Más de cuatro horas duró
la indagatoria de ayer al ex juez Carlos Fraticelli, por el crimen de
su hija Natalia, fallecida el 20 de mayo pasado en Rufino. El ahora ex
juez se presentó ante el juzgado de Melincué a cargo de
Carlos Risso inmediatamente después de ser destituido y por
ende perder sus fueros como magistrado por una prolongada sesión
del Jury de Enjuiciamiento. Fraticelli pasó la noche del viernes
en una celda especialmente acondicionada para él en la alcaidía
y a las 11.30 de ayer fue indagado por el magistrado que investiga la
muerte de Natalia. El padre de la víctima volvió a contar
su versión de los hechos, aseguró una vez más que
es inocente y rompió a llorar en más de una oportunidad
durante el interrogatorio de Risso. El juez le levantó la incomunicación,
por lo que hoy podrá recibir las primeras visitas. El martes tendrá
que volver a declarar ante Risso, quien tiene 10 días de plazo
para decidir si lo procesa (como parece que va a ocurrir) o le declara
la falta de mérito.
Fuentes judiciales señalaron que Fraticelli ingresó a los
tribunales de Melincué a las 11.20 de la mañana de ayer
y permaneció dentro del despacho de Risso hasta exactamente las
16.20. Vestido con una camisa azul, pantalón de jean, zapatos marrones
y una campera de gamuza marrón y con un pequeño portafolios
en sus manos, el ex juez no respondió a ninguna pregunta, sino
que contó su versión de los hechos, lo que abarcó
unas 20 carillas, dijo uno de los investigadores.
Más tarde, el juez Risso reconoció ante las cámaras
de televisión que en la jornada de ayer no le preguntó nada
al sospechoso y aseguró que la parte final vendrá
el martes que viene. La indagatoria comenzó con la lectura
de la imputación y de una declaración escrita, presentada
espontáneamente por Fraticelli en julio pasado. Una fuente que
participó de la declaración aseguró que en
ese momento, el ex juez comenzó a llorar. Pero después se
incorporó y continuó sin problemas.
En esa testimonial, Fraticelli aseguró que la noche del viernes
19 de mayo se encontró con una mujer y mantuvo una relación
sexual en un motel de la ciudad, a la que calificó como el
primer acto extramatrimonial en los últimos años.
Luego, pasada la una de la madrugada del sábado, regresó
a su casa de San Juan 340, miró la habitación de su hijo
Franco, para ver si ya estaba durmiendo, y se dirigió
a su pieza, donde encontró a su esposa Graciela Dieser dormida
con un rosario en la mano. En ese momento, según declaró,
tomó unas pastillas para dormir y se acostó. Cerca de las
8 se despertó con los gritos de su mujer que le decía que
Natalia estaba muerta.
Según la investigación, Natalia fue drogada con una sobredosis
de un medicamento antidepresivo, que la dejó totalmente indefensa
y, luego, fue estrangulada. De acuerdo a las fuentes consultadas, Fraticelli
volvió a contar esto mismo, con los mismos detalles y hasta con
las mismas palabras. Ratificó lo que había declarado
por escrito. Parecía un chico que recitaba una poesía,
dijo una alta fuente de la investigación. Cuatro horas después
de ingresar al despacho, Fraticelli finalizó con el acto de indagatoria,
se levantó de su silla y se fue.
Antes de que lo trasladaran nuevamente a su celda, el ex juez se quedó
unos minutos conversando con Risso y con sus abogados en un pasillo. Después,
rodeado de policías, el ex magistrado fue llevado nuevamente a
su celda, donde permanecerá alojado hasta que Risso resuelva su
situación procesal.
Diosas, aullidos,
canciones
Como ya ocurrió en las dos ediciones anteriores del megadesfile,
Naomi Campbell (foto) y Valeria Mazza volvieron a ser las reinas
de la noche en el Buenos Aires para la moda 2001, que
se realizó una vez más en las escalinatas de la Facultad
de Derecho. Sin embargo, las ovaciones más cerradas de la
noche partieron desde la platea femenina ampliamente mayoritaria
y si bien las dos top model recibieron su parte, al aplausómetro
lo rompieron dos hombres, dos cantantes: el italiano Eros Ramazzotti
y el español Alejandro Sanz. Confirmando que las chicas de
la platea querían protagonismo, aunque no desfilaran muchas
merecían hacerlo, también hubo aullidos cuando
algunos ignotos modelos masculinos lucieron su fina estampa en minúsculos
shorts de baño.
El show comenzó con tres jovencitas vestidas de blanco y
con cuerpo de modelo, que a 20 metros de altura realizaron piruetas
circenses que las colocaron al borde de la caída libre. Poco
pasó hasta que el desfile puso los pies sobre las escalinatas
y de la mano de Valeria Mazza, broche de oro de la colección
de Bea Carabio, las cosas encontraron su rumbo. Nicole Neumann tuvo
un buen debut en los megadesfiles y también se destacaron
Carolina Pelleritti y Natalia Graciano. La primera aparición
de Naomi fue sublime, envuelta como para regalo en un vestido negro
de noche, con generoso escote, creación de María Marta
Fachinelli. El descontrol del público femenino llegó
con la presencia de los cantantes y con la colección de playa
de Class Life. El cola less de las chicas despertó apenas
tibios suspiros comparados con el furor que provocaron los modelos
masculinos cuando mostraron lo suyo.
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