Por Michael Ellison
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Desde Nueva York
Al Gore sufrió anoche
un rudo golpe a sus esperanzas de ganar la presidencia después
de que una corte rechazara ordenar el recuento electoral en un condado
de Florida en el que tenía depositadas grandes expectativas de
conseguir votos cruciales. Los siete jueces de la Corte Suprema del estado
(localizados a través de teléfonos y fax durante el feriado
del Día de Acción de Gracias) decidieron que los funcionarios
del condado de Miami-Dade no debían ser obligados a retomar el
recuento manual suspendido el miércoles. Gore, quien está
930 votos por detrás de George W. Bush en el conteo oficial, deberá
confiar ahora en conseguir el apoyo extra que necesita de sólo
dos condados, Broward y Palm Beach. Pero ninguno de los dos le dio hasta
ahora la ventaja que esperaba conseguir, y anoche había ganado
apenas 168 votos extra obtenidos después de los recuentos de boletas
electorales.
Los demócratas apelarán lo más rápido
posible los resultados de Miami-Dade si no toman en cuenta los cientos
de boletas dudosas, anunció ayer Ron Klain, consejero
demócrata. El recuento manual en Miami-Dade fue suspendido anteayer
por la imposibilidad material de finalizar el conteo antes
de la fecha límite de las cinco de la tarde del domingo impuesta
por la Corte Suprema. Doug Hattaway, uno de los voceros de Gore, explicó
que creemos que la Corte Suprema no pretendía que su límite
temporal fuese usado como una excusa para no contar los votos. La
batalla legal por la elección llegó a la Corte Suprema en
la noche del miércoles, cuando los abogados de Bush solicitaron
al tribunal que bloqueara la decisión de la corte de Florida de
permitir los recuentos manuales en tres condados de tendencia demócrata.
La apelación argumentó que sin una decisión de la
Corte Suprema antes del 18 de diciembre (cuando el Colegio Electoral se
reúne para la votación formal), las consecuencias
podrían llegar a ser el ascenso de un presidente de legitimidad
cuestionable o una crisis constitucional.
Broward estaba ayer en pleno escrutinio de 2 mil votos en disputa, mientras
Palm Beach se tomó un día de descanso antes de que venza
el límite del domingo. Mientras los conteos se desarrollaban en
Broward, Suzanne Gunzburger, una integrante demócrata de la comisión
examinadora, saludó a los observadores con un feliz Día
de Acción de Gracias. Espero que estén disfrutando el espectáculo
tanto como yo. Bush lleva la ventaja en Florida por 930 votos. Su
vocera, Karen Hughes, declaró que alguien comparó
esto con un maratón. Se cree que hay una línea de llegada
y, cuando uno la cruza, alguien está allí para decirle que
aún no terminó.
En Palm Beach, donde hoy se reanudarán los conteos de votos dudosos,
un juez del condado explicó que las boletas electorales con marcas
pero sin perforaciones totales deben ser contabilizadas porque la intención
del votante está clara. El jefe de la comisión examinadora
de las elecciones, Charles Burton, aseguró que ambas partes podrían
exponer hoy sus argumentos pero aclaró que, a primera vista, no
cree que vaya a cambiarse la forma en que la comisión evaluó
las boletas. Por su parte, Bush solicitó a una corte de Florida
que ordene a 13 condados con amplia población militar que cuente
los votos del extranjero. Cientos de boletas, en su mayoría provenientes
de bases militares, fueron rechazadas la semana pasada cuando los abogados
demócratas pidieron al consejo del condado que los examinaran.
Ambas partes consideran que el rechazo costó más votos a
Bush que a Gore.
Entretanto, el candidato republicano a vicepresidente, Dick Cheney, seguía
recuperándose en un hospital de Washington de un leve ataque
cardíaco; el cuarto. Puedo asegurar que ahí
adentro no encontraron ninguna boleta sin perforar, bromeó
por televisión después de aclarar que espera dejar el hospital
en uno o dos días. Pero en la mayoría del país,
las consideraciones sobre Gore y Bush, las boletas sin perforar, las audiencias
judiciales, el robo de elecciones, los conteos manuales yelectrónicos
y los votos militares fueron hechas a un lado por el Día de Acción
de Gracias y los riesgos de la ocasión. Entre ellos, los amigos
y familiares, la tensión por conseguir un lugar frente al televisor
antes de que comenzara el partido entre los Minnesota Vikings y los Dallas
Cowboys, la ansiedad por asegurarse las mejores ofertas del feriado y
la ingesta masiva de pavo y pastel de calabaza. Bush comenzó el
día haciendo jogging, almorzó con amigos en Austin y volvió
a su rancho en Waco. Gore pasó el día puertas adentro de
su residencia oficial en Washington.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
EL
CAMPO DEL VICE PIERDE SU VOLUNTAD DE LUCHA
Adiós a las armas demócratas
Por
Duncan Campbell *
Desde Los Angeles
Durante la larga
campaña presidencial, el enérgico e innovador equipo de
prensa de Al Gore enviaba una docena de e-mails por día a periodistas
que cubrían la elección. Menospreciaban los discursos de
su rival republicano George W. Bush, citaban cada declaración de
Gore, daban cifras probando la futilidad de las declaraciones de Bush
e informaban sobre el desempeño de Gore desde la ecología
hasta los honorarios por recetas médicas. Ahora las armas callaron.
Y aunque la principal razón es obviamente que la campaña
terminó, hay una sensación de que los partidarios de Gore
están gradualmente perdiendo su voluntad de lucha.
Maureen Dowd, que junto con Gail Collins estuvo brindando algunos de los
comentarios más ingeniosos en el New York Times sobre los hechos
de Florida, resumió todos los problemas de Gore en una columna
esta semana: Al Gore quiere la presidencia más de lo que
la quieren los demócratas. Y los republicanos quieren la presidencia
más de lo que Bush la quiere. Gore está más furioso
que su equipo de campaña y su partido. El equipo de campaña
y el partido de Bush están mas furiosos que él. Cada lado
hará todo lo que sea necesario. Pero los bushistas prefieren dejar
que los criados se ensucien las manos. Los criados que
están trabajando para Gore se enfrentaron a una tarea dificultosa
desde el momento que él llamó por teléfono a Bush
para retirar su admisión de derrota en la noche de la elección,
hace dos semanas y media. Por cada cambio que hubo a favor de Gore, parece
haber habido dos que fueron de ventaja para Bush.
Los demócratas están preocupados de que la continuación
de la lucha muestre a Gore como un mal perdedor. Saben que podrían
ser castigados en las elecciones para congresistas dentro de dos años,
si Gore gana la elección, pero pierde la discusión. Saben,
también, que si Bush gana, las oportunidades de los demócratas
de ganar bancas en esas elecciones se verá sustancialmente incrementada
ya que el electorado busca corregir el desequilibrio. Temen el peor escenario:
que Gore pierda la presidencia y la discusión. Las personas que
ayudaron financieramente a la campaña de Gore todavía están
firmando cheques para financiar la costosa empresa de contratar los abogados
más caros del país para montar las demandas legales en Florida.
Pero hay una sensación de que está llegando el momento en
que se preguntarán no están tirando el dinero por un desagüe
de Palm Beach.
Cuando la Corte Suprema de Florida falló que el recuento que estaba
teniendo lugar podía seguir, Gore decidió que se supiera
que estaba planeando tranquilamente su administración. Creo
que es importante para los dos que nos aboquemos a la transición,
dijo el martes a la noche. Pero desde entonces, la potencial victoria
parece estar deslizándose hacia abajo y con ella, el apoyo. Mientras
los más leales asistentes de Gore dicen que todavía les
cuesta creer que un conductor borracho convicto que parece más
cómodo jugando con su perro Spot que sorteando temas internacionales
puede llegar a presidente, hay un cansancio con todo el proceso y una
sensación de que para este fin de semana la batalla habrá
terminado.
Los comentaristas de derecha se han unido al proceso de moldear la opinión
pública contra Gore. Sabemos que todo esto ha sido manipulado
y lo hemos sabido desde el primer momento, dijo esta semana el derechista
animador Rush Limbaugh en su talk-show ampliamente difundido. Mientras
que la declaración puede calificarse como deshonesta propaganda
partidaria, está recorriendo el país. Los demócratas
que están tomando la temperatura en los estados todavía
pueden estar apoyando los desafíos de Gore, pero notarán
cambios en el sentimiento del público hacia su hombre. Los mercados
financieros han estado dando su propio veredicto sobre las oportunidades
de Gore. Cuando se supo que no obtendría los recuentos de Miami-Dade,
las acciones en tabaco, farmacéuticas y Microsoft industriasu
organizaciones que todos creían que se beneficiarían con
una victoria de Bush de pronto subieron.
En los próximos días Gore tendrá que decidir si quiere
arriesgar el equivalente político de una ejecución mafiosa
o saludar y retirarse dignamente y vivir para pelear otro día.
* De The Guardian de Gran Bretaña especial para Página/12.
Traducción: C. Doyhambéhère.
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