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LA REFORMA PREVISIONAL VA A EXTRAORDINARIAS
“Queremos que salga por ley”

El Presidente quiere demostrar su voluntad de evitar el decreto de necesidad y urgencia. Convocó al Congreso a sesiones extraordinarias hasta el 29 de diciembre. De la Rúa, además, justificó su defensa del proyecto.

Fernando de la Rúa, distendido, rodeado por escolares en un acto en el Salón Blanco de la Rosada.

Por José Natanson

Fernando de la Rúa convocó ayer a sesiones extraordinarias del Congreso para garantizar la sanción del Presupuesto, que aún debe pasar por el Senado, y darles más chances a los legisladores para que aprueben la polémica reforma previsional. “La idea es dejar en claro que estamos dispuestos a hacer todo lo posible para que salga por ley y no por decreto”, explicó ayer una alta fuente de Presidencia. No será sencillo: el PJ y el Frepaso ya adelantaron su rechazo.
Ayer por la mañana, De la Rúa adelantó que estaba estudiando la posibilidad de prorrogar las sesiones del Congreso o convocar a extrordinarias. Por la noche, firmó un decreto extendiendo el trabajo parlamentario hasta el 29 de diciembre.
El objetivo es nítido. En primer lugar, el Gobierno tiene pendientes algunas normas clave, como el Presupuesto, que deben estar sancionadas antes del año que viene. Pero, además, De la Rúa se ha obstinado en que la modificación del sistema jubilatorio se concrete a través de una ley. “El objetivo es que se trate cuanto antes”, dijo ayer el Presidente. Según explicaba después un funcionario de la Rosada, la estrategia del Gobierno es extremar todas las opciones para que los legisladores aprueben la conflictiva reforma del sistema previsional. “Tiene que entenderse que hicimos todo lo posible”, aseguró la fuente.
Parece bastante complicado. A la previsible oposición de los diputados del PJ se sumó en los últimos días la del Frepaso, que cuentan con el aval de Carlos “Chacho” Alvarez para rechazar el proyecto. Entre otras cosas, los frepasistas objetan la eliminación de la PBU, el aumento de la edad jubilatoria de la mujer y la desaparición del régimen de reparto. Es decir, los tres ejes fundamentales de la iniciativa del Ejecutivo.
En caso de que el frente opositor consiga trabar la norma (o la desvirtúe), el Presidente podrá recurrir al decreto, un tema que divide al Gobierno: mientras que los funcionarios de perfil político, como el ministro del Interior, Federico Storani, se oponen a la medida, los ministros–economistas, como Chrystian Colombo o José Luis Machinea, recomiendan el decreto con el argumento de que una demora complicaría la llegada de blindaje financiero. “El decreto será el último recurso. Vamos a tratar de evitarlo”, explicaban en la Rosada.
Ayer, De la Rúa salió a defender el proyecto. Según dijo, la reforma previsional “no priva a nadie de derechos que le corresponden”, ya que comenzará a aplicarse a los futuros jubilados. “El actual sistema estableció una PBU inequitativa, porque es igualitaria para el que cobra una jubilación mínima como para el que percibe un haber muy grande. Esta prestación básica es de 200 pesos, cuando hoy a muchos jubilados se les está pagando 150/170 pesos”, sostuvo el Presidente. “Por eso la pregunta es si puede funcionar el sistema a futuro con esa carga, o debe replantearse para hacerlo equitativo y progresivo. El proyecto está permitiendo salvar el funcionamiento del sistema previsional”, concluyó De la Rúa.
Como para dejar claro que seguirá el tema atentamente, De la Rúa decidió hacer un paréntesis en la gira por México y Costa Rica, a la que tenía previsto partir ayer a la medianoche. En lugar de pasar cinco días en Centroamérica, como había pensado inicialmente, el Presidente volverá a la Argentina el fin de semana. “Quiero seguir de cerca el tratamiento de leyes de importancia”, explicó ayer.

 


 

DESIGNO AL REEMPLAZO DE BUSTELO
Los cambios de Graciela

La ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, concretó ayer el cambio de funcionarios que ideó como forma de mejorar el funcionamiento del área y terminar con conflictos internos que habían alterado el clima que se respiraba en el ministerio. El presidente Fernando de la Rúa le puso la firma a los decretos en los que designó, en reemplazo de Eduardo Bustelo, a Mario Róvere como el nuevo secretario de Políticas Sociales, un área estratégica desde la que se maneja la distribución de los planes de asistencia.
La salida de Bustelo no estuvo exenta de polémica. El funcionario le llevó la semana pasada su renuncia a De la Rúa para demostrar su enojo con la ministra, con quien venía chocando por sus diferencias en cuanto a la implementación de los planes sociales. Róvere es médico y hasta ayer se venía desempeñando como coordinador de financiamiento del ministerio.
La otra modificación que generó ruido fue la llegada de Carlos Ospital al lugar de Carlos Porroni en la Subsecretaría de Coordinación. Porroni era algo así como el encargado de manejar la caja del ministerio y Graciela decidió su salida por sugerencia del ex vice Carlos “Chacho” Alvarez. Según los rumores que circulan en el Frepaso, a Chacho le habrían generado muchas dudas algunos movimientos de fondos que Porroni habría realizado en el Fundación Carlos Auyero, en la que hacía de tesorero.
Los otros dos nombramientos que ayer firmó De la Rúa fueron el de Juan Ricci como titular del INAES –cargo que había quedado vacante con la renuncia de Mary Sánchez– y David Mutchinick en la Subsecretaría de Desarrollo Sustentable y Política Ambiental, en donde se desempeñaba el frepasista Rubén Patroulleau, quien también se alejó por diferencias de gestión con la ministra.

 

 

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