Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
ESPACIO PUBLICITARIO


PIERRE SALMA, ECONOMISTA
�En Argentina están inventando al diablo�

Es un enemigo jurado de la Convertibilidad y recomienda pagar el costo de salirse de ella, que sería duro pero nos daría un mejor futuro. Confiesa que no es optimista ni con la dolarización ni con las posibilidades de una moneda común para el Mercosur. Y advierte que el precio social a pagar si, se sigue en este camino, pasa por el ajuste de los que ganan un salario... que será cada 
vez menor.

 

Por Luis Bruschtein

--¿Por qué hay crisis económica casi permanente en Argentina, mientras no sucede lo mismo en otros países con economías equivalentes como México o Brasil?

   --Es interesante ver que en algunos países de América latina que tuvieron crisis en su momento, no la tienen hoy, ni se espera tampoco que la tengan. Pienso en Brasil y también en México. Aquí, en cambio, hay una especie de crisis permanente y también una crisis a nivel político, lo cual significa que es mucho más difícil superar el problema económico a causa de la falta de credibilidad de este gobierno. Pero lo que más interesa es responder por qué en la Argentina no hay posibilidad, aparentemente, para salir de la crisis. Creo que podemos aprender mucho de lo que pasó en países como Brasil o México. Estos países sufrieron también una crisis importante en el patrón de acumulación, el régimen de acumulación, que está bastante dominado por el sector financiero. En Argentina el sistema financiero también es muy importante. Tanto en Argentina como en Brasil o en México esto es así porque cada tanto se necesita tomar plata de afuera para pagar la balanza comercial, el servicio de la deuda, el turismo, los dividendos de las royalties. Quiero decir que existe una gran dependencia con el sector financiero en este tipo de países.

  --¿Pero qué es lo que hace diferente a la situación argentina?

  --En la Argentina hay un elemento más: que todo se flexibilizó, con excepción de la tasa de cambio, a causa de la Convertibilidad. El hecho de que no podamos flexibilizar, entre comillas, la tasa de cambio, empeora la situación cada vez más precisamente porque al no poder tocar la tasa de cambio, la única salida es flexibilizar el presupuesto, el gasto público, que ahora está completamente congelado a excepción precisamente del servicio de la deuda. Al no poder flexibilizar la tasa de cambio, se flexibiliza el trabajo. Entonces habría que pensar que ahora el hecho de conservar la Convertibilidad significa que no hay posibilidad de una política social, no puede haber políticas sociales y entonces la única salida será que los trabajadores ganen menos cada año. Es el precio que se paga por la Convertibilidad.

   --¿No hay también una utilización política de una crisis, con severas advertencias apocalípticas cada tanto?

   --Es cierto que hace mucho que hay una crisis recesiva, que hay un proceso de desindustrialización que viene de lejos, es verdad. Pienso que desde hace mucho tiempo hay aquí una cultura rentista, tal vez un poco más grande que en otros países de América latina. También es cierto que las dictaduras militares argentinas fueron más rentistas que productivistas, como las de Brasil. Hay muchas factores que explican la crisis. Pero lo que quiero decir es que hay una ruptura al inicio de los años '90, que inicia un proceso diferente. Me acuerdo que toda la gente que estaba en esa época a favor de la Convertibilidad decía que Argentina tendría uno de los índices de crecimiento más importantes del mundo, tan altos como los de Corea, o Tailandia. Si mal no recuerdo esas fueron las palabras de Menem. Y la verdad es que hubo un repunte de crecimiento bastante fuerte, pero que duró tres años, después hubo una recesión a causa del poder financiero, después una breve recuperación y ahora nuevamente una crisis, pero ya sin recuperación. Desde hace diez años, Argentina depende del capital financiero mucho más que antes. Y en este sentido es una caricatura de América latina porque precisamente no existe la posibilidad de devaluar, sino de flexibilizar. La dirigencia política está siempre diciendo que es imposible salir de la Convertibilidad, que es un problema de credibilidad internacional. Y en parte es cierto. Pero recuerdo que en Brasil, poco antes de la devaluación, Fernando Henrique Cardoso dijo exactamente lo mismo: "no vamos a hacer una devaluación porque habrá una escalada de la inflación". El hecho fue que no hubo escalada inflacionaria, hubo una pequeña recesión, pero no se disparó la inflación. Hubiera sido mejor hacer la devaluación "en frío" que "en caliente", como se dice cuando se toma la medida en un momento de especulación. Pero aún así la inflación no se disparó.

  --El problema para salir de la Convertibilidad es también que la gente se ha endeudado mucho en dólares...

  --Cuanto más se demore en salir los costos serán más altos. Es cierto que hay muchas deudas en dólares, pero pienso que si no se hace ahora, será más difícil encontrar una solución mañana. Es costoso salir de la Convertibilidad, pero es mucho más costoso permanecer en ella. No hace falta una especulación de tipo macroeconómico para darse cuenta de los costos que tiene este modelo. Simplemente basta con salir a la calle para darse cuenta de cómo aumenta la cantidad de pobres, se puede ver inmediatamente que hay un problema.

  --¿Y cuál sería el costo entonces de salir de la Convertibilidad?

  --Es difícil calcular porque hay una gran parte de la burguesía aquí que es rentista. La tasa de inversión es bastante débil, sobre todo si se compara con los países de Asia. La tasa de inversión es de más o menos el 35 por ciento. Por lo tanto, se puede decir que estamos frente a una sociedad donde los capitalistas son más rentistas que productivistas. Esto significa que si hay una devaluación, y sobre todo en caliente, después de una especulación, el precio será grande. No es seguro, pero pienso que hace dos años que hay una recesión, que hay un proceso de desigualdad cada vez más grande en los ingresos y el costo ahora de una devaluación, incluido el costo social, será bastante fuerte. Pero alguien tiene que asumir esa responsabilidad, porque en estos temas no existen los milagros. La situación hoy no es buena.

  --Cavallo, que es el padre de la Convertibilidad, dice ahora que más adelante habrá que salir de ella... Se habla de una moneda del Mercosur.

  --Se puede hacer. Pero una vez hecho eso hay que encontrar la forma de vincular esa moneda con el dólar, el euro o el yen. Lo que pienso es que llegar a una moneda común es bastante difícil, pero es posible. No sé cuánto tiempo se necesita, pero es posible. Estoy de acuerdo con eso, porque pienso que si hay una integración, pasa también por la moneda y también por la cuestión  social. Es nuestro problema en Europa: cómo construir ahora una Europa social, no solamente la Europa de la moneda. Es un problema bastante importante. El segundo problema es que no se puede pensar que la nueva moneda del Mercosur pudiera ser una moneda clave, no. Debe establecer un vínculo en primer lugar con una canasta de monedas como el dólar, el euro, y el yen y segundo problema, la posibilidad de flexibilizar dentro, incluir una flexibilización que se llama "tasa de flotación sucia", que implica que el Banco Central puede intervenir sobre el mercado de cambio. Eso significa que existe la posibilidad de construir una moneda común, y que ésta pueda definirse frente al dólar, al euro y al yen. Todo eso es bastante difícil, se puede hacer, pero implica una voluntad política. La verdad soy pesimista, es feo decirlo, pero el precio del plan de convertibilidad es tan grande que mañana se dará la imposibilidad de pensar en una moneda común que no sea el dólar, la dolarización.

  --Hay una presión muy fuerte en ese sentido...

  --Desde los sectores más vinculados con los Estados Unidos, sí, los que trabajan con Europa no. Porque no se puede vender en Europa porque hay una "preciación" del dólar frente al euro, por ejemplo. Que yo sepa en Brasil no existe nadie que plantee la dolarización. Es solamente aquí. Tampoco es muy seguro que los Estados Unidos apoyen la dolarización, porque la dolarización implica dos cosas. La primera es que tiene que haber un apoyo del Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos. El segundo problema es que la dolarización requiere el apoyo de los Estados Unidos también a nivel presupuestario como sucede entre los Estados de América del Norte. Cuando hay un problema en Texas, Wisconsin puede pagar por Texas y hay una movilidad entre el acreedor de Texas y el de Wisconsin, por ejemplo y eso no existe con respecto a la Argentina. Cuando se construye una moneda común como la de la dolarización, implica a nivel económico que la Reserva Federal de EE.UU. se convierte en el último apoyo del Banco Central y también una solidaridad a nivel presupuestario. Estas condiciones no existen y no pienso que el gobierno de Estados Unidos dé la posibilidad de que existan. No puede ser unilateral. Si fuera al revés, podría ser, que Estados Unidos pudiera aprovechar los excedentes en el caso de que existieran. La dolarización implica, más o menos, establecer una relación como la que tenían las colonias francesas de Africa con Francia en cuanto a la moneda. No creo que la Argentina quiera esa relación.

  --Panamá no tiene moneda propia, se maneja con el dólar...

  --Panamá es un país pequeño con una economía muy pequeña que gira alrededor de una sola cuestión que es el Canal de Panamá. Pero Argentina no es un país pequeño. Ahora, si Argentina quiere convertirse en Panamá, ese es el camino, ¿por qué no?

  --¿Cómo se cambia una cultura rentista a una de producción, si es que existe una fórmula...?

  --Hay una gran responsabilidad del Estado, pero no únicamente. Sería más claro decir que se trata de una responsabilidad de la política que se va a seguir. Puedo entender perfectamente bien por qué el capitalista aquí prefiere poner su plata en América del Norte o en los servicios financieros. Se puede entender porque hay una valorización mucho más grande en América del Norte o en los servicios financieros. La  valorización del capital ahora en los sectores industriales, con excepción de algunas ramas, no es buena, entonces pienso que tal vez la responsabilidad viene de que se sacaron todos los subsidios gubernamentales demasiado rápido. Hubo un corte drástico en este aspecto que produjo lo que se llama "reprimerización" de la economía, se venden muchos recursos naturales más que productos industriales. Es bastante difícil, no hay milagros en este tema, pero creo que es posible revertir un poco esa tendencia. De hecho es cierto que hubo un aumento en la tasa de inversión hace cuatro o cinco años, que aparentemente fue del 56 por ciento que es casi un milagro para la Argentina. Eso no se da ahora. No hay posibilidad de que un gobierno piense en proyectos industriales o en proyectos sociales y no solamente en proyectos de cómo hacer ajustes para que el fondo monetario dé más plata. En este momento la única cosa importante para cualquier gobierno es conseguir más o menos mil millones de dólares cada dos semanas. Esa es la única cosa que importa. Hacer proyectos sociales o industriales no importa. Lo que importa es conseguir la plata para pagar, lo demás son solamente palabras.

  --Eso implica inestabilidad social permanente, exclusión, desempleo y represión...

  --Pienso que la Argentina está transitando en un marco de inestabilidad social muy peligrosa. Soy francés, puedo hacer algunas comparaciones internacionales: no conozco ningún país donde se pueda decidir así una disminución brutal de los salarios de los trabajadores del sector público. No conozco. La manera hipócrita de hacer eso ha sido siempre la inflación. Pero ahora no hay inflación y se decidió directamente recortar los salarios. No conozco experiencias de este tipo. Pienso que la Argentina está inventando el diablo. Como se necesita buscar plata del Fondo Monetario se hace necesario que los jubilados ganen menos. Es grave. ¿hasta dónde puede llegar...? Se suprimirán las jubilaciones, será un país completamente latinoamericano, como el Perú, como Bolivia, como los países más pobres de América latina. Pienso que además aquí hay una banalización de lo que es grave. No conozco bastante la situación política de ahora, pero la falta de credibilidad hoy a nivel económico, la falta de credibilidad a nivel político a causa de la coima y la corrupción, por ejemplo, creo que todo eso va a generar una crisis política y una crisis social. Cuando hablo de esto en Francia o en México o en Colombia, la gente no puede entender que se pueda recortar el salario o las jubilaciones de esa manera. Argentina tenía una legislación avanzada en estos aspectos. Hay un proceso de latinoamericanización a marcha forzada, en Argentina, pero en el peor significado de las palabras, en el deterioro profundo de los procesos políticos y sociales.

  --¿Y en ese contexto cuál es la salida que usted vería?

  --La salida pasa hoy a nivel político, porque si no se hace nada, en el mejor de los casos la crisis se supera por un año, para después caer otra vez, porque la enfermedad de la Argentina es estructural. Después otra vez habrá problemas y se pagará mucho más. Eso se va a traducir en demagogia. Cuanto más se tarde, el costo será más alto. No hay una solución técnica, hay una solución política. Alfonsín que fue presidente de la República, dijo que la Convertibilidad era una trampa, la peor de todo el siglo. Y dijo que le gustaría no pagar los intereses de la deuda por dos años. Argentina pide plata para pagar su deuda y paga 16 por ciento de interés. No sé cómo se puede pagar una deuda pagando esos intereses. El hecho es que con esos intereses tal vez llegará el momento en que no pueda pagar. Eso es el riesgo-país. Argentina también está pagando eso que se llama riesgo�país. Es feo de decir, pero la perspectiva menos mala es tomar decisiones ahora, que serán costosas, pero menos que la de seguir en ese círculo vicioso. El Gobierno tendría que hacer un balance de cuál es el precio de mantener esta política y comparar los resultados de sus previsiones luego de un año. Se vería si los costos en la realidad coinciden con esa previsiones, o si son mayores o menores. Entonces tendría que decidir un camino distinto que el de pagar, pagar y pagar y lo único que se proyecta es cómo pagar.

  --Si devalúa, Argentina recaudaría en pesos devaluados y debería pagar su inmensa deuda en dólares...

  --Es totalmente cierto. Eso pasó en México. Una parte importante de los mexicanos estaba endeudado en dólares en el '94 y también las deudas de las empresas eran en dólares. Efectivamente se produjo un problema grave y tuvieron que hacer lo que se llama comúnmente la recapitalización del sistema bancario. Eso produjo un grado de corrupción muy grande. Por supuesto que hay problemas, pero se puede estudiar lo que pasó en México para saber si en la Argentina es mejor esto o aquello. México no tiene hoy crisis económica. Brasil tampoco. No es que sean más inteligentes. Cuando México devaluó tuvo que lanzar ese proceso de recapitalización porque de lo contrario se hubieran producida muchas quiebras de bancos. Hubo un apoyo del Estado para respaldar a los bancos.

 

 

 

¿Por qué Pierre Salama?

Para hablar los tabúes

Por L. B.

  Hay temas que en la Argentina no se pueden discutir porque los mercados se alteran. Son temas prohibidos para los políticos, los gremialistas y los empresarios. Uno de ellos es la deuda externa como lo comprobó el ex presidente Raúl Alfonsín. El otro es la Convertibilidad. Son temas que dan dolor de estómago a la mayoría, a los que están de acuerdo o en contra de cualquier cosa referida a estas dos cuestiones. Pagar la deuda o no pagarla, salir o quedarse en la convertibilidad.

  Se puede estar de acuerdo o no con el catedrático francés en economía, Pierre Salama, pero resulta importante romper los tabúes que impone el mercado o alguien o vaya a saber qué misterioso poder. Las noticias que trae Salama en su visita a Buenos Aires para participar en un seminario organizado por Clacso, no son buenas ni las que uno quisiera escuchar, dan dolor de estómago también, pero tienen la virtud de que como no provienen de un político sino de un académico, además las aplica sin anestesia.

  Para algunos no es válido comparar México con Argentina, básicamente por la proximidad de México con los Estados Unidos que implicaría el interés de la potencia en prevenir cataclismos sociales en su vecino latinoamericano. O sea que para la Argentina sería aún más difícil salir de la Convertibilidad. Y la dolarización seguro que es peor porque la propone Menem. Para Salama el acertijo se resuelve pagando los costos y lo único que hay que hacer es calcular cuál de los dos caminos paga los costos menos dolorosos.   

 

 

KIOSCO12

PRINCIPAL