Por Silvina Friera
Con el lanzamiento de La historia
en su lugar, en el marco del programa de Turismo Cultural organizado por
las secretarías de Cultura y Comunicación y Turismo de la
Nación, se intenta saldar una deuda pendiente: aprovechar las dramatizaciones
teatrales con artistas locales para difundir historias, mitos y leyendas
de distintos rincones del país. Hoy, en la ciudad de Concordia
(Entre Ríos), comenzará esta iniciativa con Los fantasmas
del castillo de San Carlos, escrita por Marisé Monteiro y dirigida
por el concordiense Carlos Mignone, que tiene como madrina a la actriz
María Leal. Es un gran desafío unir cultura y turismo
en una misma propuesta. El trabajo que hago es fascinante, porque me permite
conocer el interior del país, investigar sobre los personajes entrañables
que se transformaron en símbolos del lugar y encontrarme con un
puñado de artistas talentosos, muchas veces olvidados, que trabajan
con pasión, rigurosidad y mucha disciplina, explica Monteiro
a Página/12.
La autora se reunió con Elsa Picco, una historiadora de Concordia,
que le suministró todo el material bibliográfico de la historia
del castillo de San Carlos, construido en 1886 por Eduardo Demachy (llamado
conde debido a sus reiteradas ostentaciones). La misteriosa
desaparición de Demachy, dos años después, alimentó
el imaginario social concordiense con todo tipo de versiones sobre su
paradero. Por un desperfecto en su avión, el escritor y piloto
Antoine de Saint Exupéry debió aterrizar en cercanías
al castillo. Lo que vio lo encandiló: describió esa fortaleza
como un refugio tan apacible, tan seguro, tan protegido como un
monasterio en el capítulo V (al que denominó Oasis),
de Tierra de hombres. Muchas de sus experiencias en Concordia, geografía
de la que se enamoró (había aterrizado en un campo
y no sabía que iba a vivir un cuento de hadas, escribió),
lo inspiraron para escribir El Principito, su obra más célebre.
La puesta de Mignone buscar facilitar el recorrido por las ruinas entrerrianas
y mostrar una galería de personajes reales y de ficción,
que alimentaron el folklore de la zona (Demachy, Saint Exupéry
y la familia Fuchs Valón). El elenco local está integrado
por Luis Zevallo, María Manuela Martínez, Leticia Sánchez,
Carlos Mallaret, entre otros. Con 46 obras estrenadas, (otras están
olvidadas en cajones y carpetas esperando que me digne a desempolvarlas,
asegura la autora), empezó a escribir profesionalmente en 1981,
con El último pasaje (protagonizada por Perla Santalla y Ana María
Picchio). A Monteiro la convocó el secretario de Turismo de la
Nación, Hernán Lombardo, después de ver Cabildo mágico,
escrita por Monteiro y estrenada en 1996 en el Museo del Cabildo de Buenos
Aires, que dio origen al programa La historia en su lugar.
La actriz María Leal, en tanto, aceptó con gusto ser la
madrina porque sus padres nacieron en Concordia y ella se considera una
hija adoptiva de esa tierra. Pasaba mis vacaciones de invierno
y verano. El castillo era mi lugar de juego, un espacio mágico,
recuerda la actriz. Los chicos inventábamos historias sobre
la desaparición de Demachy. Decíamos que se lo habían
llevado los extraterrestres. Para Monteiro, la clave de su labor
reside en el contacto previo con los artistas locales y con la comunidad.
Ayuda a percibir cómo perduran en la memoria colectiva determinados
acontecimientos históricos. Nos reunimos con el director para ver
cómo estaba quedando el montaje y, además, participé
de los ensayos, subraya Monteiro.
Después del debut de La historia en su lugar en Concordia, el programa
continuará el próximo 2 de diciembre en Tilcara (Jujuy)
con La noche que velaron a Juan Lavalle. El guión también
es de Monteiro y la dirección, de Hipólito Rafael Gaitán,
mientras que la actriz Soledad Silveyra será la madrina. La propuesta
de descubrir la historia y los personajes de la Argentina continuará
en la Casa de Tucumán, el Museo Histórico de San Juany la
Casa Rosada, siempre con entrada libre y gratuita. En España,
Inglaterra, Escocia y muchos otros países de Europa hace tiempo
que utilizan los castillos y lugares turísticos para darle otro
espacio, otra dimensión al teatro, indica Monteiro. Además,
es una fuente de trabajo para los actores locales, en un momento muy duro
para todos los artistas en general.
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