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Daer y Moyano se unirán en la defensa de sus obras sociales

La oposición a la desregulación del sistema de salud reunirá a la CGT oficial y a la rebelde. Analizan una marcha y otro paro.

Por Diego Schurman

t.gif (862 bytes)  No los unirá el amor sino el espanto. Rodolfo Daer y Hugo Moyano realizarán durante esta jornada una cumbre para sumar fuerzas contra la desregulación del sistema de obras sociales sindicales. Los jefes de la CGT oficial y de la CGT rebelde aprovecharán el éxito de la última huelga para convocar a una inminente marcha hacia Plaza de Mayo y amenazar con un nuevo paro general para diciembre.
La cumbre de “gordos” y “rebeldes” se realizará a primera hora de la mañana en el sindicato de peones de taxis. Sin duda, la decisión del Gobierno de abrir la competencia entre obras sociales sindicales y empresas de medicina prepaga logró barrer con las diferencias internas de los gremios.
El encuentro también servirá para debatir los términos de la reunión reservada que una comitiva encabezada por Daer mantuvo ayer con los ministros Héctor Lombardo y Patricia Bullrich. Allí, con la presencia del superintendente de Servicios de Salud, Rubén Cano, los jefes gremiales volvieron a plantear “la imposibilidad” de avanzar con los cambios.
Se quejan de una suerte de “privatización” de la salud y por eso manifiestan que sólo aceptan, como sucede en la actualidad, la libre competencia “en bandas”, es decir, que las obras sociales sindicales disputen afiliados entre sí, pero no con las prepagas.
La principal observación que realiza la CGT a los cambios que motoriza el Gobierno es en materia de cobertura. “Acá existe un 42 por ciento de evasión de aportes. Las empresas evaden. Y cuando sucede eso, las obras sociales se ocupan igual del trabajador. En cambio, las prepagas lo dejan de atender y éstos tienen que ir a hacer cola al hospital público”, señaló el mercantil Armando Cavalieri a Página/12.
Hay otros cuestionamientos. Se menciona la falta de actualización de los padrones y la manera en que se financiarán las prestaciones de alta complejidad. En la actualidad, las obras sociales tienen para ese fin un Fondo Solidario con dinero propio, pero que el Gobierno maneja y distribuye a cuentagotas.
De hecho, los gremios reclaman por una deuda de cerca de 400 millones por falta de reintegros en alta complejidad. El Ministerio de Salud reconoce la existencia de la deuda, pero la reduce a 130 millones.
Bullrich, Lombardo y Cano tomaron nota de las quejas. Y prometieron transmitirlas al presidente Fernando de la Rúa en la reunión de gabinete de hoy. También dejaron abierta la posibilidad de hacer participar activamente a la CGT en la discusión de la reglamentación del decreto desregulador, la famosa “letra chica” que permite cambiar de cabo a rabo el sentido de una norma.
El tema será el plato fuerte del encuentro que mantendrán Daer y Moyano en el gremio de peones de taxis. Allí estarán el dueño de casa, Omar Viviani, Juan Manuel Palacios, Saúl Ubaldini, Gerónimo Benegas, Luis Barrionuevo, Pedro Goyeneche, Oscar Lescano y Andrés Rodríguez, entre otros.
Entre “gordos” y “rebeldes” existe un principio de acuerdo para realizar una marcha. Pero para no quedar pegados los unos a los otros, cada cual tendría un destino distinto. La CGT oficial piensa en una gran movilización hacia el Ministerio de Economía, mientras que las huestes de Moyano podrían finalizar su caravana frente al Ministerio de Trabajo.
“Vamos a subirnos a las ambulancias para marchar con los sidosos, los tuberculosos, para que, si desregulan las obras sociales, el Gobierno se haga cargo de todos ellos”, exageró Cavalieri.
En tono de guerra, dicen que la movilización será apenas una nueva estación de un plan de lucha que tiene en carpeta otro paro general -algunos aventuran de 48 horas– para mediados de diciembre. En el Gobierno insisten en que la movida sólo busca defender las denominadas “cajas sindicales”, es decir, una fuente de dinero –el de las obras sociales– que, sospechan, más de una vez se utiliza para otros menesteres.

Un cruce de “liviandad”
En el reportaje concedido a Página/12, Rodolfo Daer no tuvo medias tintas para descalificar la actitud del Gobierno frente al paro general de 36 horas.
–Yo no podía creer el otro día, en el debate que Patricia Bullrich tuvo con Moyano en lo de Grondona, que se le haya escapado la frase “todos los sindicalistas son ladrones” ¿Cómo hace para juntarse con nosotros ahora? Es como que yo diga: “Todos los que fueron montoneros son unos hijos de puta”. ¿Cómo nos sentamos con esa chica ex montonera?
Anoche, el jefe de la CGT oficial se retractó de sus palabras en un pedido público de disculpas. “Frente a los comentarios de liviandad de la ministra Patricia Bullrich sobre los dirigentes sindicales debo expresar que con mi respuesta incurrí en la misma liviandad, ya que no expresa mi pensamiento. Yo tengo un profundo respeto y admiración por esa camada de hombres y mujeres a la cual pertenezco con ideales y sueños por un mundo mejor”, señaló el dirigente gremial.

 

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