Por Cecilia Hopkins
Desde Salta
Una óptima respuesta
por parte del público salteño, que noche a noche llena las
salas, le da lustre a la XVI edición de la Fiesta Nacional del
Teatro, que se está desarrollando en la capital provincial según
los planes previstos. La única excepción pasó por
las funciones que debían concretarse en la ciudad de Orán,
que tuvieron que suspenderse por su cercanía a los piquetes de
la ruta provincial 34. En cambio, las funciones previstas en la ciudad
de Cafayate lograron una afluencia masiva de público, un hecho
que sin dudas se debió a las características de los trabajos
allí presentados. Una de las obras que llegó a este pueblo,
acostumbrado a los espectáculos folklóricos pero no habituado
al teatro, fue Politik Theatre, del grupo rosarino De La Acción,
un jugadísimo mix de tres obras de Bertolt Brecht dirigido por
Norberto Campos, quien también integra el elenco.
Vestidos con guardapolvos grises de inequívoco aire proletario,
los ocho actores tomaron el escenario de la Casa de la Cultura,
cuando estrenaron su trabajo en la Capital. Farsescos, de trazo grueso
y desprolijo, los personajes vociferaban noticias del pasado que fueron
mechando con referencias al presente más cercano, incluyendo la
mención a los cortes de rutas y otras manifestaciones de efervescencia
social. En medio del encendido manifiesto, sobre una gran mesa rodante
y con apenas unos pocos elementos de escena, se sucedieron las escenas
de humillación y escarnio y otras maldades del capitalismo
que soportan los personajes que Brecht creó para su Santa Juana
de los Mataderos. El turno para que Campos desplegara todo su histrionismo
llegó recién en la versión que el espectáculo
brinda de otros textos del autor alemán, La panadería y
Herr Puntilla y su criado Matti. La primera da cuenta de la frustración
de una mujer trabajadora frente a su incapacidad para sobrevivir y hacer
frente a las trampas del sistema económico liberal. La otra se
centra en los dichos y andanzas de un desalmado latifundista (aquí
rebautizado como el señor Punilla, en referencia a un poderoso
terrateniente oriundo de esos valles cordobeses) que finalmente conoce
los rigores de la ira colectiva.
Aunque Campos nació en Mataderos, hace más de veinte años
que hace teatro en Rosario, después de trabajar en el Instituto
Di Tella y girar por Latinoamérica y el resto del país.
En diálogo con Página/12, cuenta que su vida artística
fue haciéndose entre huellas y atajos, tomando el camino
ancho cuando se podía y enfilando por sendas transversales cuando
no. El director apunta que la intención del montaje fue
compactar las tres obras para transmitir ideas mediante el humor: es muy
bueno para nosotros hacer reír a la gente en este lugar lleno de
quilombos, piquetes e injusticias de todo tipo. No quisimos abordar a
Brecht como a un monstruo sagrado sino hacerlo a través de los
códigos del teatro popular, inspirándonos en nuestra realidad.
Según este plan, son muchas las referencias festejadas especialmente
por el público salteño, entre otras, cuando se hace mofa
a un tal príncipe Juan Carlos, en alusión al gobernador
Romero. Paraban la función para aplaudirnos a cada rato,
cuenta la actriz María Caila de la experiencia en Cafayate, porque
entraron en las ironías que hacemos sobre el estado de explotación
de los personajes, algo que ellos viven diariamente. Pero también
los actores se las arreglan para hablar de la democracia: Porque
creemos afirma Campos que la democracia es participativa por
definición, y porque no es posible que la gente no sepa cómo
se gasta el dinero. Es que algunos, cuando tienen poder, entran en un
mal trip.
Obras para no olvidar
En los cinco días que ya lleva la Fiesta, algunos de los
espectáculos ya presentados siguen citándose para
el recuerdo. Es el caso de la riojana Ruta 38, dirigida por Manuel
Chiesa, en la que un grupo de vendedores ambulantes pelea diariamente
por su supervivencia en un paisaje desierto, bajo el sol del invierno.
Se trata del mismo grupo que sorprendió en la fiesta nacional
de hace seis años con su tragedia riojana El
Bum Bum. Otro espectáculo muy comentado fue H, el montaje
del grupo santafesino La Piara, que trenza textos de Shakespeare
y Roberto Arlt, con la idea de mostrar de la manera más
cruda el vínculo que mueve al ser humano más allá
de todo: el placer. De Los días felices, de Beckett,
en versión del grupo tucumano La Bufonería, impactó
especialmente la actuación de Elba Naigeboren en el rol protagónico.
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