Durante el feriado por el Día
del Trabajador que se celebró ayer en Japón, Boca se adhirió
a la japonesa, trabajando en doble turno en las canchas del club Kawasaki
Frontale. En la práctica matutina, Juan Román Riquelme acusó
un esguince de rodilla y trabajó en forma diferenciada. Por la
tarde, el plantel hizo fútbol y Carlos Bianchi probó una
formación con Mauricio Serna y Cristian Traverso como volantes
centrales. El técnico se mostró ayer satisfecho por la rápida
adaptación de sus dirigidos al clima frío y al huso horario
de Tokio.
Apenas comenzó el entrenamiento, Riquelme le comentó al
cuerpo médico que sentía dolores en la rodilla, por lo que
el entrenador decidió no incluirlo en la práctica y le ordenó
trabajos de elongación y una serie de ejercicios con el kinesiólogo
del equipo, Rubén Araguas. Según el presidente del departamento
médico del club, Gustavo Liotta, el volante sufrió un golpe
contra Talleres el domingo pasado, en el encuentro por la decimoquinta
fecha del Apertura. Pensamos que no peligra su participación
en el cotejo del martes próximo, expresó el facultativo,
y con el transcurso de las horas el clima alarmista fue cediendo.
El técnico comenzó a apuntalar el ánimo del plantel.
Antes de comenzar el trabajo, ante la presencia de numerosos medios de
prensa, Bianchi dialogó durante varios minutos con el volante Fernando
Pandolfi y luego hizo lo propio con el resto del plantel en el centro
del campo de juego.
Tanto para los futbolistas como para los ocasionales espectadores, el
mensaje del técnico sonó muy claro: Hay que encarar
el trabajo con mucha convicción, muchachos.
Después los futbolistas se separaron en varios grupos que trabajaron
en la parte física con el profesor Julio Santella, mientras los
arqueros Córdoba y Abbondancieri lo hacían con el ayudante
de campo, Carlos Ischia. Durante la práctica matutina que
se llevó a cabo a la misma hora en que River disputaba su encuentro
con Vasco da Gama, los xeneizes preguntaban a la prensa por el resultado
del partido de su consabido rival y así se enteraron al momento
del 4-1 en favor de los brasileños.
Por la tarde el plantel realizó una práctica más
intensa, en la que Bianchi comenzó a ensayar la posible formación
de Boca frente al Real Madrid. Si bien no se trató de una práctica
formal de fútbol sino de una ejercitación de movimientos
de recuperación de la pelota en el mediocampo, el técnico
dejó entrever que podría confiar con la dupla Serna y Traverso,
para esa posición. En este ejercicio, la defensa fue ocupada por
Ibarra, Bermúdez, Matellán y Fagiani. De todas formas, debido
a las dudas que el entrenador tiene en la zona izquierda, estos cambios
parecen ser más una alternativa posible que una fuerte convicción
de Bianchi.
Por su parte, el técnico se mostró ayer satisfecho porque
pudo disponer del plantel para trabajar en fútbol antes de lo previsto
debido a la muy rápida adaptación de los jugadores a los
cambios climáticos y horarios, variantes a las que comenzaron a
adaptarse desde el inicio del viaje.
Un árbitro
a la defensiva
El árbitro colombiano Oscar Ruiz, elegido por la FIFA para
dirigir el encuentro que Boca-Real Madrid por la final de la Copa
Intercontinental, declaró ayer que no tendrá en cuenta
el hecho de que en el club argentino jueguen tres compatriotas:
Oscar Córdoba, Jorge Bermúdez y Mauricio Serna. Según
Ruiz, existen varios antecedentes de arbitrajes colombianos en partidos
de trascendencia internacional, aun cuando esos equipos contaban
con compatriotas en sus filas. Hemos dirigido partidos de
equipos ecuatorianos y brasileños que cuentan con deportistas
colombianos y nosotros no miramos si son colombianos, argentinos
o chilenos sino que los miramos como jugadores de fútbol,
expresó el árbitro a Radio Caracol de Bogotá,
poco antes de partir rumbo a Japón. El juez, cuya nacionalidad
fue cuestionada desde un principio por los dirigentes del conjunto
español, manifestó que se ha preparado físicamente
en los últimos días en el Centro de Alto Rendimiento
de Bogotá para llegar en óptimas condiciones al partido.
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