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UNA CORTE DE FLORIDA RECORTA LAS POSIBILIDADES DE UN TRIUNFO DEMOCRATA
Día de Acción de (des)Gracias para Al Gore

Un condado crucial de Florida no está obligado a recontar sus votos, alejando una victoria del vicepresidente.

Ventaja: Ninguno de los dos condados dio hasta ahora a Gore la ventaja que esperaba conseguir, y anoche había ganado apenas 168 votos extra.

Bill Clinton con el pavo de Acción de Gracias, ayer.
Todo indica que su segundo no tiene mucho que agradecer.

Por Michael Ellison *
Desde Nueva York

Al Gore sufrió anoche un rudo golpe a sus esperanzas de ganar la presidencia después de que una corte rechazara ordenar el recuento electoral en un condado de Florida en el que tenía depositadas grandes expectativas de conseguir votos cruciales. Los siete jueces de la Corte Suprema del estado (localizados a través de teléfonos y fax durante el feriado del Día de Acción de Gracias) decidieron que los funcionarios del condado de Miami-Dade no debían ser obligados a retomar el recuento manual suspendido el miércoles. Gore, quien está 930 votos por detrás de George W. Bush en el conteo oficial, deberá confiar ahora en conseguir el apoyo extra que necesita de sólo dos condados, Broward y Palm Beach. Pero ninguno de los dos le dio hasta ahora la ventaja que esperaba conseguir, y anoche había ganado apenas 168 votos extra obtenidos después de los recuentos de boletas electorales.
Los demócratas apelarán “lo más rápido posible” los resultados de Miami-Dade si no toman en cuenta los cientos de “boletas dudosas”, anunció ayer Ron Klain, consejero demócrata. El recuento manual en Miami-Dade fue suspendido anteayer por la “imposibilidad material” de finalizar el conteo antes de la fecha límite de las cinco de la tarde del domingo impuesta por la Corte Suprema. Doug Hattaway, uno de los voceros de Gore, explicó que “creemos que la Corte Suprema no pretendía que su límite temporal fuese usado como una excusa para no contar los votos”. La batalla legal por la elección llegó a la Corte Suprema en la noche del miércoles, cuando los abogados de Bush solicitaron al tribunal que bloqueara la decisión de la corte de Florida de permitir los recuentos manuales en tres condados de tendencia demócrata. La apelación argumentó que sin una decisión de la Corte Suprema antes del 18 de diciembre (cuando el Colegio Electoral se reúne para la votación formal), “las consecuencias podrían llegar a ser el ascenso de un presidente de legitimidad cuestionable o una crisis constitucional”.
Broward estaba ayer en pleno escrutinio de 2 mil votos en disputa, mientras Palm Beach se tomó un día de descanso antes de que venza el límite del domingo. Mientras los conteos se desarrollaban en Broward, Suzanne Gunzburger, una integrante demócrata de la comisión examinadora, saludó a los observadores con un “feliz Día de Acción de Gracias. Espero que estén disfrutando el espectáculo tanto como yo”. Bush lleva la ventaja en Florida por 930 votos. Su vocera, Karen Hughes, declaró que “alguien comparó esto con un maratón. Se cree que hay una línea de llegada y, cuando uno la cruza, alguien está allí para decirle que aún no terminó”.
En Palm Beach, donde hoy se reanudarán los conteos de votos dudosos, un juez del condado explicó que las boletas electorales con marcas pero sin perforaciones totales deben ser contabilizadas porque la intención del votante está clara. El jefe de la comisión examinadora de las elecciones, Charles Burton, aseguró que ambas partes podrían exponer hoy sus argumentos pero aclaró que, a primera vista, no cree que vaya a cambiarse la forma en que la comisión evaluó las boletas. Por su parte, Bush solicitó a una corte de Florida que ordene a 13 condados con amplia población militar que cuente los votos del extranjero. Cientos de boletas, en su mayoría provenientes de bases militares, fueron rechazadas la semana pasada cuando los abogados demócratas pidieron al consejo del condado que los examinaran. Ambas partes consideran que el rechazo costó más votos a Bush que a Gore.
Entretanto, el candidato republicano a vicepresidente, Dick Cheney, seguía recuperándose en un hospital de Washington de “un leve ataque cardíaco”; el cuarto. “Puedo asegurar que ahí adentro no encontraron ninguna boleta sin perforar”, bromeó por televisión después de aclarar que espera dejar el hospital “en uno o dos días”. Pero en la mayoría del país, las consideraciones sobre Gore y Bush, las boletas sin perforar, las audiencias judiciales, el robo de elecciones, los conteos manuales yelectrónicos y los votos militares fueron hechas a un lado por el Día de Acción de Gracias y los riesgos de la ocasión. Entre ellos, los amigos y familiares, la tensión por conseguir un lugar frente al televisor antes de que comenzara el partido entre los Minnesota Vikings y los Dallas Cowboys, la ansiedad por asegurarse las mejores ofertas del feriado y la ingesta masiva de pavo y pastel de calabaza. Bush comenzó el día haciendo jogging, almorzó con amigos en Austin y volvió a su rancho en Waco. Gore pasó el día puertas adentro de su residencia oficial en Washington.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

 

Claves

La situación para la campaña demócrata es cada día más desesperada.
La Corte Suprema de Florida rechazó ayer el pedido de los abogados de Al Gore de que el condado de Miami Dade realice el escrutinio de 10.750 votos que las máquinas de recuento identificaron como en blanco.
Esos votos son cruciales para que el vicepresidente supere la ventaja de 930 votos que le lleva el republicano George W. Bush. Hasta ahora el escrutinio en los dos otros condados donde se efectúa un recuento manual le han dado apenas 168 votos adicionales al demócrata.
El equipo de Gore aseguró que apelaría los resultados de Miami-Dade si no toman en cuenta los 10.750 votos. También pueden apelar el fallo de la Corte.

 

EL CAMPO DEL VICE PIERDE SU VOLUNTAD DE LUCHA
Adiós a las armas demócratas

Por Duncan Campbell *
Desde Los Angeles

Durante la larga campaña presidencial, el enérgico e innovador equipo de prensa de Al Gore enviaba una docena de e-mails por día a periodistas que cubrían la elección. Menospreciaban los discursos de su rival republicano George W. Bush, citaban cada declaración de Gore, daban cifras probando la futilidad de las declaraciones de Bush e informaban sobre el desempeño de Gore desde la ecología hasta los honorarios por recetas médicas. Ahora las armas callaron. Y aunque la principal razón es obviamente que la campaña terminó, hay una sensación de que los partidarios de Gore están gradualmente perdiendo su voluntad de lucha.
Maureen Dowd, que junto con Gail Collins estuvo brindando algunos de los comentarios más ingeniosos en el New York Times sobre los hechos de Florida, resumió todos los problemas de Gore en una columna esta semana: “Al Gore quiere la presidencia más de lo que la quieren los demócratas. Y los republicanos quieren la presidencia más de lo que Bush la quiere. Gore está más furioso que su equipo de campaña y su partido. El equipo de campaña y el partido de Bush están mas furiosos que él. Cada lado hará todo lo que sea necesario. Pero los bushistas prefieren dejar que los criados se ensucien las manos.” Los “criados” que están trabajando para Gore se enfrentaron a una tarea dificultosa desde el momento que él llamó por teléfono a Bush para retirar su admisión de derrota en la noche de la elección, hace dos semanas y media. Por cada cambio que hubo a favor de Gore, parece haber habido dos que fueron de ventaja para Bush.
Los demócratas están preocupados de que la continuación de la lucha muestre a Gore como un mal perdedor. Saben que podrían ser castigados en las elecciones para congresistas dentro de dos años, si Gore gana la elección, pero pierde la discusión. Saben, también, que si Bush gana, las oportunidades de los demócratas de ganar bancas en esas elecciones se verá sustancialmente incrementada ya que el electorado busca corregir el desequilibrio. Temen el peor escenario: que Gore pierda la presidencia y la discusión. Las personas que ayudaron financieramente a la campaña de Gore todavía están firmando cheques para financiar la costosa empresa de contratar los abogados más caros del país para montar las demandas legales en Florida. Pero hay una sensación de que está llegando el momento en que se preguntarán no están tirando el dinero por un desagüe de Palm Beach.
Cuando la Corte Suprema de Florida falló que el recuento que estaba teniendo lugar podía seguir, Gore decidió que se supiera que estaba planeando tranquilamente su administración. “Creo que es importante para los dos que nos aboquemos a la transición,” dijo el martes a la noche. Pero desde entonces, la potencial victoria parece estar deslizándose hacia abajo y con ella, el apoyo. Mientras los más leales asistentes de Gore dicen que todavía les cuesta creer que un conductor borracho convicto que parece más cómodo jugando con su perro Spot que sorteando temas internacionales puede llegar a presidente, hay un cansancio con todo el proceso y una sensación de que para este fin de semana la batalla habrá terminado.
Los comentaristas de derecha se han unido al proceso de moldear la opinión pública contra Gore. “Sabemos que todo esto ha sido manipulado y lo hemos sabido desde el primer momento,” dijo esta semana el derechista animador Rush Limbaugh en su talk-show ampliamente difundido. Mientras que la declaración puede calificarse como deshonesta propaganda partidaria, está recorriendo el país. Los demócratas que están tomando la temperatura en los estados todavía pueden estar apoyando los desafíos de Gore, pero notarán cambios en el sentimiento del público hacia su hombre. Los mercados financieros han estado dando su propio veredicto sobre las oportunidades de Gore. Cuando se supo que no obtendría los recuentos de Miami-Dade, las acciones en tabaco, farmacéuticas y Microsoft –industriasu organizaciones que todos creían que se beneficiarían con una victoria de Bush– de pronto subieron.
En los próximos días Gore tendrá que decidir si quiere arriesgar el equivalente político de una ejecución mafiosa o saludar y retirarse dignamente y vivir para pelear otro día.

* De The Guardian de Gran Bretaña especial para Página/12.
Traducción: C. Doyhambéhère.

 

 

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