió
con que todavía no desapareció el riesgo de la cesación
de pagos porque la situación argentina era grave cuando
habló el Presidente hace diez días y sigue siendo grave
hoy día.
Pero, al mismo tiempo, se preocupó por ahuyentar cualquier fantasma
de devaluación. Hay Convertibilidad por muchísimos
años, hasta donde la imaginación pueda llegar, exageró.
Según Machinea, el riesgo país (la tasa de interés
adicional que debe pagar el gobierno para endeudarse) se va a derrumbar
una vez que se acceda al paquete financiero liderado por el Fondo Monetario.
Y pronosticó que la reactivación llegará en
el primer trimestre del 2001.
Sin embargo, aconsejó a la gente esperar 15 días para sacar
un crédito, hasta que pasen un poco las turbulencias;
como recomendé hacerlo hace 45 días, diría
que hoy hay ciertas turbulencias y esperaría a que bajen un poco
las tasas, explicó.
El Fondo sin América
La diputada frepasista María América González
consideró que los directivos del FMI no pueden imponer a
Fernando de la Rúa la manera de resolver la reforma previsional
a cambio de su apoyo financiero. Ni Stanley Fischer (subdirector
del FMI) ni el Fondo son quiénes para decirle al presidente
que tiene que sacar la reforma previsional por ley o por decreto,
sostuvo. Consultada acerca de la reunión que sobre la abolición
del sistema público mantuvo con el jefe de Gabinete, Chrystian
Colombo, a legisladora dijo que fue una reunión muy
gentil, muy corta. La legisladora adelantó que prepara
un nuevo proyecto que rechaza el aumento de la edad jubilatoria
de la mujeres, la eliminación de la PBU y del sistema de
reparto.
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LLEGA
LA MISION DEL FONDO PARA TRATAR EL SALVATAJE
Una red de contención en la valija
Entre el domingo
y el lunes empezará a desembarcar en Buenos Aires la misión
de funcionarios del Fondo Monetario, con la que se acordará la
nueva Carta de Intención que deberá suscribirse con el organismo.
Esta sería la puntada final a la red de salvataje en
préstamos que piensa tender el FMI debajo de la Argentina para
evitar que una eventual cesación de pagos del gobierno de De la
Rúa se transforme en una crisis financiera de alcance global.
La misión será encabezada, como es habitual, para la economista
italiana Teresa Ter Minassian, subdirectora del Departamento Occidental,
quien arribaría al país a mitad de semana. La nueva Carta
de Intención incluiría las nuevas pautas fiscales y macroeconómicas
que ya incluyó el gobierno en el nuevo proyecto de Presupuesto
2001. Así, se prevé que el PBI crecerá el año
próximo sólo 2,5 por ciento y que el déficit fiscal
será de 6400 millones de pesos, frente a los 4100 millones pautados
originalmente.
Además, incluirá entre las condicionalidades
las medidas anunciadas por el presidente hace diez días, destacándose
la reforma previsional y el congelamiento de gastos a nivel de gobiernos
nacional y provinciales por los próximos cinco años.
Yo hablé el domingo con Stanley Fischer, después de
que el secretario de Hacienda (Mario Vicens) habló con Teresa Ter
Minassian, y el Fondo apoya las medidas que tomó la Argentina,
remarcó ayer Machinea, sin mencionar que las medidas había
sido consensuadas con el Fondo mucho antes de ser anunciadas. Con la misión
del FMI en Buenos Aires, lo más probable es que el equipo económico
aproveche en las próximas dos o tres semanas para presionar sobre
el Congreso por la aprobación de la reforma previsional. Superado
ese plazo, de no haber sido aprobada por ley, se recurriría al
decreto.
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