El
blindaje financiero con el que Argentina tranquilizará a sus acreedores
superará los 20 mil millones de dólares. Así lo estimó,
de visita en Buenos Aires, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), Enrique Iglesias, quien consideró que el reaseguro podría
ser anunciado antes de fin de año. En tanto, con la llegada ayer
de Tomás Raichmann, dieron comienzo las reuniones de consulta que
la delegación del FMI mantendrá con el Gobierno con miras
a asegurar las últimas metas antes del desembolso del crédito.
Según indicó a este diario un alto funcionario del Ministerio
de Economía, en la reunión mantenida con los veedores del
Fondo se analizaron las proyecciones macroeconómicas y, en especial,
los gastos de las provincias. El titular del BID declaró que en
este momento hay una excelente predisposición de los organismos
internacionales para ayudar a la Argentina. Aunque el funcionario
no lo diga, se teme el efecto contagio de una posible crisis de pagos
argentina sobre los países de la región. Además,
un default de Argentina mellaría también la credibilidad
de los instituciones multilaterales de crédito, las que durante
casi una década ensalzaron las reformas estructurales impulsadas
en el país. Quizá por ello, Iglesias afirmó que existe
un gran apoyo externo para la Argentina que se traducirá
en que el blindaje podría superar los 20 mil millones
de dólares. En la comunidad internacional hay mucha confianza
en la Argentina, se conocen los problemas y se sabe que es difícil
la situación, pero ustedes tienen todos los elementos para salir,
agregó el banquero.
Sobre los actuales avatares de la economía local, el funcionario
del BID consideró que se debe en parte a la existencia de un fuerte
componente externo y afirmó que no es la peor crisis ni mucho
menos, por la que el país ha atravesado. Nosotros somos
mucho más optimistas que ustedes, matizó. Sobre el
destino del blindaje, aseveró que tiene que funcionar
como un escudo de reserva y así provocar la caída de la
tasa de interés como en todos los procesos de ajuste que ocurrieron
en el pasado. Sobre este punto insistió en que el apoyo internacional
permitirá que Argentina recupere la confianza de los
mercados e inversores mundiales.
El equipo económico también interpreta que la consecución
del blindaje aportará a ganar una mayor confianza en los mercados
financieros y, en consecuencia, podrá en marcha el círculo
virtuoso de baja de tasa de interés y crecimiento.
Cuando mañana la demorada misión veedora del FMI se complete
con el arribo del jefe de Raichmann, la subdirectora para el Hemisferio
Occidental, Teresa Ter Minassian, el equipo de José Luis Machinea
intentará mostrarle que todas las exigencias fueron cumplidas.
La carta principal, el pacto fiscal que congela los gastos provinciales,
ya fue jugada y sólo restan acordar los montos que involucrará
el blindaje, así como los plazos de otorgamiento de los desembolsos.
Se descuenta que el aumento del déficit presupuestario para el
2001 de los 4800 millones de pesos iniciales a 7000 millones, no afectará
la aprobación del FMI, pues la nueva meta fue decidida con el aval
previo del organismo.
El equipo del FMI ya está instalado en sus oficinas permanentes
en el Banco Central, donde esta semana recibirá a una delegación
del justicialismo, a quienes buscar{a convencer de apoyar las reformas
que lleva a cabo el gobierno.
Ayer los mercados no mostraron definiciones frente al inminente blindaje
ni sobre el aumento del déficit. Algunos operadores estimaron que
el buen humor por el apoyo financiero internacional se licuó por
el nerviosismo de Wall Street. Al cierre de las cotizaciones el riesgo
país descendió 3 puntos básicos, en tanto el Merval
terminó sin cambios.
No
resolverá los problemas
Creer
que el blindaje financiero resolverá todos los problemas
es vivir en una aldea, desafió ayer Martín Redrado,
al exponer las perspectivas económicas de la Fundación
Capital de la cual es titular para 2001. El panorama
descripto da poco lugar al optimismo. Redrado proyectó un
crecimiento de 1,6 por ciento el próximo año, con
una tasa de desempleo en torno al 15,5 por ciento y un crecimiento
de las exportaciones reales de sólo 4 puntos. El crédito
de 25 a 27 mil millones de dólares del FMI y otros organismos
y bancos no solucionará los aspectos de fondo, según
la opinión del consultor. Es útil para convencer
a los mercados de que no existe el riesgo de default. Pero el blindaje
no alcanza para bajar significativamente el riesgo país,
sentenció.
Los economistas de la Fundación Capital hicieron hincapié
en la falta de convicción de las autoridades para sostener
el rumbo económico. No está claro cuál
es la estrategia. Machinea primero dijo que la solvencia fiscal
era imprescindible para lograr el crecimiento. Por eso ajustó
el gasto, aumentó impuestos y bajó salarios. Pero
ahora el Gobierno anuncia una ampliación del déficit,
con el argumento de que mayor gasto aumentará el crecimiento
y eso traerá la solvencia fiscal, cuestionó
el economista Carlos Pérez, quien enfatizó que mantener
un déficit creciente es inconsistente con un sistema
de tipo de cambio fijo.
La advertencia de la Fundación Capital es que el blindaje
disipará por un tiempo el temor de los inversores al default
(cesación de pagos), pero mientras no se elimine el déficit
fiscal esa incertidumbre volverá tarde o temprano. En esa
línea, también señalaron que Argentina no logrará
atraer inversiones si no soluciona problemas estructurales, como
los elevados costos del sistema financiero e impositivos. Pensar
que habrá una vuelta de capitales por una baja circunstancial
del riesgo país (provocada por el auxilio financiero) es
una idea bastante simplista, añadió Redrado.
El economista apuntó que el contexto internacional tampoco
ayuda para generar un aumento sustancial de las inversiones. Hay
que tener en cuenta que hubo un cambio profundo en los flujos de
capitales hacia los mercados emergentes, puntualizó
Redrado. Desde el default ruso continuó,
los inversores son muy cautelosos y selectivos para destinar los
fondos que administran. Argentina en este momento no es una opción
que les resulte atractiva. En conclusión, el crédito
de blindaje será insuficiente para cambiar esa situación,
por lo que la Fundación Capital estima que la economía
mostrará pocas mejoras el próximo año.
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OPINION
Por Claudio Lozano *
El
blindaje posterga la agonía
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Las transformaciones
de la última década han impuesto una dinámica
tal donde el crecimiento del endeudamiento externo (público
y privado) supera con creces la evolución de la economía.
No es necesario profundizar demasiado el análisis para entender
que esta evidencia despierta suspicacias en los acreedores. Ese
funcionamiento adquiere particular gravedad a partir de 30 meses
de recesión (durante ellos, la deuda se sigue expandiendo
y la economía se mantiene estancada) y más aún
cuando luego de 11 meses de nuevo gobierno la situación no
se ha modificado.
En términos muy concretos, considerando el período
91/99, el endeudamiento crece a una tasa del 11,47 por
ciento anual acumulativo mientras el PBI lo hace a apenas el 4,87
por ciento. Las condiciones internacionales que a comienzos de los
90 le dieron contexto y viabilidad al régimen de Convertibilidad
se han invertido y exhiben un cuadro absolutamente negativo. Precios
internacionales menores para nuestros productos (con la excepción
del petróleo), menor disponibilidad de fondos para los mercados
emergentes y más altas tasas de interés, el dólar
se encarece con respecto al resto de las monedas, afectando la competitividad
local, y la relación con el Brasil no atraviesa el mejor
de sus momentos.
La crisis política adquiere una especial magnitud, evidenciando
en sólo 11 meses una espectacular dilapidación de
la legitimidad del nuevo gobierno. Crisis asociada a un dato elemental:
el gobierno asumió bajo la expectativa social de rectificar
la herencia recibida y sin embargo exhibe una evidente continuidad
con la gestión anterior.
En este cuadro, el tan mentado blindaje financiero sólo
otorga garantías de corto plazo a los dueños
de nuestra deuda. Sin embargo, es adecuado observar que no resuelve
en absoluto ninguna de las claves de la crisis que hasta aquí
hemos expuesto. El contenido desregulador de la política
en vigencia y la afirmación de un cuadro que exhibe una dolarización
de hecho con la consecuente renuncia a la política económica
definen que no queda instrumento con que encarar tamaña tarea
y que nada de esto se encuentra en la agenda oficial. Por último,
la crisis política no hace más que agravarse, ya que
las definiciones tomadas suponen la concesión de un mayor
oxígeno presupuestario a cambio de reformas estructurales
que transforman a la sociedad en un costo a ser reducido por vía
de una mayor regresividad en la política fiscal, reducción
del haber de los futuros jubilados, así como la privatización
del sistema de salud.
Como si esto fuese poco, la política económica oficial
sigue asociando el crecimiento a una expectativa de ingreso de capitales
(ilusión limitada por las escasas actividades rentables que
exhibe el país en el contexto de fuerte limitación
que la situación internacional le impone al régimen
de Convertibilidad) y al dinamismo de un sector exportador que representa
sólo el 9 por ciento del PBI y donde apenas 300 empresas
concentran el 85 por ciento del total exportado. En estos términos,
el blindaje sólo posterga la agonía y termina inmolando
en el altar de la solvencia de corto plazo la propia posibilidad
de la política económica.
La contundencia del paro nacional de 36 horas revela la existencia
de consenso para pensar el futuro de otra manera. ¿No puede
Argentina transformar el excedente disponible, hoy bajo la forma
de encajes excesivos del sistema financiero, en fondos de garantía
para un blindaje con menores costos y menor condicionalidad? ¿No
se puede pensar algo similar con los depósitos de argentinos
en el exterior? ¿No puede obligarse a las AFJP a bajar la
tasa a la cual le prestan al Estado? Si Argentina debe crecer a
tasas significativas, ¿esto no exige ampliar la demanda interna?
Ampliar la demanda interna, ¿no exige redistribuir progresivamente
los ingresos a efectos de que consuman quienes están en situación
de infraconsumo? ¿No es imprescindible limitar el ingreso
de importados? ¿No se puede pensar de otra manera? Sí,
se debe.
* Director
del Instituto de Estudios y Formación de la CTA.
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