Por José
Natanson
Fernando de la Rúa enviará
mañana al Congreso el proyecto de reforma previsional, que amenaza
con convertirse en el centro de un nuevo conflicto entre los socios de
la Alianza. Aunque algunos creen que aún hay margen para negociar,
el Frepaso se opondrá a la ley a rajatabla. Esto es: en el recinto,
los diputados frepasistas votarán en contra. Y si finalmente De
la Rúa decide obtener la reforma mediante un decreto, el Frepaso
no sólo lo repudiará públicamente, sino que sus diputados
elaborarán un proyecto de ley a fin de derogar dicho decreto, para
lo cual los frentistas dicen contar con los votos necesarios. Según
pudo saber Página/12, esta postura no es la voz aislada de un puñado
de rebeldes, sino la posición política de la fuerza, avalada
por el mismísimo Carlos Chacho Alvarez. Así,
por primera vez desde el 10 de diciembre, el Frepaso se opondrá
a una decisión de De la Rúa. O, como sintetizó de
manera menos elegante un diputado cercano a Alvarez, va a haber
quilombo.
Los diputados del Frepaso sostienen que hubo en los últimos días
dos gestos de concordia por parte de De la Rúa. El primero, un
aumento de las partidas sociales en el proyecto de Presupuesto por un
total de 600 millones de pesos (ver página 5). El segundo, la decisión
de dar marcha atrás con la amenaza inicial del decreto y girar
al Congreso la iniciativa de modificación del régimen jubilatorio.
Vamos a reexaminarlo, aseguró ayer Darío Alessandro,
jefe del bloque de Diputados de la Alianza y uno de los hombres que más
han trabajado por la supervivencia de la coalición.
A pesar de estos gestos positivos, el panorama asoma bastante complicado.
Los diputados del Frepaso objetan los tres ejes del proyecto que giró
el Presidente: la eliminación de la PBU (aunque sea en una escala
gradual a partir de los 600 o mil pesos); el aumento de la edad jubilatoria
de la mujer (aunque sea optativo), y fundamentalmente la desaparición
total del régimen de reparto.
El Frepaso intentará derogar estos tres aspectos. Sin embargo,
salvo un súbito cambio de rumbo, De la Rúa insistirá
en que estos tres puntos, sin los cuales la iniciativa original quedaría
reducida a la nada, no sean modificados. El proyecto oficial cuenta con
el aval de un número importante de diputados radicales.
Allí aparecería el primer conflicto. Si no consiguen torcerle
el brazo al Ejecutivo, los diputados frepasistas votarán en contra
(tanto en la Comisión de Previsión como en el recinto),
sumando su número a la anunciada oposición de los legisladores
del PJ. Con el voto de los 42 frepasistas y de los 99 peronistas, la Cámara
baja estaría en condiciones de rechazar la ley enviada por el Gobierno.
De la Rúa deberá optar entre esquivar la confrontación
desactivando el proyecto o seguir los consejos del ministro de Economía,
José Luis Machinea, quien viene insistiendo en que la reforma previsional
es una de las condiciones para que llegue el esperado blindaje del FMI.
En ese caso, el Presidente deberá firmar un decreto de necesidad
y urgencia.
Vamos a militar en contra del decreto, adelantó ayer
un diputado frepasista. Pero no será sólo una confrontación
argumental. En un escenario de tensión, los diputados del Frepaso
cuentan con el visto bueno de Chacho Alvarez para llevar la disputa al
límite, sumar sus votos a los del peronismo y rechazar el decreto
en la Cámara de Diputados, sancionando una ley con mayoría
simple. De la Rúa podrá vetar aquella norma. Y el Congreso
podrá insistir, aunque requerirá los dos tercios de los
votos. Para esta instancia, en el Frente aseguran que también cuentan
con los votos necesarios.
A la hora de la confrontación, el Frepaso no descarta sumar el
apoyo del justicialismo, que no desaprovecharía semejante oportunidad
para meter una cuña entre los socios de la Alianza. Es más:
ya hubo algunos contactos informales entre algunos integrantes del bloque
frepasista que noincluyen a Alessandro con los legisladores
peronistas, cuestión de ir conversando sobre posibles confluencias
a futuro (ver aparte).
La Alianza podría quedar en ese caso nuevamente al borde de una
ruptura. A diferencia de otras oportunidades, esta vez la oposición
del Frepaso no es la voz aislada de unos cuantos diputados díscolos:
forma parte de los cálculos de Alvarez que, a pesar de su silencio,
avala la decisión de hacer todo lo posible por frenar la reforma
previsional. Sería entonces la primera vez que el partido se opone
a una decisión de De la Rúa.
Los plazos son más cortos de lo que parecen. El Gobierno girará
el proyecto al Congreso mañana. Y ha deslizado que, si no se aprueba
antes del 15 de diciembre, recurrirá a un decreto de necesidad
y urgencia, que se encuentra redactado y sólo aguarda la firma
del Presidente. El horizonte de conflicto es, por lo tanto, cercano y
previsible.
En diálogo con este diario, un frepasista de trato cotidiano con
Chacho esbozó un argumento sencillo para justificar la postura
de su partido. Cuando se discutía el recorte de los sueldos,
nosotros nos tragamos el sapo y salimos a defenderlo. Pero dejamos claro
que era la última medida de ajuste sobre los sectores medios que
estábamos dispuestos a tolerar. Estaban avisados, explicó.
Atado a este argumento hay otro más profundo. Según sostiene
un importante dirigente frepasista, con la reforma previsional la Alianza
continúa distanciándose de su electorado original, atacando
la base social que la llevó al poder. En este esquema, el Frepaso
redefiniría su lugar dentro de la coalición y consolidaría
un rol más crítico e individualizado. Algo que, según
dicen los frepasistas, no implicaría necesariamente un quiebre
de la sociedad con la UCR. Es lógico que haya diferencias
porque no es un gobierno de partido único. Es una coalición
y tenemos que acostumbrarnos a vivir en ese nuevo tipo de tensión,
señaló un integrante de la conducción frentista.
Finalmente, y aunque nadie se anima a decirlo en voz alta, la decisión
de llevar a fondo la oposición a la reforma previsional es un mecanismo
de contención, una forma de Alvarez para apaciguar el ánimo
cada vez más levantisco de su partido.
En conclusión: con el rechazo al proyecto de modificación
del régimen jubilatorio el Frepaso marcará por primera
vez un límite claro hacia adentro de la Alianza y puede llevar
a una situación de tensión sólo comparable a la que
generó, hace casi dos meses, la renuncia de Alvarez a la vicepresidencia.
Claves
El Gobierno enviará
mañana al Congreso el proyecto de ley de reforma previsional.
El Frepaso se opondrá
orgánicamente. Votará en contra.
Si De la Rúa decide
sacar la reforma mediante un decreto, los frentistas elaborarán
un proyecto para derogar dicho decreto y votarán junto con
el peronismo.
Si el Presidente, a su
vez, decide volver a vetar, el Frepaso insistirá, esta vez
mediante los dos tercios de los votos de la Cámara baja.
Chacho Alvarez avala
toda esta estrategia.
El Frepaso debate cómo
será su permanencia en el Gobierno.
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�Charlas informales�
con el peronismo
Por Fernando Almirón
En el bloque de diputados justicialistas reconocen la
existencia de charlas informales con un grupo de legisladores
del Frepaso con quienes podrían llegar a combinar una acción
conjunta en el recinto. Esto es impulsar modificaciones o directamente
rechazar proyectos de ley enviados por el Ejecutivo. Específicamente
el Presupuesto 2001 y la reforma previsional a la que se oponen
tanto peronistas como algunos frepasistas.
No se trata de un acuerdo entre bloques sino de conversaciones
informales con algunos diputados del Frepaso que están hartos
de comerse sapos, señaló una fuente parlamentaria
del PJ a Página/12.
Los encuentros reservados entre los referentes de uno y otro bloque
comenzaron hace poco más de un mes, cuando los frepasistas
comenzaron a quejarse por la suma de leyes de ajuste que tenían
que votar. Hasta ahora todas fueron para la platea, ninguna
para la popular, se lamentó un diputado del Frepaso
ante la miradas de comprensión sobreactuadas de los peronistas
que de inmediato se pusieron a dibujar números para determinar
cuántos legisladores necesitaban restarle al oficialismo
para quedarse con el control del recinto a la hora de debatir la
ley de presupuesto.
En principio ya habría acuerdo para intentar suprimir los
artículos 63 y 58 del Presupuesto por el que se reformulan
algunos organismos del Estado. Ocurre que muchos de estos
muchachos chicaneó un diputado del PJ se fueron
de nuestro partido para no votar las leyes de Carlos Menem, que
ahora les piden que voten desde el gobierno de la Alianza.
El legislador consideró que por esto, el pasado peronista
de algunos integrantes del bloque frepasista, es posible mantener
un diálogo mas fluido entre ellos. Por la misma razón
no se puede considerar que haya una actitud desleal por parte de
ellos con la Alianza, simplemente están cansados de servir
a un poder con la sensación de que no forman parte de él,
sintetizó un diputado justicialista apelando a su mejor tono
seductor pese a que volvió a insistir en que sólo
son charlas informales.
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MAÑANA
VA EL PROYECTO AL CONGRESO
Carrera de obstáculos
Congelada la idea
de impulsar la reforma previsional a través de un decreto de necesidad
y urgencia, el Gobierno decidió apostar a la vía parlamentaria.
Mañana enviará al Congreso el polémico proyecto,
después de que el ministro de Economía, José Luis
Machinea, explique los detalles de la iniciativa en una conferencia de
prensa. En el Parlamento, el tratamiento de la propuesta oficial no promete
ser un trámite sencillo. Además del PJ, el bloque del Frepaso
endureció su posición de rechazo a la reforma tal como la
plantea el Ejecutivo (ver aparte). Mientras tanto, la delegación
del Fondo Monetario Internacional (FMI), que hoy llega al país
para negociar el blindaje financiero, seguirá con atención
lo que pase en Diputados.
Un día después del paro de 36 horas que paralizó
al país, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo explicó
desde la quinta de Olivos que la eliminación de la Prestación
Básica Universal (PBU) es algo que ofreció el gobierno
argentino al FMI y los demás organismos financieros internacionales.
El Gobierno sabe que la delegación del FMI a la que sumará
el miércoles la negociadora jefa Teresa Ter Minassian prestará
especial atención al tratamiento del proyecto de ley. El Fondo
espera la reforma previsional y, en caso de que falle la vía parlamentaria,
aceptaría el decreto con la firma del presidente De la Rúa.
Pero los deseos y urgencias del Gobierno pueden encontrar un obstáculo
en el Parlamento. A pesar de que Colombo dijo que tiene confianza en que
el proyecto no sufra modificaciones, la realidad indica que los diputados
del PJ y los del Frepaso no dejarán pasar la iniciativa.
El proyecto en cuestión elimina el sistema de reparto y reemplaza
la Prestación Básica Universal (PBU) un subsidio de
200 pesos mensuales a todas las jubilaciones por la Prestación
Suplementaria (PS), que alcanzará los 200 pesos para quienes cobren
100 pesos e irá bajando hasta cero para los que perciban 600 pesos.
Además, la reforma previsional impulsada por el Gobierno modifica
la edad jubilatoria de la mujer. Si es aprobada en el Congreso, las mujeres
podrán jubilarse entre los 60 y 65 años, pero con una rebaja
de 10 pesos por cada año menos de edad al jubilarse. Es decir,
a una mujer de 65 años le corresponde una jubilación de
500 pesos, a una de 64 le tocarán 490 pesos, y a una de 63 años,
480.
El
Frente, entre la permanencia
en el Gobierno y la disgregación
Por
Eduardo Tagliaferro
Acorralado entre
amenazas de un nuevo ajuste económico y una situación social
explosiva, el Frepaso discute de qué manera su permanencia en el
Gobierno, que impulsa políticas cada vez más alejadas de
sus definiciones partidarias, no se transforma en una de las causas de
su posible disgregación. Acotado por ese sendero cada vez más
estrecho, el líder frepasista Carlos Chacho Alvarez
dedicó gran parte de esta última semana a analizar el Presupuesto
2001, la iniciativa gubernamental de reforma previsional, el escenario
que se abre tras el pacto fiscal firmado por el gobierno nacional y las
provincias. Por la realización del paro general postergó
un nuevo encuentro que tenía previsto con los legisladores nacionales
de su agrupación. La ruptura de la democracia cristiana con el
Frepaso y con la Alianza, las cada vez mayores críticas al gobierno
aliancista dentro del bloque parlamentario, son los primeros síntomas
de un malestar interno que lejos de presagiar un cisma puede tomar la
forma de una lenta diáspora.
Aunque no alteró las condiciones de su autoimpuesto silencio, Alvarez
reunió en las oficinas de la Casa del Frente a los técnicos
con los que analiza el futuro presupuesto, al que recomienda votar. Tenemos
que sacarnos de encima el fantasma del default, dice a Página/12
Darío Alessandro, jefe de la bancada aliancista en diputados y
mano derecha del líder frepasista. Estas son medidas de emergencia,
sostiene Alessandro cuando habla de algunos puntos del futuro presupuesto.
Otra de las actividades de Alvarez fue la ya habitual reunión de
los martes con Alessandro y los diputados nacionales Juan Pablo Cafiero,
Rodolfo Rodil y José Vitar. De estos encuentros, que en los hechos
hace las veces de una mesa de conducción reducida,
participan también la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández
Meijide, y el jefe de Gobierno porteño y número dos del
frente, Aníbal Ibarra.
En el encuentro de la última semana uno de los ausentes fue, precisamente,
Ibarra, sobre cuya gestión los frentistas reconocen
descansa gran parte del futuro de la Alianza. Aunque también observan
con cierto recelo algunas críticas que éste, o miembros
de su gabinete, realizaron recientemente a Alvarez. Chacho no es
Carlos Menem tratando de destruir a sus funcionarios, en este caso a Aníbal,
dijo a este diario un importante frentista cercano a ambos. Dirigentes
allegados a Alvarez le cuestionan a Ibarra la tercera posición
neutralista que asumió en el momento más duro de las
diferencias entre Fernando de la Rúa y su ex vicepresidente. Aníbal
también está en una posición difícil,
opina por su parte la diputada nacional Irma Parentella.
Puede haber posiciones distintas pero no puede haber enfrentamientos
entre Aníbal y Chacho. Tenemos que fortalecer el Gobierno de la
Ciudad, afirma Alessandro a este diario.
Para el funcionario porteño Eduardo Jozami, el Frente tiene
que recostarse más en el Gobierno de la Ciudad. Jozami es
uno de los más críticos a la hora de analizar al Frepaso:
Estamos frente a una de las crisis más profundas, hay que
recuperar el espacio del frente y salvarlo de la disgregación,
dice. ¿Cómo puede ser que la mayoría de los
militantes del Frepaso estuvo a favor del último paro y la conducción
estaba en contra?, se pregunta Jozami para marcar las distancias
entre bases y dirigentes partidarios.
Para la diputada Parentella, la crisis de la agrupación tiene mucho
que ver con que dirigentes importantes tuvieron dificultades en
la gestión de gobierno. El bloque parlamentario es el principal
escenario en el que se discuten las diferencias; sin embargo todos extrañan
la palabra de Alvarez. A todos nos incomoda el silencio de Chacho,
pero él está en una encrucijada, el Gobierno es un hijo
suyo y no puede realizar muchas medidas en su contra, dice Parentella,
para quien el ex vice pagó uncosto muy alto por acompañar
medidas muy duras que no dieron los resultados esperados.
Si un dirigente no aparece cuando toda la sociedad está esperando
sus definiciones, corre el riesgo de caer en el ostracismo. El silencio
de Chacho se está prolongando demasiado, afirma Jozami.
Al margen del silencio de su líder, o quizá precisamente
por eso, los frentistas están siendo acorralados por el discurso
cada vez más posibilista de los economistas. El equipo económico
ha cometido muchos errores y debería dejar de amenazarnos con el
caos o con la caída del blindaje financiero si no votamos a libro
cerrado sus propuestas. No deberían olvidar que a De la Rúa
lo votó la gente que el mismo castigó y hay un límite
para continuar con esa política, afirma Parentella.
Aunque la mayoría de los frentistas sostienen que no levantan posiciones
rupturistas y que se plantean recrear y fortalecer la Alianza,
lo cierto es que vienen siendo tironeados por todas las fuerzas políticas,
incluidas intensas gestiones que el ex gobernador bonaerense Eduardo Duhalde
realizó para sumar algunos disidentes a sus huestes. Más
que el futuro de nuestra fuerza política, me preocupa no defraudar
a la gente que esperaba un cambio fuerte a lo que representaba el menemismo,
concluye Parentella.
LA
CRISIS DE IDEAS SEGUN DARIO ALESSANDRO
Quince días para un propuesta
Por
S. K.
Nadie aporta
propuestas concretas para salir de la crisis y mejorar la situación.
El Frepaso está en la misma situación. El diagnóstico
es de Darío Alessandro, jefe de la bancada aliancista en Diputados
y mano derecha del líder frepasista Carlos Chacho Alvarez,
que ve una verdadera crisis de ideas tanto en el Gobierno como en la oposición.
La falta de respuestas positivas a los problemas del país
es de toda la dirigencia política, especifica Alessandro,
y también del Frepaso. Nosotros integramos el Gobierno y
si no encontramos soluciones es también por falta de propuestas
nuestras. ¿Cuándo deberían aparecer estas propuestas?
Para el diputado frepasista, la prioridad es el blindaje financiero y
evitar el riesgo de default: Son quince días que resultan
esenciales. Las soluciones o son rápidas o no son soluciones.
No parece que todos estén de acuerdo en su partido. El Frepaso
tiene actitudes cada vez más divididas.
En el Frepaso, esta falta de resolución de los problemas
económicos y sociales, esta situación de un gobierno que
no encuentra el camino, es un caldo de cultivo lógico para la discusión
política. La solución es encontrar respuestas dentro de
la Alianza y del Gobierno. La gente quiere soluciones pero no quiere la
Alianza rota porque sabe que eso no arregla los problemas, sino que crea
un vacío que ocuparía el partido que gobernó antes
y que creó estos problemas.
¿Es posible que el Frepaso aporte estas soluciones?
No debe ser apenas algo voluntarista sino un plan político,
un aporte de ideas políticas y económicas para salir adelante
y no seguir en esta situación. Una vez superada la crisis financiera,
hay que hacer propuestas concretas, con protección social, mejor
calidad institucional. O sea tratando temas como la financiación
de la política, el cambio de una Justicia como la argentina, que
todos sabemos que es inoperante, el tema del Senado y las legislaturas
provinciales. Además de la mejora económica, hay que mostrar
un cambio en las reglas de la política y el funcionamiento de las
instituciones. Resolver los problemas del Frepaso pasa por resolver los
problemas de la Alianza y el Gobierno.
Pero, ¿la resolución de todos los problemas del país
queda para después de la crisis financiera?
La solución de la crisis tiene que ser rápida o no
es solución. A eso apuntan el blindaje financiero y las medidas
del Gobierno. Estamos hablando de quince días. Planteo una agenda
para la post-crisis financiera para apuntalar el compromiso con la gente
de la Alianza.
La oposición no parece dispuesta a darles ni ese plazo.
El paro general no aporta ninguna solución a los problemas
del país. Este gobierno no necesita paros para percibir que hay
una situación problemática. Argentina está en una
crisis coyuntural, financiera, externa que hay que pasar y superar. Lo
que hay que hacer es aportar para pasarla y poder volver a crecer. Más
que un diagnóstico, que es lo que hacen con un paro, necesitamos
aportes. Los sindicalistas testimonian con el paro una insatisfacción
que existe, que es real. Pero por otro lado hay un sector del justicialismo
que juega a favor del paro, que le da un lado político. Tratan
de debilitar al Gobierno, y en esta coyuntura llena de negociaciones difíciles
con el sector externo esto es debilitar a Argentina no al gobierno de
la Alianza.
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