Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
ESPACIO PUBLICITARIO


LLEVA 19 PARTIDOS INVICTO
Coria no se entrega

El santafesino intentará obtener, esta tarde, su cuarto título consecutivo en la Copa Ericsson, cuando se enfrente al vasco Alberto Berasategui. �Es el título que más quiero�, asegura.

Guillermo Coria en la victoria de ayer ante Edgardo Massa.
“Que nadie dude de que voy a dar la vida para ganar la final.”

Guillermo Coria, número 94 en el ranking mundial, buscará hoy su cuarto título consecutivo de la Copa Ericsson cuando desde las 14 enfrente en el court central del Buenos Aires Lawn Tennis Club al español Alberto Berasategui, ex número 7 del mundo. “Este es el título que más quiero, para el que me preparé en estas últimas semanas. Me encantaría ganar mañana aquí, sería cerrar la temporada de la mejor manera”, señaló el pibe de Venado Tuerto.
Coria eliminó, ante poco más de dos mil espectadores, a la sorpresa de esta cuarta edición de la Ericsson de Argentina, el formoseño Edgardo Massa, 4-6, 6-1, 6-4, mientras que el vasco Berasategui eliminó al unquillense David Nalbandian por un doble 6-2. La final de dobles será íntegramente argentina, ya que Pablo Albano y Patricio Arnold, los primeros preclasificados, enfrentarán a Sergio Roitman y Andrés Schneiter, cuartos. Este encuentro se disputará a continuación de la final de singles.
Esta vez la tarea fue complicada para Coria. Debió luchar muchísimo contra los lances de Massa, que en el set inicial, con gran determinación, estuvo muy fino a la hora de jugar a las líneas y ser profundo en sus tiros, especialmente de drive. Coria se equivocaba y se lo notaba fastidioso. Entraba en el juego que no le convenía, en el palo a palo y en ese terrible ida y vuelta el formoseño era más y el 6-4 a su favor en el set inicial, justo.
Pero todo empezó a cambiar en el segundo. Lo de Coria no fue brillante, porque debía levantar el partido y no había espacios para los lujos, pero sí práctico. Fue inteligente tácticamente hablando y con prolijidad, eligiendo cada tiro a pesar de la velocidad con la que venía la bola de Massa, supo decidir el destino de cada disparo.
En el tercer set, fueron saque a saque hasta el séptimo game. Cada uno con sus argumentos, los conocidos. Los mandobles de Massa y el virtuosismo de Coria. El santafesino, el favorito de la gente, se tranquilizó y con una ventaja mínima y decisiva a la vez liquidó en el segundo match point cuando un nuevo lance de Massa picó 30 centímetros detrás de la línea de base.
Allí la gente se paró y aplaudió lo que había venido a buscar, una victoria de Coria para poder verlo el domingo en la final. Hizo la del Matador Salas y se confundió en un largo abrazo con el formoseño, compañero de gira en sus épocas de juniors.
Lo del segundo partido fue mucho más simple. Berasategui, con su derecha impactante y por momentos parecida a la que lo llevó bien arriba a mediados de los ‘90, fue siempre el dueño de la semifinal. No le dio ninguna posibilidad de reacción a Nalbandián, quien siempre se vio desbordado por la potencia del europeo. El vasco quebró en el comienzo de cada set, jugó muy profundo y provocó que el pupilo de Gabriel Markus pegara siempre corriendo para que cometiera errores a la hora de querer contraatacar con profundidad. “Me voy conforme con la semana que tuve aquí, aunque por supuesto que me hubiese encantado ganarle a Berasategui, pero Alberto fue muy superior y entonces es justo que mañana enfrente a Coria”, aceptó Nalbandian.
En las semifinales de dobles, Arnold-Albano vencieron a Cristian Kordasz y el húngaro Gabor Koves por 6-2 y 6-4, mientras que Roitman y Schneiter eliminaron a Gastón Etlis y Martín Rodríguez, segundos cabeza de serie, por 6-4 y 6-3. Por la Copa Ericsson Junior, que contó con jóvenes proyectos de un programa que supervisa Guillermo Vilas, ganaron Bettina Jozami entre las chicas y Matías Talierco entre los varones.

 

Seguidilla

Coria reconoció, tras derrotar a Massa, que la contractura que sufre en el glúteo izquierdo le “molesta bastante”, pero aseguró que dejará la vida para ganar la final del torneo. “La verdad es que la contractura en el glúteo izquierdo me molesta bastante, pero que a nadie le quepan dudas de que voy a dejar la vida para ganarle la final a Berasategui. Muero por levantar la Copa en el Buenos Aires Lawn Tennis”, señaló.
Cuando se le preguntó por su estado físico, el santafesino señaló estar “realmente cansado”. “Estoy sintiendo la seguidilla de partidos –aseguró el santafesino–, pero voy a descansar muy bien para mañana poder ganarle a Berasategui y darle una alegría a la gente que me acompañó y alentó durante toda la semana.”
Coria, ganador de sus últimos 19 partidos, y Berasategui se enfrentaron en dos ocasiones. La primera, el año pasado en la Copa Ericsson de la Argentina, terminó en victoria del europeo 6-3, 5-7, 6-1. El segundo choque, y tal vez el de mayor valor porque fue hace un mes, arrojó una victoria del argentino 6-1, 6-3 en la ronda inicial de la Ericsson de San Pablo, Brasil.

 

CAYERON 19-0 CON INGLATERRA EN TWICKENHAM
Ni un zarpazo de Los Pumas en Londres

Por Luis María Maíz
Desde Londres

Sin inspiración, el seleccionado de rugby de Inglaterra derrotó a un equipo de Argentina aguerrido en defensa, pero sin suerte frente a los palos, en test-match jugado en Twickenham, en las afueras de Londres, en una jornada de frío, viento y lluvia.
Los ingleses, pocos días después de declararse en una inédita huelga para obtener mejores ingresos (lo que lograron, aunque no trascendieron los detalles del acuerdo financiero), tenían que justificar su renombre frente a Los Pumas —que hace dos semanas cayeron por un ajustado 37-33 ante Sudáfrica—, pero sólo lograron imponerse en el marcador, frustrando a los aficionados que esperaban ver una lección de rugby.
El equipo de la rosa, con sus profesionales de grandes sueldos, apenas mostró cierta superioridad en la delantera, pero nada que se distinguiera o que marcara hitos históricos.
Los Pumas pusieron en el campo una defensa con garra que mereció amplios elogios de la prensa local, pero esperaba quizás demasiado de la conocida precisión del botín de Gonzalo Quesada —el máximo goleador de la última Copa del Mundo—, que esta vez se quedó corto.
Marcelo Loffreda, el entrenador argentino, rescató como lo más valioso de su escuadra, la defensa. “Si no hubiese sido por una pelota en el palo, no hubieran quebrado nuestro ingoal”, declaró Loffreda, para quien el mal tiempo fue muy perjudicial, “porque Inglaterra tiene más experiencia y más capacidad” en estas condiciones. “Dimos un paso atrás –sentenció el entrenador–, porque veníamos mejorando”. Su par inglés, Clive Woodward, estimó que la victoria era merecida, aunque su equipo “cometió demasiados errores básicos” señaló.
En el minuto inicial, una posición fuera de juego de los argentinos permitió a Inglaterra dar un temprano soplo de entusiasmo a la hinchada con un primer penal acertado por Johnny Wilkinson. Luego fue una serie vacía de Gonzalo Quesada, que en el espacio de dos minutos (9m y 11m) ejecutó cortos dos penales —con viento y lluvia en contra— y cinco minutos después tiró desviado un tercero.
A los 25 Wilkinson, frente a los palos, aportó tres puntos más con un drop, pero cuatro minutos más tarde dejó escapar otros tantos en un penal que pasó rozando el poste. El apertura inglés se reivindicó a los 32 con otro tiro penal que puso el marcador 9-0, con el que finalizó el primer tiempo.
Wilkinson aumentó a los tres minutos de comenzada la segunda mitad, nuevamente de tiro penal, para delirio del público que acudió —en menor número de lo esperado: poco más de 50.000 personas en las 74.000 plazas— al mítico estadio de Twickenham. El único try del partido estuvo lejos de ser una exhibición de buen juego y más bien fue una cuota de buena suerte mezclada con una dosis de oportunismo. A los 70, los ingleses, en plena ofensiva, enviaron la pelota en dirección a los palos. Rebotó, quedó unos instantes indecisa y apareció el tres-cuartos Ben Cohen para apoyar el try, que por supuesto convirtió Wilkinson. Por acciones violentas fuera de lugar, recibieron la tarjeta amarilla, que los obligó a salir del juego durante diez minutos, los argentinos Felipe Contepomi, que asestó un puñetazo a Lawrence Dallaglio y Alejandro Allub.
Este resultado llevó la estadística de choques Argentina-Inglaterra de las últimas dos décadas, a siete victorias del equipo de la rosa, un empate y dos triunfos albicelestes.

 

 

KIOSCO12

PRINCIPAL