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SIETE DE CADA DIEZ PERSONAS TIENEN DIFICULTADES PARA DORMIR
El sueño latinoamericano en crisis

Un estudio en la Argentina, Brasil y México reveló que el problema más común de los insomnes es despertar en medio de la noche.

Según la investigación, las mujeres tienen más problemas para dormir que los varones.

La Patria Grande está somnolienta. Una encuesta efectuada en la Argentina, Brasil y México reveló, por fin, en qué consiste la famosa identidad latinoamericana: casi siete de cada diez entrevistados tiene dificultades para dormir. En Estados Unidos y Europa, sólo tres de cada diez presentan este problema, porque –según una especialista– “en el Hemisferio Norte hay más conciencia sobre la relación entre dormir bien de noche y sentirse bien de día”. El problema más común es despertar en medio de la noche; le sigue en frecuencia la dificultad para conciliar el sueño al acostarse. Según la investigación, las mujeres tienen más problemas para dormir que los varones y, en cuanto a la edad, las mayores dificultades empiezan a mediados de la cuarentena. También persisten creencias erróneas como la de que el cansancio físico ayuda a dormir, cuando puede ser precisamente al revés.
La encuesta fue realizada por la firma AcNielsen, por encargo de la Sociedad Latinoamericana del Sueño, sobre 1776 personas de 18 a 70 años, hombres y mujeres, en las ciudades de Buenos Aires, San Pablo, México DF y Guadalajara. De ese total, el 68 por ciento manifestó haber tenido dificultades para dormir, en el último año, un promedio de 15 noches por mes, y estos números fueron similares en los tres países.
Latinoamérica despierta: el 61 por ciento de los encuestados padece despertares en medio de la noche, y el 49 por ciento tiene problemas para volver a dormirse después. O bien, directamente, Latinoamérica no duerme: el 51 por ciento refiere padecer “dificultades para quedarse dormido”. O, en el mejor de los casos, Latinoamérica padece un amargo despertar: el 52 por ciento de los encuestados se levantan “sintiendo sueño o cansancio”.
Según la investigación, las mujeres tienen más dificultades de sueño que los hombres: 69 por ciento contra el 65 por ciento. Y los problemas crecen con la edad: a partir de los 45, el 70 por ciento de los encuestados manifestó tener problemas.
Los resultados “son llamativos porque, en encuestas similares en Europa y Estados Unidos, la proporción es de alrededor del 30 por ciento”, señaló Margarita Blanco, presidenta de la Sociedad Latinoamericana del Sueño. Según la especialista, “sucede que en el Hemisferio Norte hay más conciencia sobre la relación entre la calidad del sueño nocturno y el bienestar diurno”. En Latinoamérica, “no sólo se desestima la protección del sueño sino que la mayor parte de la gente se autodepriva: es decir, duerme menos por decisión propia. Sobre una expectativa habitual de siete u ocho horas de sueño, la mayoría de los encuestados duerme cinco o seis: si se suman las horas a lo largo del año, es un mes de sueño perdido. La gente cree haber ganado dos horas de vida por día y no toma en cuenta que la falta crónica de sueño afecta el rendimiento laboral, la memoria, el carácter y por lo tanto las relaciones sociales y familiares. Hay estudios que demuestran cómo la falta de sueño afecta el sistema inmunológico del organismo”.
El hecho es que los mal dormidos se sienten “somnolientos durante el día” (47 por ciento), “se irritan o enojan con facilidad” (37 por ciento), “creen que sus relaciones con la familia se están deteriorando (31 por ciento) y que “la falta de sueño interfiere con su vida social porque están demasiado cansados (21 por ciento). La gran mayoría de los encuestados (85 por ciento) atribuye sus dificultades al estrés. Luego vienen los “problemas de salud” (30 por ciento), “factores ambientales como la luz y el ruido” (20 por ciento) y “problemas familiares” (15 por ciento).
Además, la encuesta mostró la difusión de prejuicios acerca del sueño, por ejemplo: “La mitad de los encuestados cree erróneamente que hacer ejercicio antes de irse a la cama es una forma efectiva de dormirse más rápido”. Según comentó la doctora Blanco, “mucha gente va al gimnasio a la noche creyendo que, por estar bien cansada, se va a dormir, pero, al revés, el ejercicio físico estimula el sistema circulatorio, llega más sangre al cerebro y la persona no se duerme; es lo que sucede con loschicos que, después de jugar todo el día, a la noche están hiperexcitados y no pueden dormir, por una excitación que no es psicológica sino vascular. No se debiera hacer un ejercicio físico intenso en las seis horas previas a irse a la cama”.

 


 

UN HOMBRE MATO A SU ESPOSA Y SUS CUATRO HIJOS
Tragedia familiar en Monte Caseros

Una mujer y sus cuatro hijos –tres niñas y un varón– fueron asesinados ayer, en la localidad correntina de Monte Caseros. La policía detuvo por la tarde al esposo de la víctima y padre de las dos criaturas más pequeñas, sospechado de cometer el crimen y luego prenderle fuego a la vivienda. El hombre había logrado cruzar la frontera con Uruguay, pero fue deportado desde Bella Unión por no tener documentos. El intendente de Monte Caseros, Eduardo Galantini, expresó su “profundo pesar” por el hecho y decretó asueto por duelo para los empleados municipales.
Rosa Isabel Benavídez, de 29 años, habitaba una casilla de madera y chapa, en el barrio Tiro Federal. Junto a ella vivían sus cuatro hijos –Carolina Erica (3 años), Gabriela Isabel (5), Luciana Beatriz (8) y Carlos Daniel (13)– y su esposo, Ramón Oscar Ramírez. Rosa trabajaba en los grupos de asistencia social de la Municipalidad, coordinando la actividad de los comedores infantiles y recolectando medicamentos y ropa para las familias carenciadas de Monte Caseros. En la madrugada de ayer, algunos vecinos escucharon a Ramón y a su esposa discutir acaloradamente: horas después, la vivienda desaparecía entre las llamas. Rosa había sido asesinada a golpes, aparentemente con una barreta de hierro, y los chicos, estrangulados. De Ramón no había señales.
Ramírez fue detenido en Bella Unión, una localidad uruguaya ubicada a la misma altura en el mapa que Monte Caseros. La policía de ese país lo deportó y ahora se encuentra detenido e incomunicado en la comisaría de su pueblo. Uno de los puntos que aún resta aclarar es cómo se produjo la muerte de las víctimas: si fue, efectivamente, por los golpes –en el caso de Rosa– y los estrangulamientos –en el caso de los chicos–, o si fue por asfixia, debido al humo generado por el incendio. Aunque rige el secreto de sumario, uno de los policías arriesga una hipótesis: “Es probable que ya estuvieran muertos cuando empezó el incendio, porque si no hubieran tratado de escapar”.

 

 

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