Por Carlos Noriega
Desde Lima
El ex presidente Alberto Fujimori
ha sido destituido y está refugiado en Japón, el fujimorismo
se ha desplomado y hay un nuevo gobierno en el país, pero del hombre
que desencadenó este derrumbe del régimen fujimorista no
se sabe nada. La procuraduría que dirige el abogado José
Ugaz está investigando detenidamente las actividades y movimientos
bancarios de los cuatro hermanos y otros parientes cercanos de Montesinos,
entre ellos su cuñado el general Luis Cubas, sospechosos de ser
socios y testaferros del ex asesor de Fujimori.
Según el diario La República, que cita fuentes de la procuraduría,
se pedirá el levantamiento del secreto bancario de varios de los
generales que pertenecen a la promoción del ex capitán de
Montesinos y que eran el núcleo de su poder en el Ejército.
Entre los investigados figuraría, según esta versión,
el actual comandante general del Ejército y presidente del comando
conjunto de las Fuerzas Armadas, general Walter Chacón. Ayer fue
detenido e interrogado en Lima el falso fiscal que estuvo en el allanamiento
a la casa de Montesinos. Todo lo incautado en el lugar, incluidos documentos
y videos, fue llevado a Palacio de Gobierno. Recién después
de la selección que hizo el propio Fujimori se entregaron las pruebas
(las que quedaban) a la Justicia. El falso fiscal ha resultado ser un
empleado de la Casa Militar que trabaja en Palacio de Gobierno.
El fugado ex presidente Alberto Fujimori ha dejado, después de
una década de gobierno autoritario, un país devastado. Una
aguda recesión económica, los índices de desempleo
y pobreza en imparable alza (cerca del 80 por ciento de desempleo y subempleo,
y más del 50 por ciento de la población en pobreza, 30 por
ciento de los cuales viven bajo la línea de extrema pobreza); las
instituciones constitucionales destrozadas; una corrupción generalizada;
unas Fuerzas Armadas puestas al servicio de la mafia que organizó
Vladimiro Montesinos, de la misma forma como lo estuvo el aparato judicial;
la amenaza, el chantaje y el soborno como cotidianas prácticas
políticas, son parte de la pesada herencia que deja el fujimorismo.
Con la designación del constitucionalista Valentín Paniagua
como reemplazante de Fujimori, el Perú ingresa a una etapa de transición
redemocratizadora y de limpieza moral. Pero la reconstrucción de
las instituciones y el desmontaje del aparato corrupto construido por
el fujimontesinismo no será una tarea sencilla. Todavía
sobreviven en sus cargos altos mandos militares que han sido parte del
aparato montado por Montesinos, jueces y fiscales que tenían como
tarea encubrir la corrupción gubernamental, e importantes funcionarios
de los organismos electorales que llevaron adelante las fraudulentas elecciones
con las que Fujimori pretendió prolongar su mandato presidencial
a 15 años.
Ayer Paniagua mantuvo una serie de reuniones para ir esbozando el equipo
de trabajo que lo acompañará en los próximos ocho
meses. Se ha voceado con insistencia al economista Javier Silva Ruete,
quien ayer se reunió con Paniagua, como futuro ministro de Economía.
Silva Ruete ya estuvo al frente de esa cartera al final de la década
de los setenta, durante los últimos dos años del régimen
militar que encabezó el general Francisco Morales Bermúdez,
quien en 1980 convocó a elecciones y entregó el poder a
los civiles. En su discurso inaugural, Paniagua anunció una reestructuración
del gasto público para lograr el equilibrio fiscal y una renegociación
del pago de la deuda externa.
El nuevo presidente también mantuvo una larga reunión con
el defensor del Pueblo, Jorge Santistevan. En la misma se habría
acordado otorgarle una amnistía al comandante Ollanta Humala, que
hace cerca de un mes se levantó en armas para exigir la destitución
de Fujimori. También se habríadecidido reactivar la Comisión
de Indultos para analizar el caso de unos 600 presos inocentes que permanecen
encarcelados acusados de terrorismo por la draconiana legislación
antiterrorista que implantó el anterior gobierno. Asimismo, ambos
habrían coincidido en la necesidad de formar una Comisión
de la Verdad que investigue las violaciones a los derechos humanos. Según
un informe de la Defensoría del Pueblo, en el marco de la guerra
sucia contra la subversión armada iniciada en 1980 existen algo
más de cuatro mil detenidos desaparecidos, en su mayoría
campesinos.
UNA
MOVIDA QUE IMPIDIO LA CONTINUIDAD FUJIMORISTA
Cómo EE.UU. bajó el pulgar
Por Francesc Relea
*
Desde
Lima
La presión de la Administración
de Estados Unidos fue de vital importancia para impedir en Perú
la continuidad del fujimorismo sin Fujimori. Fuentes consultadas por este
diario confirman que la delegación norteamericana que llegó
a Lima el lunes pasado, tras la dimisión de Fujimori anunciada
en Tokio, envió una señal inequívoca a los seguidores
del ex mandatario de que Washington no apoyaría en ningún
caso a un presidente que no fuera de consenso.
Peter Romero, secretario de Estado adjunto para América latina,
y Arturo Valenzuela, asistente especial del presidente Clinton y director
de Asuntos Interamericanos, no perdieron el tiempo las 24 horas que estuvieron
en la capital peruana. En las entrevistas que mantuvieron con el vicepresidente
Ricardo Márquez, a quien por línea de sucesión constitucional
le correspondía asumir la jefatura del Estado, con varios ministros
y con dirigentes opositores, los emisarios de Clinton plantearon las tres
prioridades de Washington: un presidente provisional hasta las elecciones
de abril que cuente con el respaldo de la oposición, suspensión
de los ascensos de una treintena de generales y almirantes promovidos
a última hora por la cúpula militar y mantenimiento de la
Mesa de Diálogo que auspicia la Organización de Estados
Americanos (OEA). Este último punto persigue mejorar la imagen
del organismo hemisférico, que quedó seriamente maltrecha
en las elecciones fraudulentas de este año que significaron la
segunda reelección de Fujimori.
La firmeza norteamericana frustró las expectativas de Márquez
de convertirse en el presidente de la transición, que, sin duda,
era la apuesta de Fujimori en Tokio y de sus seguidores en Perú.
Varios intentos frustrados de convocar un Consejo de Ministros dieron
paso al mensaje de tres páginas que Márquez leyó
antes las cámaras de televisión el lunes por la noche, cuando
la misión norteamericana todavía no había emprendido
vuelo de regreso a Washington. El vicepresidente anunció la dimisión
irrevocable pensando en el Perú. El camino quedaba
despejado para el recientemente elegido presidente del Congreso Valentín
Paniagua, quien sí tenía el respaldo de la oposición
en su conjunto.
El nuevo presidente ha recibido total apoyo de EE.UU. para que observe
con detenimiento los ascensos militares firmados la semana pasada por
Ricardo Márquez, como presidente en funciones. El general retirado
Rodolfo Robles afirmó que la lista de ascensos fue confeccionada
por oficiales de la promoción de Vladimiro Montesinos, el ex asesor
presidencial sobre quien pesa una orden de busca y captura.
Paniagua se dispone, no sólo a dejar sin efecto tales ascensos,
sino que en las próximas semanas procederá a una minuciosa
revisión de la escala de ascensos y algunos pases a retiro de oficiales
que fueron apartados por mantener una línea institucionalista.
Tendremos que actuar con justicia para poner en primera línea
a quienes mantuvieron el valor y la moral, porque el hecho que algunos
generales no tuvieran una actitud ética no niega que haya habido
quienes sí la mantuvieron, ha declarado el nuevo primer ministro,
Javier Pérez de Cuéllar.
La cúpula militar observa con recelo los tiempos venideros. Las
prebendas que Montesinos otorgó a un generalato fiel llegan a su
fin. El Comando Conjunto rompió el domingo el significativo silencio
mantenido durante un mes desde el regreso de Montesinos para respaldar,
en un escueto comunicado, el orden constitucional. El miércoles
los máximos jefes militares, encabezados por el general Walter
Chacón, jefe del Comando Conjunto, acudieron al palacio de Gobierno
para saludar, con semblante imperturbable, al presidente Paniagua. El
poder militar respalda al nuevo mandatario. No tiene otra opción.
Ayer, el jefe de Estado discutía con su primer ministro, recién
llegado de París, la composicióndel gabinete, que, según
todos los indicios, será de unidad y reconciliación nacional.
* De El País de Madrid, especial para Página/12.
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