Por Luis Bruschtein --¿Por
qué hay crisis económica casi permanente en Argentina, mientras no
sucede lo mismo en otros países con economías equivalentes como México
o Brasil?
--Es interesante ver que en algunos países de América latina que
tuvieron crisis en su momento, no la tienen hoy, ni se espera tampoco que
la tengan. Pienso en Brasil y también en México. Aquí, en cambio, hay
una especie de crisis permanente y también una crisis a nivel político,
lo cual significa que es mucho más difícil superar el problema económico
a causa de la falta de credibilidad de este gobierno. Pero lo que más
interesa es responder por qué en la Argentina no hay posibilidad,
aparentemente, para salir de la crisis. Creo que podemos aprender mucho de
lo que pasó en países como Brasil o México. Estos países sufrieron
también una crisis importante en el patrón de acumulación, el régimen
de acumulación, que está bastante dominado por el sector financiero. En
Argentina el sistema financiero también es muy importante. Tanto en
Argentina como en Brasil o en México esto es así porque cada tanto se
necesita tomar plata de afuera para pagar la balanza comercial, el
servicio de la deuda, el turismo, los dividendos de las royalties. Quiero
decir que existe una gran dependencia con el sector financiero en este
tipo de países.
--¿Pero qué es lo que hace diferente a la situación
argentina?
--En la Argentina hay un elemento más: que todo se flexibilizó,
con excepción de la tasa de cambio, a causa de la Convertibilidad. El
hecho de que no podamos flexibilizar, entre comillas, la tasa de cambio,
empeora la situación cada vez más precisamente porque al no poder tocar
la tasa de cambio, la única salida es flexibilizar el presupuesto, el
gasto público, que ahora está completamente congelado a excepción
precisamente del servicio de la deuda. Al no poder flexibilizar la tasa de
cambio, se flexibiliza el trabajo. Entonces habría que pensar que ahora
el hecho de conservar la Convertibilidad significa que no hay posibilidad
de una política social, no puede haber políticas sociales y entonces la
única salida será que los trabajadores ganen menos cada año. Es el
precio que se paga por la Convertibilidad.
--¿No hay también una utilización política de una crisis,
con severas advertencias apocalípticas cada tanto?
--Es cierto que hace mucho que hay una crisis recesiva, que hay un
proceso de desindustrialización que viene de lejos, es verdad. Pienso que
desde hace mucho tiempo hay aquí una cultura rentista, tal vez un poco más
grande que en otros países de América latina. También es cierto que las
dictaduras militares argentinas fueron más rentistas que productivistas,
como las de Brasil. Hay muchas factores que explican la crisis. Pero lo
que quiero decir es que hay una ruptura al inicio de los años '90, que
inicia un proceso diferente. Me acuerdo que toda la gente que estaba en
esa época a favor de la Convertibilidad decía que Argentina tendría uno
de los índices de crecimiento más importantes del mundo, tan altos como
los de Corea, o Tailandia. Si mal no recuerdo esas fueron las palabras de
Menem. Y la verdad es que hubo un repunte de crecimiento bastante fuerte,
pero que duró tres años, después hubo una recesión a causa del poder
financiero, después una breve recuperación y ahora nuevamente una
crisis, pero ya sin recuperación. Desde hace diez años, Argentina
depende del capital financiero mucho más que antes. Y en este sentido es
una caricatura de América latina porque precisamente no existe la
posibilidad de devaluar, sino de flexibilizar. La dirigencia política está
siempre diciendo que es imposible salir de la Convertibilidad, que es un
problema de credibilidad internacional. Y en parte es cierto. Pero
recuerdo que en Brasil, poco antes de la devaluación, Fernando Henrique
Cardoso dijo exactamente lo mismo: "no vamos a hacer una devaluación
porque habrá una escalada de la inflación". El hecho fue que no
hubo escalada inflacionaria, hubo una pequeña recesión, pero no se
disparó la inflación. Hubiera sido mejor hacer la devaluación "en
frío" que "en caliente", como se dice cuando se toma la
medida en un momento de especulación. Pero aún así la inflación no se
disparó.
--El problema para salir de la Convertibilidad es también que
la gente se ha endeudado mucho en dólares...
--Cuanto más se demore en salir los costos serán más altos. Es
cierto que hay muchas deudas en dólares, pero pienso que si no se hace
ahora, será más difícil encontrar una solución mañana. Es costoso
salir de la Convertibilidad, pero es mucho más costoso permanecer en
ella. No hace falta una especulación de tipo macroeconómico para darse
cuenta de los costos que tiene este modelo. Simplemente basta con salir a
la calle para darse cuenta de cómo aumenta la cantidad de pobres, se
puede ver inmediatamente que hay un problema.
--¿Y cuál sería el costo entonces de salir de la
Convertibilidad?
--Es difícil calcular porque hay una gran parte de la burguesía
aquí que es rentista. La tasa de inversión es bastante débil, sobre
todo si se compara con los países de Asia. La tasa de inversión es de más
o menos el 35 por ciento. Por lo tanto, se puede decir que estamos frente
a una sociedad donde los capitalistas son más rentistas que
productivistas. Esto significa que si hay una devaluación, y sobre todo
en caliente, después de una especulación, el precio será grande. No es
seguro, pero pienso que hace dos años que hay una recesión, que hay un
proceso de desigualdad cada vez más grande en los ingresos y el costo
ahora de una devaluación, incluido el costo social, será bastante
fuerte. Pero alguien tiene que asumir esa responsabilidad, porque en estos
temas no existen los milagros. La situación hoy no es buena.
--Cavallo, que es el padre de la Convertibilidad, dice ahora que
más adelante habrá que salir de ella... Se habla de una moneda del
Mercosur.
--Se puede hacer. Pero una vez hecho eso hay que encontrar la forma
de vincular esa moneda con el dólar, el euro o el yen. Lo que pienso es
que llegar a una moneda común es bastante difícil, pero es posible. No sé
cuánto tiempo se necesita, pero es posible. Estoy de acuerdo con eso,
porque pienso que si hay una integración, pasa también por la moneda y
también por la cuestión social.
Es nuestro problema en Europa: cómo construir ahora una Europa social, no
solamente la Europa de la moneda. Es un problema bastante importante. El
segundo problema es que no se puede pensar que la nueva moneda del
Mercosur pudiera ser una moneda clave, no. Debe establecer un vínculo en
primer lugar con una canasta de monedas como el dólar, el euro, y el yen
y segundo problema, la posibilidad de flexibilizar dentro, incluir una
flexibilización que se llama "tasa de flotación sucia", que
implica que el Banco Central puede intervenir sobre el mercado de cambio.
Eso significa que existe la posibilidad de construir una moneda común, y
que ésta pueda definirse frente al dólar, al euro y al yen. Todo eso es
bastante difícil, se puede hacer, pero implica una voluntad política. La
verdad soy pesimista, es feo decirlo, pero el precio del plan de
convertibilidad es tan grande que mañana se dará la imposibilidad de
pensar en una moneda común que no sea el dólar, la dolarización.
--Hay una presión muy fuerte en ese sentido...
--Desde los sectores más vinculados con los Estados Unidos, sí,
los que trabajan con Europa no. Porque no se puede vender en Europa porque
hay una "preciación" del dólar frente al euro, por ejemplo.
Que yo sepa en Brasil no existe nadie que plantee la dolarización. Es
solamente aquí. Tampoco es muy seguro que los Estados Unidos apoyen la
dolarización, porque la dolarización implica dos cosas. La primera es
que tiene que haber un apoyo del Banco de la Reserva Federal de los
Estados Unidos. El segundo problema es que la dolarización requiere el
apoyo de los Estados Unidos también a nivel presupuestario como sucede
entre los Estados de América del Norte. Cuando hay un problema en Texas,
Wisconsin puede pagar por Texas y hay una movilidad entre el acreedor de
Texas y el de Wisconsin, por ejemplo y eso no existe con respecto a la
Argentina. Cuando se construye una moneda común como la de la dolarización,
implica a nivel económico que la Reserva Federal de EE.UU. se convierte
en el último apoyo del Banco Central y también una solidaridad a nivel
presupuestario. Estas condiciones no existen y no pienso que el gobierno
de Estados Unidos dé la posibilidad de que existan. No puede ser
unilateral. Si fuera al revés, podría ser, que Estados Unidos pudiera
aprovechar los excedentes en el caso de que existieran. La dolarización
implica, más o menos, establecer una relación como la que tenían las
colonias francesas de Africa con Francia en cuanto a la moneda. No creo
que la Argentina quiera esa relación. --Panamá no tiene moneda propia, se maneja con el dólar...
--Panamá es un país pequeño con una economía muy pequeña que
gira alrededor de una sola cuestión que es el Canal de Panamá. Pero
Argentina no es un país pequeño. Ahora, si Argentina quiere convertirse
en Panamá, ese es el camino, ¿por qué no?
--¿Cómo se cambia una cultura rentista a una de producción,
si es que existe una fórmula...?
--Hay una gran responsabilidad del Estado, pero no únicamente. Sería
más claro decir que se trata de una responsabilidad de la política que
se va a seguir. Puedo entender perfectamente bien por qué el capitalista
aquí prefiere poner su plata en América del Norte o en los servicios
financieros. Se puede entender porque hay una valorización mucho más
grande en América del Norte o en los servicios financieros. La
valorización del capital ahora en los sectores industriales, con
excepción de algunas ramas, no es buena, entonces pienso que tal vez la
responsabilidad viene de que se sacaron todos los subsidios
gubernamentales demasiado rápido. Hubo un corte drástico en este aspecto
que produjo lo que se llama "reprimerización" de la economía,
se venden muchos recursos naturales más que productos industriales. Es
bastante difícil, no hay milagros en este tema, pero creo que es posible
revertir un poco esa tendencia. De hecho es cierto que hubo un aumento en
la tasa de inversión hace cuatro o cinco años, que aparentemente fue del
56 por ciento que es casi un milagro para la Argentina. Eso no se da
ahora. No hay posibilidad de que un gobierno piense en proyectos
industriales o en proyectos sociales y no solamente en proyectos de cómo
hacer ajustes para que el fondo monetario dé más plata. En este momento
la única cosa importante para cualquier gobierno es conseguir más o
menos mil millones de dólares cada dos semanas. Esa es la única cosa que
importa. Hacer proyectos sociales o industriales no importa. Lo que
importa es conseguir la plata para pagar, lo demás son solamente
palabras.
--Eso implica inestabilidad social permanente, exclusión,
desempleo y represión...
--Pienso que la Argentina está transitando en un marco de
inestabilidad social muy peligrosa. Soy francés, puedo hacer algunas
comparaciones internacionales: no conozco ningún país donde se pueda
decidir así una disminución brutal de los salarios de los trabajadores
del sector público. No conozco. La manera hipócrita de hacer eso ha sido
siempre la inflación. Pero ahora no hay inflación y se decidió
directamente recortar los salarios. No conozco experiencias de este tipo.
Pienso que la Argentina está inventando el diablo. Como se necesita
buscar plata del Fondo Monetario se hace necesario que los jubilados ganen
menos. Es grave. ¿hasta dónde puede llegar...? Se suprimirán las
jubilaciones, será un país completamente latinoamericano, como el Perú,
como Bolivia, como los países más pobres de América latina. Pienso que
además aquí hay una banalización de lo que es grave. No conozco
bastante la situación política de ahora, pero la falta de credibilidad
hoy a nivel económico, la falta de credibilidad a nivel político a causa
de la coima y la corrupción, por ejemplo, creo que todo eso va a generar
una crisis política y una crisis social. Cuando hablo de esto en Francia
o en México o en Colombia, la gente no puede entender que se pueda
recortar el salario o las jubilaciones de esa manera. Argentina tenía una
legislación avanzada en estos aspectos. Hay un proceso de
latinoamericanización a marcha forzada, en Argentina, pero en el peor
significado de las palabras, en el deterioro profundo de los procesos políticos
y sociales.
--¿Y en ese contexto cuál es la salida que usted vería?
--La salida pasa hoy a nivel político, porque si no se hace nada,
en el mejor de los casos la crisis se supera por un año, para después
caer otra vez, porque la enfermedad de la Argentina es estructural. Después
otra vez habrá problemas y se pagará mucho más. Eso se va a traducir en
demagogia. Cuanto más se tarde, el costo será más alto. No hay una
solución técnica, hay una solución política. Alfonsín que fue
presidente de la República, dijo que la Convertibilidad era una trampa,
la peor de todo el siglo. Y dijo que le gustaría no pagar los intereses
de la deuda por dos años. Argentina pide plata para pagar su deuda y paga
16 por ciento de interés. No sé cómo se puede pagar una deuda pagando
esos intereses. El hecho es que con esos intereses tal vez llegará el
momento en que no pueda pagar. Eso es el riesgo-país. Argentina también
está pagando eso que se llama riesgo�país. Es feo de decir, pero la
perspectiva menos mala es tomar decisiones ahora, que serán costosas,
pero menos que la de seguir en ese círculo vicioso. El Gobierno tendría
que hacer un balance de cuál es el precio de mantener esta política y
comparar los resultados de sus previsiones luego de un año. Se vería si
los costos en la realidad coinciden con esa previsiones, o si son mayores
o menores. Entonces tendría que decidir un camino distinto que el de
pagar, pagar y pagar y lo único que se proyecta es cómo pagar.
--Si devalúa, Argentina recaudaría en pesos devaluados y debería
pagar su inmensa deuda en dólares...
--Es totalmente cierto. Eso pasó en México. Una parte importante
de los mexicanos estaba endeudado en dólares en el '94 y también las
deudas de las empresas eran en dólares. Efectivamente se produjo un
problema grave y tuvieron que hacer lo que se llama comúnmente la
recapitalización del sistema bancario. Eso produjo un grado de corrupción
muy grande. Por supuesto que hay problemas, pero se puede estudiar lo que
pasó en México para saber si en la Argentina es mejor esto o aquello. México
no tiene hoy crisis económica. Brasil tampoco. No es que sean más
inteligentes. Cuando México devaluó tuvo que lanzar ese proceso de
recapitalización porque de lo contrario se hubieran producida muchas
quiebras de bancos. Hubo un apoyo del Estado para respaldar a los bancos.
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