En los organismos de derechos
humanos la confirmación de que Emilio Massera viola su prisión
domiciliaria provocó indignación, pero no sorpresa. Todos
se preguntaron qué clase de custodia tenía el represor y
reclamaron que sea trasladado a una cárcel común. Estos
fueron los principales conceptos que se escucharon ayer:
Estela de Carlotto, titular
de Abuelas de Plaza de Mayo: Nosotras teníamos el convencimiento
de que estos personajes, así como ya fueron vistos paseando por
Mar del Plata cuando debían estar en la cárcel de Magdalena,
iban a volver a burlar la ley. No nos olvidemos que quienes están
a cargo de vigilarlos son uniformados, y es evidente que cuando los represores
salen miran para otro lado. La verdad es que la actitud de Massera no
nos causó asombro, porque los represores son expertos en violar
las leyes.
Al burlar la prisión domiciliaria Massera dejó más
al descubierto que nunca la peligrosidad que implicó haberle concedido
semejante privilegio. Las Abuelas lo rechazamos en aquel momento, y seguimos
oponiéndonos ahora a que le hayan otorgado el arresto domiciliario.
No lo merece él ni ningún otro represor, porque son genocidas
que no se arrepienten, no confiesan y amenazan con repetir sus crímenes.
Le exigimos a la Justicia que interrumpa este beneficio y lo envíe
a una cárcel común, como cualquier asesino. Y, por supuesto,
también vamos a pedir que se chequee si otros genocidas que, como
Massera, tienen prisión domiciliaria, la están cumpliendo
efectivamente o no.
Hebe de Bonafini, titular de
Madres de Plaza de Mayo: Nosotras hace mucho tiempo que venimos
denunciando que los represores no están presos y que la detención
domiciliaria es una farsa. Cuando le dicen a la gente que estos represores
están detenidos por el robo de niños la están engañanado.
Ellos nunca estuvieron presos.
Nosotras sabemos, por ejemplo, que (Jorge Rafael) Videla sale de
su edificio escondido en un auto con vidrios polarizados y vuelve en otro
distinto. Nos cuentan, por ejemplo, que va a comer a un restaurante donde
tiene un apartado y al que lo hacen pasar por una puerta trasera para
no llamar la atención. Hay que decir que los represores tampoco
estuvieron presos antes, en la cárcel de Magdalena, de donde salían
cuando querían. Nosotras lo pescamos a Massera comprándose
anteojos y sabemos que incluso se dio el lujo de ir al casamiento de su
sobrina. Lo que vemos ahora es una situación que nosotras denunciamos
desde el primer día porque vimos cómo se manejaba. Cuando
fuimos a la quinta de Massera a gritarle, salió con un milico con
dos pistolas en la mano que en lugar de custodiarlo nos apuntó
a nosotras. ¿De qué prisión hablaban cuando está
en una quinta fabulosa, abierta, llena de verde?
Lita Boitano de Familiares:
Es claro que si Massera pudo violar la prisión domiciliaria
es porque no se garantizó que estuviera realmente bajo custodia.
Hay varios represores en esa situación y siempre pensábamos
que por lo menos habría algún tipo de cuidado para que cumplan
este levísimo castigo.
En Familiares siempre pedimos que se lleve a la cárcel a
los represores. Estamos, por ejemplo, a un paso de que en Italia se condene
a Carlos Suárez Mason y Santiago Riveros, que acá tienen
prisión domiciliaria y a quienes querríamos ver detrás
de las rejas, en una cárcel de la Argentina primero, o en una italiana
si eso no es posible.
No sería nada extraño que Massera, o cualquier otro
de los represores, tuviera cerca gente que lo ayude a cumplir sus deseos
y no la ley. Creo que es muy importante que la Justicia reaccione con
rapidez y tome medidas.
María José Guembe,
del Centro de Estudios Legales y Sociales: Massera debió
haber tenido una custodia eficiente para impedirle violar el arresto domiciliario.
Hasta hoy, a nosotros no nos había llegado ninguna prueba concreta
de que estuviera haciendo lo que hizo. Las Abuelas, que son querellantes
en la causa, están en todo su derecho de pedir que segarantice
una guardia que funcione efectivamente e incluso que se le revoque este
beneficio.
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