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Marcha y juicio por los reclamos de comida

Hoy juzgarán a Raúl Castells por el reclamo de comida al Wal Mart de Avellaneda. El acusado puede recibir de 5 a 10 años de prisión, y hace dos que está detenido.

Castells pasó más de un año en prisión de alta seguridad y varios meses con una tobillera electrónica.

Por Laura Vales

t.gif (862 bytes) El 29 de enero de 1999, Raúl Castells estaba en el almacén de sus suegros, en Banfield, cuando un grupo de policías interrumpió la siesta para llevárselo detenido. El cargo: extorsión. El motivo: haber protagonizado un reclamo de comida en un hipermercado junto a 500 jubilados y desocupados. Desde entonces pasaron casi dos años. Castells estuvo más de la mitad de ese tiempo en una celda de alta seguridad en la cárcel de Florencio Varela y después con prisión domiciliaria, controlado con una tobillera electrónica. En el medio fue acusado de cometer otros delitos. Por ejemplo, de romper un vidrio. Por ese motivo ya fue llevado a juicio oral y absuelto. Hoy, en los tribunales de Lomas de Zamora, comenzarán a juzgarlo por la denuncia de extorsión. Muy temprano en la mañana, a partir de las ocho, habrá una marcha y un acto encabezado por Carlos �Perro� Santillán y Víctor De Gennaro, quienes junto a otros sindicalistas y militantes sociales piensan ubicarse después en la primera fila de la sala de audiencias. 
El reclamo de comida que terminó en la detención de Castells ocurrió el 23 de diciembre de 1998 en el hipermercado Wal Mart de Avellaneda. Ese día, la presión de la gente hizo que la firma repartiera bolsas de alimentos en el puente Pueyrredón: un pan dulce, una sidra, un paquete de azúcar y una gaseosa para la Nochebuena de cada manifestante. 
Wal Mart registró el episodio internamente como una donación, pero acusó a Castells ante la Justicia de haberlo extorsionado. Su argumento central es que el dirigente planteó que si no les daban alimentos, no abandonarían el lugar.
Castells siempre sostuvo que le habían tendido una trampa. �Mientras pedíamos comida, el fiscal Acevedo se presentó en el supermercado, pero en ningún momento advirtió que se estuviera cometiendo un delito�, repasó ayer ante Página/12. �Es más, él ordenó que la empresa entregara la mercadería, es decir que permitió que se cometiera el supuesto delito para después sancionarlo. Por eso digo que todo esto es una farsa.� 
�¿Cree que en este juicio va a tener garantías?
�El tribunal se negó a citar a ese fiscal como testigo. Creo que la única garantía es la presencia de la gente durante las audiencias. 
El reclamo al híper de Avellaneda ocurrió en una semana movida para el gobierno menemista: el mismo 23 de diciembre hubo otras manifestaciones similares en 16 provincias que involucraron a 27 supermercados. Y en los días posteriores se sucedió otra veintena de ocupaciones. 
El tema, por supuesto, ganó las tapas de los diarios. Un destemplado Carlos Menem acusó a Castells de ser el autor intelectual de las protestas para abastecerse de alimentos y después venderlos �en su negocio�. En aquel caluroso enero, el dirigente del Movimiento Independiente de Jubilados y Pensionados también dijo lo suyo. 
Desde el mostrador del almacén donde pronto sería detenido, replicó que le parecía �ridículo� plantear que él era capaz de reunir a �siete o nueve mil personas en todo el país sólo para que trabajen para mí�. Y aprovechó el revuelo de micrófonos para anunciar una gran marcha nacional �para que el gobierno entregue a jubilados y desocupados 500 mil kilos de comida�. Lo fueron a buscar, con una orden judicial, el último viernes del mes.
Pocos antes, el secretario de Seguridad Interior, Miguel Angel Toma, había presentando una denuncia contra él y el Perro Santillán por �incitación a la violencia� y �atentar contra el orden constitucional�. La acusación no prosperó, pero Castells siguió preso por la denuncia de Wal Mart. 
Estuvo recluido 423 días en el penal de Florencio Varela �dentro de una celda de dos por dos, con una ventanita enrejada que no dejaba ver el exterior�, sujeto al mismo trato y condiciones que los reclusos que habían participado, por ejemplo, del sangriento motín de Sierra Chica. A principios de este año le permitieron volver a su casa, con una tobillera que no lo deja moverse más de 200 metros. El proceso que comienza hoy unificó la causa Wal Mart con otra impulsada por el supermercado Disco de Banfield, por un hecho similar de marzo del �97. En ese caso, un fiscal ya pidió que se lo condene a cinco años y tres meses de prisión. El tribunal oral está integrado por Emilio Villamayor, Jorge Caminos y Guillermo Rolón. El inicio de la audiencia está previsto a las 8.30. La marcha en apoyo del dirigente partirá hacia los tribunales media hora antes, desde la esquina de Belelli al 1700. 

 

 

 

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