La gallina de los huevos de
bajo colesterol es la esperanza de varios establecimientos avícolas
de la provincia de Buenos Aires, donde se están produciendo huevos
más sanos con la expectativa de sobreponerse al mal momento que
sufren los productores rurales. La crisis agudizó el ingenio de
los propietarios del establecimiento San Valentín, en Azul, quienes,
a partir de un artículo periodístico, se entusiasmaron con
la idea de ampliar su producción. Ese artículo contaba sobre
las investigaciones realizadas por el Programa de Prevención del
Infarto en la Argentina (Propia), para la producción de huevos
con bajo nivel de colesterol. Leímos sobre el tema y nos
pusimos en contacto con la gente del programa. Ellos nos dieron los lineamientos
y estuvimos 6 meses ensayando las técnicas hasta que nos pusimos
a producir. Nos pareció que podía ser una buena opción
para diversificar la producción y no estancarnos, explicó
a Página/12 Orlando Frías, uno de los socios del establecimiento.
El Propia depende de la Universidad Nacional de la Plata, y certifica
la calidad del producto en cuestión: Además de tener
un contenido de colesterol un 30 por ciento más bajo, estos huevos
están enriquecidos con ácidos grasos, vitamina B12 y antioxidantes,
detalló Graciela Peterson, bioquímica a cargo del laboratorio.
Para evaluar que el contenido sea el correcto explicó
la bioquímica a este diario, los huevos se compran directamente
en los lugares de expendio, sin intermediarios ni preaviso, se hacen los
análisis correspondientes y se comunican los resultados. La verdad
es que hasta ahora siempre dieron bien, dentro de los parámetros
normales, contó Peterson, casi sorprendida.
Los productores pagan a la Universidad un canon a cambio de la certificación
y de la estampilla que traen los huevos en su envase, recomendados por
el programa contra el infarto. Para la bioquímica, este ingreso
es casi como maná caído del cielo. A partir del ajuste
en el Conicet los subsidios son irrisorios, lo que le queda a la universidad
por la comercialización de los huevos es nuestra subsistencia.
De su valor de venta, el 18 por ciento va para el programa, apuntó
la investigadora.
La historia del Establecimiento Avícola San Valentín comenzó
hace tres años, cuando tres familias se asociaron para producir
huevos en su granja de Azul. Sus problemas comenzaron con la entrada masiva
de pollos y huevos subsidiados de Brasil a nuestro país. Los productores
se encontraron con una sobreoferta que el mercado no había
tenido en años anteriores se lamentó Frías,
lo que nos obligó a analizar qué caminos seguir para no
quebrar, como le sucedió a muchas granjas. Así fue
que, después de pensar una y mil veces, decidieron embarcarse en
esta aventura.
Frías se muestra expectante, aunque aclaró que no fue ni
es sencillo: Tuvimos 6 meses de prueba y error hasta dar con el
producto final. La gente de la universidad estuvo monitoreando todos los
detalles para lograr la alimentación exacta que debían recibir
las gallinas.
¿Qué comen esas gallinas? preguntó este
diario.
No estoy autorizado a decirlo respondió, enigmático,
el encargado de la granja, Vicente Marín, sin querer revelar lo
que parece ser una fórmula secreta. Sólo comentó
que al alimento balanceado habitual se le agrega un componente que
tiene vitaminas y minerales. Y detalló, eso sí, que
las 4 mil gallinas VIP que cuida están en un galpón aparte,
porque el tipo de alimentación requiere que se las separe de las
plebeyas.
El propietario del establecimiento contó que actualmente están
produciendo unas 10 mil docenas mensuales, el 25 por ciento de la producción
de la granja, pero la idea es hacer una reconversión total,
se ilusionó el propietario. El consumo no es masivo y recién
se están comercializando en Azul, Olavarría y Tandil. Para
Frías, es necesario crear una nueva necesidad en la gente y depende,
además, de la situación económica, ya que su valor
es el doble del de un huevo común: Es durísimo, pero
estamos esperanzados, comentó.
Las bondades del producto no dependen exclusivamente de su composición,
porque además tienen características palpables para los
consumidores.Graciela Peterson las describió con todas sus ventajas:
Son de gallinas sanas y bien nutridas, la cáscara no se quiebra
fácilmente, la yema no se rompe enseguida, las claras son uniformes
y tienen una consistencia muy buena.
Producción: Hernán Fluk
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