Por Diego Schurman Entró sereno, con paso de domingo. Se distrajo en los editoriales
de los diarios. Y se sumergió en una profunda pitada de Cohiba. Todo
transcurría en cámara lenta, como si viniera de una noche de sopor.
Hasta que el agua mineral helada le calentó la garganta. Y el cigarrillo
le hizo subir los humos. "Así como estamos, terminamos en una
corrida cambiaria. Si no hay concertación, esto en 8 meses estalla. De la
Rúa no se puede hacer al distraído", se crispó Rodolfo Daer. Pero
no fue todo, el jefe de la CGT oficial también eligió el bar Relax, de
Independencia y Lima, para blandir otra amenaza: la de un nuevo paro
general a mediados de diciembre. --¿El resultado del paro
de 36 horas lo envalentonó?
--Mire, este Gobierno oculta la sobrevaluación del peso en relación
al dolar. Así, ¿cómo hacemos para aumentar la competitividad sin
devaluación social? --¿Plantea salir de la Convertibilidad? --La
Convertibilidad es una trampa. Hay que mejorarla para evitar más rebajas
de salarios. Para eso hace falta una mesa de concertación. Es
insostenible la política tributaria, hay que bajar la presión impositiva
sobre el consumo, terminar con el ingreso de productos con subsidios...
--¿Y si no se tocan esos aspectos?
--En ocho meses vamos a estar en una situación de descontrol y
expuestos a la aventura de mercado. --¿Cuál es la aventura
del mercado?
--El mercado va a empujar la corrida cambiaria. --¿No es alarmista?
--Si no hay correcciones, la Argentina va a tener que salir a
buscar muchísima plata para sus obligaciones internacionales. --¿No apoya, como el
titular de la CGT rebelde, Hugo Moyano, una salida programada de la
Convertibilidad?
--En el corto y mediano plazo se pueden tocar puntos de la política
macroeconómica para mejorar la competitividad. Pero la deuda de la
Argentina y de los argentinos es en dólares y una devaluación no
permitiría un reacomodamiento de precios que haría falta para garantizar
la competitividad. Como dice Alfonsín, la Convertibilidad es una trampa
mortal. --La CGT dice que un paro
lo fortalece a De la Rúa para plantarse frente a los organismos
internacionales y así negarse a ciertas recetas. Pero, ¿realmente cree
que el Presidente piensa eso?
--Si el Gobierno hace una lectura correcta, puede favorecerse
profundamente frente a la voracidad del mercado. Yo creo que sí, que el
Presidente puede demostrar liderazgo y debería capitalizar el paro frente
al mercado. Y frente a la delegación del FMI que viene esta semana. --¿Realmente se imagina
a De la Rúa dando marcha atrás, por ejemplo, con la reforma del sistema
previsional?
--Yo creo que no se puede cambiar. Y si lo cambia ahora, debe
analizarlo mejor, debe abrir una instancia de debate. A las AFJP no les
toca nada. ¿Y la comisión que sacan? ¿El Estado se retira de la
seguridad social? --¿No le resta fuerza que sean los sindicalistas de la CGT,
con su desgastada imagen, los que asuman la pelea por mantener el actual
sistema de seguridad social o el de obra sociales? --Nosotros
tenemos el derecho de haber sido los que creamos un sistema cuando en la
Argentina el Estado no contenía a los trabajadores en el derecho a la
salud. Pero en el debate nunca participan los expertos de seguridad social
o de salud del partido gobernante. Siempre participan los economistas, los
banqueros. Yo confiaría de una reforma donde estén Aldo Neri, Ginés
González García y otros reconocidos sanitaristas argentinos. Pero, ¿quién
promociona el cambio? El señor Cárdenas, operador del sistema financiero
HSBC, el tercer banco en el mundo, o el señor Sacerdote, representante
del Banco de Boston. O Machinea, o Colombo. Si hablan ellos, se habla de
un problema financiero-especulativo. --Pero la desregulación
de las obras sociales también la defienden públicamente el ministro de
Salud, Héctor Lombardo, y el superintendente de Servicios de Salud, Rubén
Cano.
--Ellos son empleados de un gobierno dominado por el equipo económico.
Hacen obediencia debida porque si no tienen que renunciar. --¿No le molesta decir
que la CGT defiende las "cajas sindicales"?
--No. Es así porque el Estado retiene 500 millones de pesos que no
son suyos y que son para pagar la salud de los trabajadores. --Pero cuando se
mencionan "cajas sindicales" se habla de un dinero que los
sindicalistas utilizan para otros menesteres y no para la salud.
--Si pudiera ser así, habría que decir que la plata alcanza, pero
no es así. Las obras sociales sin un aporte de afuera quebrarían.
Recuerde que hubo baja de los aportes del 9 al 8 por ciento... --...la CGT fue cómplice
de esa rebaja de aportes durante el menemismo.
--Bbbbueno... en ese momento hubo un chantaje. Querían bajar los
aportes al 5 por ciento, pero después de una gran discusión logramos que
se baje un solo punto. Las cosas no fueron claras. Hubo mucha confusión. --Donde las cosas no
parecen ser claras es en el control de los fondos que la APE asigna a las
obras sociales sindicales. La Sindicatura General de la Nación ya planteó
serios reparos.
--Yo no sé qué hace la APE y la Sigen. Pero no hay manera de
inventar una prestación. El Estado retiene la plata de las obras sociales
durante un año o año y medio. A Comercio le debe 25 millones de pesos.
Yo no sé si la APE dio subsidios a las obras sociales intervenidas por
los propios amigos del Gobierno. Puede ser, no sé. Pero la Sigen no puede
sospechar, tiene que actuar. --La CGT debió ir al
paro después que Moyano y Víctor De Gennaro, de la CTA, lo convocaron.
¿No pensaban parar?
--Eso es mentira. A principios de noviembre, el consejo directivo
de la CGT propuso un paro de 24 horas y otro para diciembre. --Si fracasan las
reuniones con el Gobierno, ¿habrá un nuevo paro?
--Si no se envía al Congreso la reforma previsional y se asegura
un sistema de obras sociales solidario, vamos al paro en diciembre.
--¿No piensan firmar un
acuerdo, como lo hicieron los gobernadores?
--Los gobernadores no firmaron, los apretaron. Apretaron a
Kirchner, a De la Sota y a Ruckauf. Empezaron a tirar "la plata del
Senado de Ruckauf" y otras yerbas. Con nosotros aplicaron la
estrategia del miedo.
--Entonces, con el paro, consiguieron más que ellos. --Y,
sí. Ya hablan de aumentar el gasto social. O sea, firmaron con los
gobernadores un gasto social y después del paro debieron aumentarlo. --Insisto, ¿no cree que mucha gente tuvo miedo y paró por
miedo? --Eso
fue una campaña del Gobierno y de la ministra de Trabajo. Yo no podía
creer el otro día, en el debate que Patricia Bullrich tuvo con Moyano en
lo de Grondona, que se le haya escapado la frase "todos los
sindicalistas son ladrones". ¿Cómo hace para juntarse con nosotros
ahora? Es como que yo diga: "Todos los que fueron montoneros son unos
hijos de puta". ¿Cómo nos sentamos con esta chica ex montonera? ¿Quién
la apoya en el Gobierno? ¿El radicalismo? ¿El Frepaso? Por su origen
justicialista, con las variantes a la derecha e izquierda que tuvo, tenía
inserción con el movimiento obrero. Ahora lo perdió. Volvió a ser digna
representante del grupo Sushi. Ahora sólo tiene cerca a Lopérfido. --¿Qué
le dirían a Teresa Ter Minassian, del FMI?
--Que no nos asuste con más crisis y pobreza. El Fondo es una
calificadora de riesgo. Te califica y cobra. ¿Qué hicieron las
calificadoras? Aumentaron el riesgo, aumentaron las tasas... y cobraron. --De la Rúa dijo que la CGT tardó varios meses en hacerle
paros a Menem. Y es verdad.
--Pero esto no es un tema acumulativo. Los escenarios cambiaron. --¿Para usted se estaba mejor con Menem?
--...depende el momento. Los últimos cinco años de Menem no
fueron buenos. Y De la Rúa continúa la política de Menem. --Entonces, para ser
coherentes, deberían apoyar a De la Rúa.
--Nosotros estábamos muy en contra de la política de Menem
(risas).
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