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EL GOBIERNO ENVIA AL CONGRESO LA REFORMA PREVISIONAL
Cuando un decreto se jubila joven

Aunque le demande más tiempo para su aprobación, el Ejecutivo optó por el camino del Parlamento. Satisfacción en la Alianza, pero el Frepaso no compromete su apoyo hasta discutir su contenido. Habrá una nueva reglamentación para obras sociales.

José Luis Machinea, en conferencia de prensa, junto a Pablo Gerchunoff y Miguel Bein (atrás).

El Poder Ejecutivo optó finalmente por girar al Congreso el anteproyecto de reforma previsional, desistiendo así de resolverlo mediante decreto de necesidad y urgencia. Así lo confirmó ayer en conferencia de prensa José Luis Machinea, ministro de Economía, que además adelantó que “muy probablemente el lunes” se dé a conocer un nuevo decreto reglamentario de la desregulación de obras sociales. “Nos congratulamos con la noticia, pero esto no implica un compromiso del Frepaso con el contenido de la ley ni con plazo alguno para votarlo”, fue la primera respuesta que dio ayer la diputada María América González, consultada por este diario. De acuerdo al nuevo proyecto que irá al Congreso, la eliminación total del aporte estatal en las futuras jubilaciones (Prestación Básica Universal, PBU) sólo regirá para aquellos a los que les correspondan haberes superiores a los 600 pesos. Se ratifica, en cambio, la desaparición del régimen de reparto para los que ingresen al sistema con posterioridad a la sanción de la ley.
“Quizás el Gobierno dé hoy una sorpresa, haga algún anuncio importante en este tema, pero no me quiero adelantar”, había señalado Patricia Bullrich, ministra de Trabajo, muy temprano en una entrevista radial. Posteriormente, fue el presidente del bloque de diputados de la UCR, Horacio Pernasetti, quien anunció que el Ejecutivo enviaría un proyecto de ley al Congreso con la reforma. Ya por la tarde, el secretario de Seguridad Social, Jorge Antonio Sanmartino primero, y el ministro de Economía después, lo confirmaron.
Sanmartino adelantó que “la iniciativa contendrá algunas modificaciones para reemplazar la PBU por otra prestación, tanto para los trabajadores que están en el régimen de reparto como para los que están en el de capitalización”. Se refería a lo que se denominará prestación suplementaria, que compensará parcialmente la PBU de las jubilaciones inferiores a 600 pesos, garantizando además un piso de 300 pesos.
Otra modificación al texto original elaborado por Economía es que la edad jubilatoria para las mujeres no se elevará obligatoriamente a 65 años, sino que se establece una quita en los haberes para las que se jubilen antes de esa edad, que será mayor en la medida en que anticipen en más años su pase al sector pasivo. Pero será, en todos los casos, una decisión voluntaria de la aportante.
La diputada María América González anticipó su rechazo a estas medidas. “No vamos a aceptar la eliminación del régimen de reparto ni de la PBU, como tampoco una quita para las mujeres que se jubilen a los 60 años; el Frepaso no asume ningún compromiso previo antes de conocer el nuevo texto, lo conversé con Darío (Alessandro, presidente del bloque de la Alianza) y ésta es la posición de nuestro sector”, señaló la legisladora a este diario. “No es una amenaza –agregó enseguida–, sino que hay necesidad de estudiar la propuesta.” En cambio, anticipó que no va a presentar su propio proyecto “para evitar roces”.
“Es importante –agregó– que el presidente de la Nación haya comprendido que una reforma tan importante no se podía hacer por decreto de necesidad y urgencia, y que debía debatirse en el Congreso, pero no veo cuál es la necesidad de correr ahora para sacar la ley; escuché que Eduardo (Santín, diputado por la UCR y presidente de la Comisión de Previsión Social) aseguró que el dictamen estará listo para mediados de diciembre y no estoy de acuerdo: acá no hay compromisos previos de plazo.”
El proyecto, de más de 50 artículos, establece además toda una serie de modificaciones al régimen actual de las cuales sólo hay trascendidos. Entre ellas, se menciona el establecimiento de la movilidad para las prestaciones, la eliminación de las comisiones variables que cobran las AFJP (quedan inalterables las fijas) y otras normas que modificarían los haberes para jubilados de edad avanzada.
Machinea, en tanto, admitió que habrá un nuevo decreto reglamentario para la desregulación de obras sociales, aunque eludió dar precisiones. “Habrá una prestación (plan médico obligatorio) única, no hay segmentación del mercado”, definió sin más detalles Pablo Gerchunoff, jefe de asesores, a su lado. Así, intentó despejar versiones que indicaban que en una primera etapa sólo se desregularía el segmento de obras sociales de personal de dirección. Pero otra definición parcial de Machinea dejó latente el alcance que tendrá la desregulación a partir del 1º de enero próximo: al ser consultado si desde esa fecha habría opción por una obra social o una privada, respondió que “sí, para el que sea dado de alta en el sistema”, lo cual debería interpretarse como sólo para nuevos trabajadores.

 

PAMI busca su destino

Hasta las primeras horas de la noche de ayer continuaba la discusión entre Mario Vicens, secretario de Hacienda, y un bloque de diputados de la Alianza encabezados por José Vittar (Frepaso), en busca de un acuerdo sobre cómo será considerado el PAMI en el Presupuesto 2001. Según declaró ayer José Luis Machinea, Economía pretende que la obra social de los jubilados sea incluida en el Presupuesto, pero aceptaría que se la excluya en tanto no requiera fondos del Tesoro ni tome nueva deuda, “que termina pagando el Estado”. El bloque legislativo pretende que el PAMI quede afuera del Presupuesto, pero con un aporte de 120 millones del Tesoro en el 2001. “Podemos aceptar que el PAMI se rija por la ley 24.156 (régimen de contrataciones del Estado), para que quede alcanzado por las auditorías y el control de la Sigen y la AGN, y el Estado pueda tener garantías de transparencia; pero sin el aporte del Tesoro, el PAMI no puede funcionar”, le plantearon a Vicens. Pese a las distancias, aseguran que antes del lunes habrá acuerdo.

Todo igual tras el paro

“Siempre tomamos en cuenta lo que está sucediendo en la realidad. Pero no va a haber cambios en la política económica”, respondió Machinea cuando le preguntaron si, dado el alto acatamiento del paro, iba a haber algún cambio de rumbo. Y agregó: “No me parece que un paro general sea la manera de oponerse a una política económica. Para eso están las elecciones. Los paros sirven para reclamos sectoriales o puntuales de los trabajadores”, explicó el ministro, en un intento por dar cátedra de gremialismo. En tanto, volvió a cargar fuerte contra la CGT oficialista, conducida por Rodolfo Daer: “Este reclamo tiene una carga política muy grande, porque la política económica de Menem era mucho más dura y nunca le hicieron un paro”, afirmó. Por otro lado, el ministro de Economía se negó a dar una estimación del costo económico del paro, como sí lo habían hecho previamente, entre otros, la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, el secretario de Finanzas, Daniel Marx, y el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo. “Se habla de 500 millones, pero no me jugaría, porque hay industrias y sectores que siguieron funcionando”, afirmó.

Salvador pintado de verde

Los “mercados” para Argentina reaccionaron ayer de manera contradictoria. Por un lado, la Bolsa de Comercio local subió un tímido 0,81 por ciento, arrastrada por la fuerte suba ocurrida en otras bolsas de mundo, y en particular la de Nueva York. Sin embargo, el riesgo país, la tasa de interés adicional que pagan los títulos públicos argentinos que cotizan en el exterior también subió, aunque levemente, para ubicarse en 8,65 puntos porcentuales por encima de la tasa que paga el Tesoro norteamericano por su deuda. Por otra parte, se conoció el proyecto de dolarización presentado por el gobierno de El Salvador, que fue bienvenido por el secretario del Tesoro norteamericano. También el FMI apoyó abiertamente la iniciativa.

 

MACHINEA Y LA DEPENDENCIA DEL HUMOR DEL “MERCADO”
“No habrá cesación de pagos”

–Ministro, durante todo este año, las medidas fueron una respuesta casi perfecta al aumento del riesgo país. ¿Estamos viviendo en una mercadocracia? –le preguntó Página/12 a José Luis Machinea.
–En una situación financiera delicada, hay que dar respuestas a los mercados –reconoció el titular del Palacio de Hacienda.
Machinea dio ayer, pasadas las cinco de la tarde, una conferencia de prensa en un Ministerio de Economía casi inhóspito: sólo el 10 por ciento de los 3000 empleados concurrieron a su trabajo. Y buena parte de las que lo hicieron se movilizaron en los remises que pagó el ministerio. Lo que llevó a Machinea a convocar la conferencia fue la impresión dentro de su equipo de que había que ratificar señales tranquilizadoras a los “mercados”. En concreto, el propio ministro se había metido en un brete cuando el jueves manifestó que la situación argentina seguía siendo grave y que si no se aprobaba el paquete financiero había riesgo de default (cesación de pagos).
Paradójicamente, con esas declaraciones amplificó dichos previos en el mismo sentido del número dos del FMI, Stanley Fischer, que el propio Machinea había solicitado, como una forma de presionar sobre la dirigencia política para la aprobación de la reforma previsional y el nuevo proyecto de Presupuesto 2001. Pero ese mensaje podía volverse un boomerang frente a los “mercados”, ya que los inversores en diversas latitudes del globo lo que vieron en las últimas horas en las pantallas de la agencia de noticias financieras Bloomberg era que Argentina estaba al borde del default, admitido por las propias autoridades.
Sea como fuera, lo cierto es que el ministro quiso dejar en claro sus dichos: “La situación de Argentina es grave, pero mi opinión es que el programa anunciado más el reaseguro financiero internacional elimina el riesgo de default para Argentina”, afirmó.
Machinea se preocupó también por disparar nuevamente contra la dirigencia sindical (ver aparte) y relativizó los alcances del paro: “Hablar de acatamiento o no al paro cuando hubo acciones intimidatorias muy graves es muy difícil de medir”, aseguró. Sin embargo, reconoció que “hay insatisfacción de la gente con la marcha de la economía”.
A la hora de ponerle un plazo para la aprobación de la reforma previsional en el Congreso, Machinea no dudó: “Espero que en 30 días esté todo listo”, sostuvo. Y ese mismo plazo –afirmó– corre para el anuncio del “blindaje financiero” acordado con el Fondo Monetario, del cual se negó a precisar su magnitud.
El lunes arribará al país la misión del FMI, encabezada por la economista italiana Teresa Ter Minassian, con la que el Gobierno deberá acordar una nueva Carta de Intención. A partir de allí, el nuevo acuerdo sería tratado por el directorio del Fondo “en la segunda o tercera semana de diciembre”, tras lo cual –si paralelamente avanza la reforma previsional y el Presupuesto 2001 en el Congreso– estaría todo listo para el anuncio del paquete de salvataje financiero. “Si alguien se pone nervioso en el camino, se comunicará antes”, adelantó Machinea sin aclarar a quién se refería, pero dando por entendido que los únicos que pueden ponerse nervioso en Argentina y arrancarle una respuesta inmediata al Gobierno son los “mercados”.
Según el ministro, una vez que se anuncie el paquete de asistencia financiera, “las tasas de interés caerán fuertemente”. Pero cuando este diario le pidió precisiones sobre la magnitud de la baja esperada en la tasa de interés se limitó a decir: “No hago pronósticos al respecto”. El punto es importante porque de hasta dónde caiga la tasa de interés, si es que cae, dependerá de que haya reactivación o no en los próximos meses. Para Machinea, el descenso de las tasas de interés inducirá un aumento en el consumo y la inversión que –según el ministro– debería traducirse en una reactivación hacia el primer trimestre del 2001. Así y todo, vale recordar que la proyección de crecimiento incluida en el Presupuesto deese año es un magro 2,5 por ciento, después del estancamiento en el fondo del pozo de la recesión que se notará este año.

 

Universidades y el Nación

Las medidas adoptadas por el equipo económico desde que asumió en diciembre pasado guardan una relación casi perfecta con la marcha del riesgo país: cada vez que aumentó se tomaron medidas de ajuste para dar una “señal positiva” a los mercados. Es la “mercadocracia”, cuya realidad el ministro tácitamente aceptó ayer.
–Si hay un nuevo aumento del riesgo país tras estas medidas, hay diputados de la Alianza que dicen que las próximas medidas que usted ofrendará a los mercados serán la privatización del Banco Nación y el arancelamiento de las universidades nacionales –le dijo Página/12 a Machinea.
–Yo no voy a mandar esas medidas al Congreso. Ninguna de las dos: ni el arancelamiento universitario ni la privatización del Nación –prometió.

 

 

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