Por Cledis Candelaresi
Al cierre de esta edición,
la Cámara de Diputados se aprestaba a votar en general el proyecto
de Presupuesto para el año 2001, con numerosos retoques respecto
a la versión original que Economía giró al Parlamento
hace un mes y medio. Varias decenas de oradores demoraron la votación
de una iniciativa bastante complaciente con las demandas formuladas a
Economía, al punto que promovió críticas de la oposición
por la presunta debilidad del Gobierno. Quizá porque no hubo suficiente
presión parlamentaria, ni planteo de los gobernadores, ni siquiera
de los gremios involucrados, la intransigencia oficial sólo parece
absoluta respecto a la decisión de mantener la rebaja salarial
sobre los sueldos estatales, así como de honrar los compromisos
de la deuda. De cualquier modo, la discusión presupuestaria no
se agota en el extenso articulado. Mientras los oficialistas buscaban
ayer cómo incluir la votación del proyecto que reimplanta
Ganancias sobre la renta financiera empresaria, en el Palacio de Hacienda
alistaban un proyecto de ley para promoción regional, iniciativa
complementaria que permitiría contentar al interior del país.
La sesión comenzó a las 15 horas con un fallido intento
justicialista para que el proyecto vuelva a las comisiones. Oscar Lamberto
planteó la moción que sirvió para medir la fuerza
opositora: ni siquiera con los votos de algunos frepasistas díscolos
pudo prosperar esta propuesta, más una chicana que una alternativa
real. El PJ, al igual que los partidos provinciales y Acción por
la República, no sólo contribuyó dando el quórum
sino que considera una cuestión de responsabilidad política
facilitar la aprobación del presupuesto, que en ningún momento
pensó frustrar.
Las críticas opositoras ayer apuntaron más a la supuesta
debilidad del G obierno, que para facilitar la aprobación del proyecto
admitió incrementar el gasto en 600 millones de pesos, atendiendo
demandas de su propia tropa y de los gobernadores justicialistas. Los
mismos que ayer intentaron, junto a los senadores del PJ (aparte), separarse
del rediseño presupuestario, aclarando que el mayor gasto no
es responsabilidad de las provincias. ¿A quién
le van a vender un déficit de 7000 millones de pesos?, chicaneaba
ayer un diputado del justicialismo.
Los hombres del PJ también cuestionaban la decisión de girar
ayer mismo e intentar votar en el recinto el proyecto para gravar con
Ganancias la renta financiera de las empresas. No es que se opongan a
la restitución de este gravamen (se pagaba hasta 1998) sino que
consideran una torpeza política hacerlo en el mismo momento que
el Gobierno intenta ganar la confianza patronal. Aunque sea la contrapartida
de eliminar el impuesto sobre los intereses de los préstamos empresarios.
El esmero de José Luis Machinea para contentar a cuanto pudiera
es tan indudable como insuficiente y ayer aún había puntos
en discusión:
Economía resignó
su intención de reducir a la mitad los 189 millones de pesos del
Fondo del Tabaco y postergó para un futuro proyecto de ley su intención
de modificar la fórmula de prorrateo de ese dinero, que en la actualidad
cae sólo en manos de pocos productores. Pero ayer había
un fuerte lobby de tabacaleras para que Machinea dé marcha atrás
con su intención de capturar todos los recursos adicionales por
encima de ese monto.
A instancia de algunos frepasistas,
Economía tampoco consiguió rebajar a 120 pesos las pensiones
graciables, que serán recortadas, pero con un tope a 300 pesos.
Del mismo modo, desistió de rebajar las asignaciones familiares.
Pero menos suerte tendrían los frepasistas y otros legisladores
de extracción sindical, que pretendían abrir el debate sobre
los recortados salarios públicos. Se trata de una medida
que sólo afecta a los trabajadores que ganan más de 1000
pesos y viven en la Capital Federal, minimizó el radical
Horacio Pernasetti, haciendo gala de un singular federalismo.
Entre las concesiones otorgadas
a las provincias a través de las últimas modificaciones
al proyecto de presupuesto, el Gobierno destinó 50 millonesde pesos
para programas de desarrollo regional, aunque sin especificar cómo
se repartiría este beneficio (sólo la primera cuota de un
régimen amplio). Según el proyecto que se apresta a girar
el Poder Ejecutivo, el objeto a promocionar serían los proyectos
agrícolas y turísticos; las destinatarias, las provincias
con más elevado índice de necesidades básicas insatisfechas;
y el monto del subsidio a recibir estará en relación a la
cantidad de mano de obra que ocupe cada emprendimiento.
Pero cuando se trata del presupuesto nacional, las demandas parecen inagotables
y hasta última hora proliferaron los reclamos para retocar el articulado.
El gobernador de Santiago del Estero, Carlos Juárez, ayer se lamentaba
por una partida para su provincia no consignada en ninguna versión
del proyecto. El diputado oficialista José Recio, en tanto, clamaba
para que se incluya un millón de pesos a cuenta de los cinco que
costaría convocar a una licitación para que una empresa
privada construya llave en mano y explote a cambio de un canon la proyectada
represa Corpus, obra estimada en 3000 millones de pesos. Todo quedó
relegado para la madrugada y supeditado a la voluntad de los legisladores
de sostener el quórum.
Día
de nervios, roscas y chicanas
Por Felipe Yapur
Reuniones de distinto tipo,
en los despachos, en los pasillos de la Cámara de Diputados. También
hubo una infinidad de llamados telefónicos y mensajes cruzados,
cortos, nerviosos. Todo servía si luego el diputado/a o el bloque
conseguía una modificación de última hora en el proyecto
del Presupuesto 2001. Mientras tanto, en el recinto prácticamente
un centenar de legisladores se anotaban para exponer su apoyo o rechazo
a la ley que desvela al Ejecutivo y que hacía prever una extensa
sesión. Al cierre de esta edición, se seguía debatiendo
el proyecto.
La sesión estaba convocada para las diez de la mañana, pero
a esa hora no estaban dadas las condiciones para que los bloques de Acción
por la República y el Interbloque Federal (partidos provinciales)
bajen al recinto. Esto produjo una serie de llamados que quedó
en manos de los representantes del radicalismo. La demora cayó
bien tanto a oficialistas como a opositores porque generó de hecho
una prórroga en las negociaciones. Tanto sufrió el oficialismo
que cuando por fin la sesión dio comienzo, el titular de la Comisión
de Hacienda y Presupuesto, Raúl Baglini, comparó las negociaciones
del Presupuesto con los trabajos del héroe mitológico Hércules.
Los seguidores de Domingo Cavallo centraban sus quejas en la decisión
del oficialismo de flexibilizar su postura frente a la ley de responsabilidad
fiscal al permitir el incremento del límite del déficit
para el próximo año. Un legislador cavallista dijo a este
diario que la Alianza está muy presionada por su falta de
rumbo y, sobre todo, porque le preocupa su suerte el año que viene
que, como todos sabemos, es un año electoral. Si bien el
cavallismo finalmente mantuvo la posición anunciada de aprobar
en general el proyecto, decidió bajar al recinto después
de que el oficialismo consiguió el quórum necesario. De
esta manera coincidió con la postura del bloque justicialista.
La sesión comenzó cuando la Alianza consiguió que
los representantes del Interbloque Federal bajaran al recinto.
Poco después, los aliancistas vencieron el primer escollo que le
impuso el justicialismo, que intentó regresar el proyecto a comisión.
Fueron 126 votos aliancistas, 98 opositores (con algún voto de
los rebeldes frepasistas) y 2 abstenciones, los que impidieron que tal
como lo justificara el peronista Oscar Lamberto el Presupuesto retornara
a la comisión fruto de los cambios sustanciales que
había sufrido el proyecto original.
Pero la derrota de esta iniciativa no amilanó al PJ que, decididos
a embarrar un poco la cancha, inscribió a casi 50 de
sus legisladores para extender lo más posible la sesión.
Aun así, y a pesar de que no votarán la ley en general,
anunciaron que apoyarán aquellos artículos que garanticen
el pacto fiscal firmado por los gobernadores del PJ .
Esa primera votación sirvió también para que la conducción
del bloque aliancista respirara tranquila. Uno de sus miembros dijo a
Página/12 que la votación es una radiografía
de lo que pasará más adelante. Ni con todos los rebeldes
votando en contra peligra la aprobación del Presupuesto,
dijo sonriendo. En tanto, ninguno de los rebeldes del Frepaso consultados
creían que sus votos podrían dar vuelta una votación
en contra de la Alianza, al tiempo que aseguraban que su posición
es ideológica, no caprichosa. El punto que la mayoría
de los rebeldes repudia es la confirmación de la reducción
del 12 por ciento de los salarios de los empleados estatales. Pero una
promesa hacía dudar a algunos de ellos. Fue cuando Baglini anunció
el agregado de un artículo donde preveía en caso de
producirse un ahorro incrementar los haberes en base al sistema
premios por producción.
Al Congreso no sólo llegaban los interesados en el debate del Presupuesto.
Por el Salón de los Pasos Perdidos deambulaban algunos distraídos
visitantes japoneses que se dirigían al concierto que seaprestaba
a dar la orquesta de Juan de Dios Filiberto. Poco más allá,
en el Salón Azul, una delegación de la Universidad de Lomas
de Zamora y sus invitados entonaban el Himno Nacional antes de iniciar
el acto donde le otorgaban el título de doctor honoris causa al
ex diputado radical César Jaroslavsky.
EL
GABINETE DISCUTIO COMO PRESENTAR LA LEY EN SOCIEDAD
Mensaje con distintos auditorios
Por
Fernando Cibeira
La discusión
sobre el presupuesto se llevó buena parte de la reunión
de gabinete de ayer. Pero el debate no giró en torno de los gastos
que discutirían los diputados, sino a cómo presentarlo en
sociedad. Si se trataba de un nuevo ejemplo de un estricto control de
gastos que debía maravillar a los mercados o, más bien,
un giro del Gobierno hacia una faceta más social. El saldo de la
discusión quedó en claro con las declaraciones del ministro
del Interior, Federico Storani, a la salida. A pesar de las enormes
restricciones que estamos viviendo y que son públicas, existe una
decisión política por parte del Gobierno de atender a las
necesidades más urgentes de la población, sostuvo.
Para un sector del gabinete encabezado aunque en tono moderado
por el ministro de Defensa, Ricardo López Murphy, que funcionarios
aliancistas aparecieran de nuevo con declaraciones de ese tenor era una
contradicción con el gesto que la Rosada había intentado
dar a los mercados con las últimas medidas económicas. Hay
que mostrar que el énfasis continúa puesto en la reducción
del gasto, sostuvo un ministro puertas adentro. De lo contrario,
en cualquier momento vuelve la desconfianza de los mercados, agregó.
La reunión se llevó a cabo en la Jefatura de Gabinete y
estuvo encabezada por Chrystian Colombo.
En cambio, para los ministros políticos estaba claro que la defensa
en público del Presupuesto 2001 tenía que pasar por el incremento
de los gastos en lo social y en infraestructura. Básicamente, las
referencias eran a los 225 millones de pesos adicionales acordados con
los gobernadores más otras partidas consensuadas con el Frepaso.
Entre otras cosas, esos gastos extra llevaron el Plan Solidaridad del
Ministerio de Desarrollo Social a un presupuesto de 40 millones. El Plan
de Infraestructura es el que impulsó el ex ministro Nicolás
Gallo en su momento e incluye la construcción de viviendas populares.
El gasto primario sigue siendo muy restringido, explicó
uno de los funcionarios políticos. Es cierto que el déficit
será mayor pero eso es porque las perspectivas de crecimiento bajaron,
agregó. Para Storani, por ejemplo, no había dudas de que
había que salir a sostener que la expansión de la economía
se había convertido en el principal objetivo del Gobierno.
El gasto social es para las necesidades más urgentes y el
gasto en infraestructura genera empleo y reactivación. Tenemos
que ir por ahí, hay que explicarle a la gente que el esfuerzo que
hace ahora vale la pena para el futuro, fue el argumento del ministro
del Interior, quien luego se encargó de seguir la misma línea
en público.
GOBERNADORES
Y SENADORES DEL PJ NO APOYAN LA LEY
El Pacto Fiscal sí, la suba del déficit
no
Los gobernadores
justicialistas, después de un encuentro de dos horas con los integrantes
del bloque del PJ en el Senado, manifestaron su desacuerdo con parte una
parte sustancial del Presupuesto 2001 que el Ejecutivo envió al
Congreso para su aprobación. Concretamente rechazan el aumento
del déficit previsto en la norma por el Gobierno. Si bien los mandatarios
aseguraron que los legisladores peronistas respaldarán el Pacto
Fiscal que firmaron con el oficialismo la semana pasada, no pasará
lo mismo con el Presupuesto, que sería objeto de modificaciones
en la Cámara alta donde la oposición es mayoría.
Los jefes territoriales del PJ sugirieron al final de la reunión
que su apoyo a la gobernabilidad de la Alianza no implica
poner en juego la gobernabilidad en sus propios distritos.
Y que la negociación continúa.
Los gobernadores justicialistas jugaron ayer las cartas que no mostraron
durante las prolongadas negociaciones con el gobierno nacional en torno
al Pacto Fiscal, que finalmente suscribieron la semana pasada. Las barajas
que ayer aparecieron sobre la mesa del Salón de Lectura del Senado
forman parte del mismo juego de tira y afloje que oficialismo y oposición
iniciaron en torno a las cajas provinciales, una partida que no terminó.
Ayer por la tarde ingresaron al Senado los mandatarios de Córdoba,
José Manuel de la Sota; de Buenos Aires, Carlos Ruckauf; de Tucumán,
Julio Miranda; de Tierra del Fuego, Carlos Manfredotti; de Santiago del
Estero, Carlos Juárez, y de Formosa, Gildo Insfrán. Fueron
recibidos por el jefe de la bancada del PJ, José Luis Gioja, y
la mayoría de los integrantes del bloque y el jefe de los diputados,
Humberto Roggero, con quienes se encerraron durante más de dos
horas.
Al finalizar el encuentro, en una declaración conjunta, los contertulios
anunciaron que el cuerpo legislativo aprobará el acuerdo firmado
entre las provincias y la Nación. Pero que no sucederá lo
mismo con el proyecto de Presupuesto 2001, que fue duramente criticado
ya que, según De la Sota, proyectar un déficit fiscal
mayor al previsto no es una medida seria después de haber firmado
con nosotros la contención de los gastos.
Según los peronistas, la propuesta del Gobierno desalienta
inversiones, y es lo peor que le podría pasar a una economía
que está estancada, que necesita inversiones para dinamizarla.
Y por esta razón el PJ no está dispuesto a aprobar la propuesta
de la Alianza. Y vuelta a negociar.
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