Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
ESPACIO PUBLICITARIO


Ahora el juego de presiones es
sobre la sanción del Presupuesto

Como en una carrera de obstáculos, con el �mercado� satisfecho como meta, el Gobierno ha puesto su energía en lograr una rápida aprobación del polémico Presupuesto 2001. Cambios y observaciones.

Darío Alessandro, titular de la bancada de diputados de la Alianza. Difícil equilibrio dentro de la coalición.

Por Cledis Candelaresi

Después de haber cerrado el acuerdo con los gobernadores justicialistas, el Gobierno se juega a que Diputados acelere la media sanción del Presupuesto del 2001 en una sesión especial del martes próximo, al definir una serie de modificaciones. Para disciplinar a sus propios legisladores, que cuestionaron duramente la iniciativa apenas fue girada, Economía estaría dispuesta a incrementar el gasto en no menos de 600 millones de pesos el año próximo, dejando en pie los subsidios al combustible y al tabaco que pretendía recortar. Otro capítulo de la estrategia oficial para contentar a los aliancistas sería la determinación de girar al Parlamento el proyecto de ley previsional, que los legisladores esperan recibir en los próximos días (ver aparte).
La decisión de modificar la Ley de Solvencia Fiscal, permitiendo que el déficit de este ejercicio y del próximo sean mayores, dejó algún resquicio para que el gasto sea superior a lo que José Luis Machinea había previsto originalmente. Con ese margen, los legisladores de la Alianza insistieron en su exigencia de que no se recorten las subvenciones a los combustibles pagatónicos y al tabaco, prerrogativas fiscales que benefician directamente a un lote de provincias por un monto total de unos 200 millones de pesos. A última hora de ayer, el radical Horacio Pernasetti descontaba que ésa era una batalla ganada.
El diputado oficialista trabajó ayer junto a sus compañeros de bancada Jesús Rodríguez, Rodolfo Rodil, José Vittar, Raúl Baglini y Darío Alessandro en el pulido del proyecto que necesariamente Economía tiene que modificar. La reunión fue convocada en el Palacio de Hacienda para el mediodía, justo cuando comenzaba la medida de fuerza contra la política instrumentada desde ese ministerio. Invocando el escaso sentido de oportunidad para el cónclave, los oficialistas prefirieron no ir y ahora esperan que les detallen las planillas con los números finales.
Las últimas medidas económicas –empezando por la corrección hacia abajo de las pautas de crecimiento y la alteración de la Ley de Solvencia Fiscal– obligan a hacer correcciones sobre el texto original.
Otros cambios son producto directo de la negociación política con las provincias, incluida la intención de mantener intactas aquellas subvenciones. Como resultado de ese acuerdo, la Nación decidió destinar un adicional de 225 millones de pesos para el gasto social y una partida especial, posiblemente por un importe semejante, para encarar obras públicas en algunas localidades del interior.
Ese pacto con los principales referentes del justicialismo acotó el margen de este partido para discutir el texto en el Parlamento. Por ahora, el reclamo en firme de los diputados opositores es que la Alianza les acerque lo antes posible las planillas con el detalle de las iniciativas en cifras, porque quieren evitar sorpresas en el recinto. Formalmente el PJ reclama analizar en la Comisión de Presupuesto y Hacienda todas las modificaciones al proyecto, al que formularon 98 pedidos de observación. Sin embargo, no mantendrían diferencias sustanciales respecto de la propuesta oficialista, que desde que ingresó al Parlamento fue más cuestionada por representantes de la propia Alianza que de la oposición.
El riesgo más nítido de oposición que aparecía hasta ayer provenía del heterogéneo grupo de diputados de extracción sindical. Este bloque, que integran opositores y oficialistas, plantea firmes cuestionamientos al recorte salarial del 12 por ciento sobre los sueldos estatales.
Esa oposición es casi tan contundente como la que ejercen los frepasistas, contrarios a la anunciada reforma previsional. La posibilidad de que Fernando de la Rúa la disponga por decreto alimentó el rumor de otra crisis en el Gobierno, supuestamente provocada por las renuncias de Alessandro, titular del bloque, y Graciela Fernández Meijide. Con esta presión, el Presidente prometió a sus legisladores girarles el proyecto de ley en las próximas horas, aunque con la advertencia de que, si el debateno se agota pronto, apelará al decreto. Lo que pocos parecen considerar es que, aun así, el Parlamento debería luego convalidarlo.

 

Prontitud y rapidez

El presidente Fernando de la Rúa mantuvo ayer una reunión con el jefe de Gabinete y el ministro de Economía para ultimar los detalles de los cambios del sistema jubilatorio y la desregulación de las obras sociales. Al término del encuentro, Chrystian Colombo aclaró que respecto de la edad jubilatoria de las mujeres se definió que será gradual y optativo porque “podrán optar por jubilarse a los 60 años o hacerlo entre esa edad y los 65 años”. “A medida que se jubile más cerca de los 65 años cobrará una jubilación mayor”, sostuvo el funcionario, quien agregó que con el recálculo jubilatorio “las mujeres van a cobrar una retribución igual a los hombres, cuando hoy es sensiblemente inferior”. Respecto de si habrá un decreto de necesidad y urgencia o un proyecto de ley, Colombo afirmó que “yo no voy a hacer especulaciones; siempre hemos dicho que si sale con prontitud y rapidez es mejor la ley, pero también hemos dicho que esto es imprescindible para generar solvencia y credibilidad en el largo plazo”. En tanto, el bloque de senadores justicialistas advirtió ayer que tiene previsto rechazar la reforma previsional o promover la derogación del decreto correspondiente si el Gobierno no introduce modificaciones sustanciales en la iniciativa anunciada. “Están totalmente locos si piensan que vamos a dejar pasar ese proyecto”, amenazó el senador Augusto Alasino.

 

LAS TERMINALES SIGUEN QUEJANDOSE POR EL ACUERDO
Riesgo de colisión de frente

A pesar de las críticas de las terminales locales, el secretario de Industria, Javier Tizado, ratificó el acuerdo alcanzado con Brasil, para destrabar la puesta en marcha de la política automotriz bilateral en el marco del Mercosur. El acuerdo fue avalado también por las terminales brasileñas que expresaron que lo convenido es “bueno y representa un avance para el bloque”. No obstante, en línea con sus pares argentinas, se quejaron del 32 por ciento máximo de contenido importado. Vincenzo Barello, presidente de Fiat, la misma firma a la que pertenece el titular de Adefa, Cristiano Ratazzi, consideró que la pauta de contenido local de partes establecida es “antieconómica y de difícil cumplimiento”.
La posición de Fiat es previsible, pues recientemente esta firma –que se contaba entre las pocas que actualmente estaban en condiciones de sobrecumplir la pauta de contenido local– decidió una estrategia global de producción que incluyó dejar de producir motores en la Argentina. Esta decisión de su casa matriz la colocó inmediatamente fuera del cumplimiento de contenido local mínimo para satisfacer las demandas de la política automotriz del Mercosur.
Tizado, por su parte, defendió lo acordado. “Hemos escuchado a todos, automotrices y autopartes, y luego de varias reuniones, Argentina y Brasil firmaron un acuerdo que está vigente. La medición del componente local comenzará el 1º de enero”, reafirmó el secretario de Industria, quien agregó que se llegó al acuerdo “luego de once reuniones en Brasil y catorce en Buenos Aires”.
En tanto, las automotrices brasileñas agrupadas en Anfavea se mostraron conformes en el acuerdo, aunque propondrán, junto con la argentina Adefa, elevar el contenido importado máximo del 32,5 al 37,0 por ciento. Cabe recordar que las firmas que integran ambas asociaciones de productores son prácticamente las mismas.

 

 

KIOSCO12

PRINCIPAL