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 A más negociaciones, más enfrentamientos. O a más enfrentamientos, más negociaciones. Cualquiera sea el orden de los factores, el producto es el mismo en Medio Oriente: muertos. Ayer fueron cuatro integrantes del Fatah (partido que responde al líder palestino Yasser Arafat), que se enfrentaron aparentemente a una emboscada del Ejército israelí en Hablah, Cisjordania. Por su parte, la organización pro iraní Hezbollah, el dolor de cabeza de Israel en el sur del Líbano, atacó en el área de las granjas de Chebaa (territorio que reclama el gobierno libanés) a una patrulla israelí, matando a un soldado e hiriendo a otros tres. Israel respondió con ataques aéreos sobre Líbano y con una protesta formal ante la ONU. El gobierno del premier israelí Ehud Barak enfrentará mañana una moción del partido derechista Likud para convocar elecciones anticipadas. Autoridades palestinas e israelíes se reunieron ayer para coordinar operativos de seguridad, pero según una de ellas fue �una pérdida de tiempo�.
El contacto diplomático directo entre palestinos e israelíes crece tanto como la triangulación con potencias fuera de la región que inauguró hace unos días el líder palestino Yasser Arafat, que el viernes se reunió con el presidente ruso Vladimir Putin en Moscú. El ministro israelí de Turismo y Transportes, Amnón Lipkin Shahak, se entrevistó en la noche del sábado, en completo secreto, con Arafat, según la radio militar israelí. El comandante de la región militar centro de Israel, que comprende Cisjordania, el general Yitzhak Eitán, se entrevistó con su homólogo palestino, general Ismael Djaber, jefe del servicio de Seguridad Nacional. Y el jefe de la región militar sur israelí, que abarca la Franja de Gaza, el general Yom Tov Samia, hizo lo mismo con el general Abdel Razeq alMajayda. Pero éste salió de la reunión diciendo que fue �una pérdida de tiempo� porque �la parte israelí se niega a cumplir los acuerdos de Sharm el-Sheij�, suscriptos de palabra por Arafat y Barak hace un mes y medio. En cuanto a la triangulación con base en Rusia, el canciller ruso Igor Ivanov confirmó ayer que el relanzamiento de su país como mediador en Medio Oriente pasará por proponer �una fuerza internacional de paz�. En los hechos, se trata de la misma propuesta de Arafat en boca de otros; pero Rusia pretende para ello el apoyo de la Unión Europea y aún el de Estados Unidos, porque �Rusia no puede tener un rol exclusivo�, según Ivanov. De allí que el canciller ruso tuviera previsto hablar largo y tendido con la secretaria de Estado norteamericana Madeleine Albright en Viena, donde ambos asisten a una cumbre de la OCDE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa). Sin embargo, Arafat pretende que el impulso ruso no dependa del norteamericano porque se trata precisamente de dejar a un costado, por el momento, a una Casa Blanca que es mal vista a ojos palestinos y que aún no sabe quién será su próximo inquilino. Israel también se está moviendo a nivel diplomático. Danny Yatom, consejero de política y seguridad de Barak, se reunió ayer en El Cairo con el presidente egipcio Hosni Mubarak, quien se había reunido antes con Arafat luego de llamar, hace unos días, a consultas a su embajador en Israel, Mohammed Bassiuni. El canciller interino israelí, Shlomo Ben Ami, se iba a reunir hoy con Ivanov, pero suspendió el otro eje de la triangulación ante la coyuntura que enfrentará mañana su propio gobierno. Desde la fracasada cumbre de Camp David, en julio pasado, el gobierno de Barak está sostenido por alfileres. No tiene mayoría parlamentaria y sólo se mantiene porque tampoco hay una mayoría opositora. Y desde el 28 de setiembre, cuando la visita del líder del Likud Ariel Sharon desencadenó el actual conflicto, el mismo Barak intenta por todos los medios posibles formar un �gabinete de emergencia nacional� con el mismo Sharon. Ha habido mociones de censura contra el gobierno de Barak, pero la delicada situación con los palestinos lo mantiene paradójicamente en pie. Ahora, con una moción no de censura sino para elecciones anticipadas, el Likud está más cerca de conseguir lo que siempre consigue cuando se agudiza el conflicto palestino-israelí: el gobierno, el endurecimiento de posicionesy el retroceso respecto de todo lo que Arafat y el ex premier israelí asesinado Yithzak Rabin firmaron en los Acuerdos de Oslo en 1993. Como respuesta al atentado del Hezbollah, Israel bombardeó áreas civiles en el sur del Líbano, por primera vez desde la retirada israelí de la zona en mayo pasado. De todos modos, Barak declaró que �la situación es muy sensible en la frontera norte, en todo momento puede empeorar, es por ello que se debe reaccionar con fuerza e inteligencia y no dejarse arrastrar en aventuras�. De hecho, esta misma moderación fue planteada en el gabinete de seguridad de Barak ante los ataques palestinos. Pero el premier libanés, Rafic Hariri, declaró que la resistencia del Hezbollah seguirá activa mientras Israel ocupe las granjas de Chebaa.
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