Guillermo Coria, número
94 en el ranking mundial, buscará hoy su cuarto título consecutivo
de la Copa Ericsson cuando desde las 14 enfrente en el court central del
Buenos Aires Lawn Tennis Club al español Alberto Berasategui, ex
número 7 del mundo. Este es el título que más
quiero, para el que me preparé en estas últimas semanas.
Me encantaría ganar mañana aquí, sería cerrar
la temporada de la mejor manera, señaló el pibe de
Venado Tuerto.
Coria eliminó, ante poco más de dos mil espectadores, a
la sorpresa de esta cuarta edición de la Ericsson de Argentina,
el formoseño Edgardo Massa, 4-6, 6-1, 6-4, mientras que el vasco
Berasategui eliminó al unquillense David Nalbandian por un doble
6-2. La final de dobles será íntegramente argentina, ya
que Pablo Albano y Patricio Arnold, los primeros preclasificados, enfrentarán
a Sergio Roitman y Andrés Schneiter, cuartos. Este encuentro se
disputará a continuación de la final de singles.
Esta vez la tarea fue complicada para Coria. Debió luchar muchísimo
contra los lances de Massa, que en el set inicial, con gran determinación,
estuvo muy fino a la hora de jugar a las líneas y ser profundo
en sus tiros, especialmente de drive. Coria se equivocaba y se lo notaba
fastidioso. Entraba en el juego que no le convenía, en el palo
a palo y en ese terrible ida y vuelta el formoseño era más
y el 6-4 a su favor en el set inicial, justo.
Pero todo empezó a cambiar en el segundo. Lo de Coria no fue brillante,
porque debía levantar el partido y no había espacios para
los lujos, pero sí práctico. Fue inteligente tácticamente
hablando y con prolijidad, eligiendo cada tiro a pesar de la velocidad
con la que venía la bola de Massa, supo decidir el destino de cada
disparo.
En el tercer set, fueron saque a saque hasta el séptimo game. Cada
uno con sus argumentos, los conocidos. Los mandobles de Massa y el virtuosismo
de Coria. El santafesino, el favorito de la gente, se tranquilizó
y con una ventaja mínima y decisiva a la vez liquidó en
el segundo match point cuando un nuevo lance de Massa picó 30 centímetros
detrás de la línea de base.
Allí la gente se paró y aplaudió lo que había
venido a buscar, una victoria de Coria para poder verlo el domingo en
la final. Hizo la del Matador Salas y se confundió en un largo
abrazo con el formoseño, compañero de gira en sus épocas
de juniors.
Lo del segundo partido fue mucho más simple. Berasategui, con su
derecha impactante y por momentos parecida a la que lo llevó bien
arriba a mediados de los 90, fue siempre el dueño de la semifinal.
No le dio ninguna posibilidad de reacción a Nalbandián,
quien siempre se vio desbordado por la potencia del europeo. El vasco
quebró en el comienzo de cada set, jugó muy profundo y provocó
que el pupilo de Gabriel Markus pegara siempre corriendo para que cometiera
errores a la hora de querer contraatacar con profundidad. Me voy
conforme con la semana que tuve aquí, aunque por supuesto que me
hubiese encantado ganarle a Berasategui, pero Alberto fue muy superior
y entonces es justo que mañana enfrente a Coria, aceptó
Nalbandian.
En las semifinales de dobles, Arnold-Albano vencieron a Cristian Kordasz
y el húngaro Gabor Koves por 6-2 y 6-4, mientras que Roitman y
Schneiter eliminaron a Gastón Etlis y Martín Rodríguez,
segundos cabeza de serie, por 6-4 y 6-3. Por la Copa Ericsson Junior,
que contó con jóvenes proyectos de un programa que supervisa
Guillermo Vilas, ganaron Bettina Jozami entre las chicas y Matías
Talierco entre los varones.
Seguidilla
Coria reconoció, tras derrotar a Massa, que la contractura
que sufre en el glúteo izquierdo le molesta bastante,
pero aseguró que dejará la vida para ganar la final
del torneo. La verdad es que la contractura en el glúteo
izquierdo me molesta bastante, pero que a nadie le quepan dudas
de que voy a dejar la vida para ganarle la final a Berasategui.
Muero por levantar la Copa en el Buenos Aires Lawn Tennis,
señaló.
Cuando se le preguntó por su estado físico, el santafesino
señaló estar realmente cansado. Estoy
sintiendo la seguidilla de partidos aseguró el santafesino,
pero voy a descansar muy bien para mañana poder ganarle a
Berasategui y darle una alegría a la gente que me acompañó
y alentó durante toda la semana.
Coria, ganador de sus últimos 19 partidos, y Berasategui
se enfrentaron en dos ocasiones. La primera, el año pasado
en la Copa Ericsson de la Argentina, terminó en victoria
del europeo 6-3, 5-7, 6-1. El segundo choque, y tal vez el de mayor
valor porque fue hace un mes, arrojó una victoria del argentino
6-1, 6-3 en la ronda inicial de la Ericsson de San Pablo, Brasil.
|
CAYERON
19-0 CON INGLATERRA EN TWICKENHAM
Ni un zarpazo de Los Pumas en Londres
Por
Luis María Maíz
Desde Londres
Sin inspiración,
el seleccionado de rugby de Inglaterra derrotó a un equipo de Argentina
aguerrido en defensa, pero sin suerte frente a los palos, en test-match
jugado en Twickenham, en las afueras de Londres, en una jornada de frío,
viento y lluvia.
Los ingleses, pocos días después de declararse en una inédita
huelga para obtener mejores ingresos (lo que lograron, aunque no trascendieron
los detalles del acuerdo financiero), tenían que justificar su
renombre frente a Los Pumas que hace dos semanas cayeron por un
ajustado 37-33 ante Sudáfrica, pero sólo lograron
imponerse en el marcador, frustrando a los aficionados que esperaban ver
una lección de rugby.
El equipo de la rosa, con sus profesionales de grandes sueldos, apenas
mostró cierta superioridad en la delantera, pero nada que se distinguiera
o que marcara hitos históricos.
Los Pumas pusieron en el campo una defensa con garra que mereció
amplios elogios de la prensa local, pero esperaba quizás demasiado
de la conocida precisión del botín de Gonzalo Quesada el
máximo goleador de la última Copa del Mundo, que esta
vez se quedó corto.
Marcelo Loffreda, el entrenador argentino, rescató como lo más
valioso de su escuadra, la defensa. Si no hubiese sido por una pelota
en el palo, no hubieran quebrado nuestro ingoal, declaró
Loffreda, para quien el mal tiempo fue muy perjudicial, porque Inglaterra
tiene más experiencia y más capacidad en estas condiciones.
Dimos un paso atrás sentenció el entrenador,
porque veníamos mejorando. Su par inglés, Clive Woodward,
estimó que la victoria era merecida, aunque su equipo cometió
demasiados errores básicos señaló.
En el minuto inicial, una posición fuera de juego de los argentinos
permitió a Inglaterra dar un temprano soplo de entusiasmo a la
hinchada con un primer penal acertado por Johnny Wilkinson. Luego fue
una serie vacía de Gonzalo Quesada, que en el espacio de dos minutos
(9m y 11m) ejecutó cortos dos penales con viento y lluvia
en contra y cinco minutos después tiró desviado un
tercero.
A los 25 Wilkinson, frente a los palos, aportó tres puntos más
con un drop, pero cuatro minutos más tarde dejó escapar
otros tantos en un penal que pasó rozando el poste. El apertura
inglés se reivindicó a los 32 con otro tiro penal que puso
el marcador 9-0, con el que finalizó el primer tiempo.
Wilkinson aumentó a los tres minutos de comenzada la segunda mitad,
nuevamente de tiro penal, para delirio del público que acudió
en menor número de lo esperado: poco más de 50.000
personas en las 74.000 plazas al mítico estadio de Twickenham.
El único try del partido estuvo lejos de ser una exhibición
de buen juego y más bien fue una cuota de buena suerte mezclada
con una dosis de oportunismo. A los 70, los ingleses, en plena ofensiva,
enviaron la pelota en dirección a los palos. Rebotó, quedó
unos instantes indecisa y apareció el tres-cuartos Ben Cohen para
apoyar el try, que por supuesto convirtió Wilkinson. Por acciones
violentas fuera de lugar, recibieron la tarjeta amarilla, que los obligó
a salir del juego durante diez minutos, los argentinos Felipe Contepomi,
que asestó un puñetazo a Lawrence Dallaglio y Alejandro
Allub.
Este resultado llevó la estadística de choques Argentina-Inglaterra
de las últimas dos décadas, a siete victorias del equipo
de la rosa, un empate y dos triunfos albicelestes.
|