Entre los paleontólogos,
la zona del Valle de la Luna es conocida como El Dorado. Desde
ayer, para el turismo nacional esa área definitivamente vale oro.
La Unesco declaró patrimonio de la humanidad a la Reserva Ischigualasto
(San Juan) y al Parque Nacional Talampaya (La Rioja) que forman
el Valle de Luna, al igual que al conjunto arquitectónico
jesuítico de la provincia de Córdoba. Hernán Lombardi,
titular de la Secretaría de Turismo de la Nación, consideró
que la declaración es un reconocimiento a lugares que resultan
únicos e irrepetibles, y no dejó de lado el
impulso que ese título le da al turismo. Pero Lombardi va por más:
busca que otros puntos del país, como la Isla de los Estados, o
los parques nacionales Los Alerces y Los Arrayanes, también reciban
esa condecoración.
Según la Convención sobre la protección del patrimonio
mundial y cultural de la Unesco, los países miembro reconocen que
aquellos sitios inscriptos constituyen un patrimonio universal en
cuya protección la comunidad internacional entera tiene el deber
de cooperar. María Cristina Jörgensen, miembro de la
oficina argentina de Unesco, explicó a Página/12 que el
organismo exige a los países el compromiso de preservar los
territorios declarados patrimonio de la humanidad, y a presentar informes
sobre el estado de dichos territorios. Y aunque no tenemos poder de policía,
podemos sancionar a los países que no cuiden los patrimonios sacándolos
de la Lista de Patrimonio Mundial.
La Reserva Ischigualasto y el Parque Nacional Talampaya se convirtieron
en patrimonio natural de la humanidad por ser ejemplos sobresalientes
representativos de los diferentes períodos de la historia de la
tierra y de los procesos ecológicos y biológicos
de la evolución y el desarrollo de ecosistemas terrestres.
Ischigualasto tiene una extensión de 60.369 hectáreas y
está dentro del departamento Valle Fértil, en la provincia
de San Juan. Fue declarado parque provincial en 1971. Talampaya, ubicado
en el sudeste riojano, fue declarado parque nacional en 1997 y abarca
260 mil hectáreas. Juntos forman una cuenca geológica y
paleontológica de casi 6 mil kilómetros cuadrados de extensión,
la única en el mundo que conserva muestras de las tres fases del
Período Triásico, durante el cual se desarrollaron los dinosaurios.
La Compañía de Jesús se instaló en Córdoba
en 1599. A lo largo de varias décadas, estos misioneros dotaron
a la ciudad de algunos de sus monumentos más preciados: el Colegio
Montserrat, el edificio de la Universidad de Córdoba, la Iglesia
de la Compañía de Jesús y la Residencia de los Sacerdotes.
Además de estas obras, fue declarado patrimonio cultural de la
humanidad el grupo de estancias jesuíticas ubicadas en las localidades
de Alta Gracia, Cruz del Eje y Jesús María. Según
Lombardi, las estancias y el casco de la orden jesuita formaban
un solo sistema, que evidencia la capacidad planificadora de estos sacerdotes.
Lombardi señala como fundamental la participación activa
de la gente en el mantenimiento del patrimonio. Los habitantes de
estos lugares tienen que ser los primeros en ejercer y en defender una
política de conservación, señala. Hasta la
resolución de ayer, eran 630 los sitios que integraban la Lista
de la Unesco, entre ellos cinco argentinos: los parques nacionales Iguazú
y Los Glaciares, Península Valdés, las misiones jesuíticas
guaraníes y la Cueva de las Manos del río Pinturas.
Ahora el equipo de Lombardi intentará que sean incluidos en la
Lista de Patrimonio Mundial los esteros del Iberá, la Isla de los
Estados, el Tren a las Nubes, los cerros Chaltén y Torres, los
parques nacionales Baritú, Tierra del Fuego, Los Alerces y Los
Arrayanes, además de pedir que se extienda el Parque Nacional Los
Glaciares hasta Península Magallanes y que, junto con Península
Valdés, se incluya Punta Tombo.
El turismo, con inversiones
El primer Seminario Internacional de Inversiones Turísticas
que se realiza en el país quedó inaugurado durante
una cena en el hotel Crowne Plaza Panamericano, a la que asistieron
el presidente Fernando de la Rúa y el secretario de Turismo,
Hernán Lombardi, además de representantes del sector
privado local e internacional. El seminario tratará sobre
118 proyectos de inversiones privadas y 46 del sector público,
por un monto total de mil millones de dólares. Durante el
encuentro, que se extenderá hoy y mañana, se realizarán
paneles sobre inversiones en alojamiento turístico, políticas
futuras de cadenas norteamericanas y europeas. Los bancos expondrán
las líneas de financiamiento para el sector y se tratarán
los incentivos económicos desde el Ejecutivo. Hoy abrirán
el seminario el ministro de Economía, José Luis Machinea,
y Lombardi. La idea es facilitar las oportunidades de negocio
y el contacto entre financistas y sector privado explicó
Lombardi. También se presentarán los planes
públicos para mejorar la estructura pública que incide
en la actividad. Se está tramitando un crédito del
BID por 25 millones de dólares que permitirán obras
en el corredor de los Lagos, en la zona andina patagónica
y en la de las Misiones Jesuíticas.
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La pelea por el hotel
Horas después de que el Comité de Patrimonio Mundial
de la UNESCO declarara al Parque Talampaya como Patrimonio natural
de la humanidad, el gobierno de la provincia de La Rioja volvió
a la carga con su vieja intención de levantar, dentro del
parque, un hotel de cinco estrellas.
No puede ser que los visitantes tengan que viajar 200 o 300
kilómetros y no tener ninguna comodidad, señaló
el ministro de Gobierno riojano, Luis Beder Herrera, defensor del
proyecto. El funcionario indicó que, si no se llega a un
acuerdo con el gobierno nacional, la provincia va a declarar
un área de servicio; vamos a imponer nuestro criterio.
Por su parte, Jorge Romero Dindorf, intendente del Parque Talampaya,
recordó que el lugar fue declarado intangible
por la UNESCO, y que la resolución preserva todos estos
recursos a perpetuidad. Consultado por Página/12 al
respecto, el secretario de Turismo, Hernán Lombardi, indicó
que la conversación al respecto del hotel está
cerrada. Esperamos que el gobierno riojano tenga la buena voluntad
de respetar lo acordado.
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