Por Cledis Candelaresi
Después de tres extensos
días de debate y al filo de las sesiones ordinarias, culminadas
a la medianoche de ayer, Diputados dio media sanción al proyecto
de Presupuesto del 2001, ampliando en más de 2000 millones el déficit
originalmente previsto semanas antes por el Ministerio de Economía.
Uno de los momentos más calientes de la tercera y última
sesión fue el rechazo al artículo que permitiría
al Gobierno avanzar en la reforma del Estado, suprimiendo organismos innecesarios
y modificando algunas cláusulas del empleo público. Pero
con el argumento de impedir eventuales despidos y sin prestar atención
a los retoques que la Alianza introdujo a último momento, el voto
negativo unió al justicialismo con frepasistas y la radical Elisa
Carrió para eliminar la propuesta. Nada asegura que esta improvisada
coalición antioficialista no vuelva a funcionar en cualquier momento,
dentro o fuera del recinto.
En rigor, el traspié del Gobierno es más político
que técnico. En virtud de otras leyes vigentes y del propio articulado
del Presupuesto del año próximo, el jefe de Gabinete tiene
la potestad de reestructurar el Estado eliminando aquellas reparticiones
públicas que considere ociosas, achicar el plantel estatal y reasignar
las partidas que necesite para adecuar el presupuesto al nuevo diagrama.
En otros términos, Chrystian Colombo puede hacer la reforma o ajuste
que decida aunque el Presupuesto del 2001 no se lo ordene expresamente.
El artículo 58 suprimido por 108 votos negativos contra 97
a favor encomendaba a la administración central encarar un
Plan de Modernización que debía culminar antes del 30 de
junio del 2000, creando un sistema de estímulo para las reparticiones
que ahorrasen recursos y otro de premios salariales para los empleados,
en reemplazo de ascensos automáticos. Desconcertada por el resultado
de la votación, la radical Beatriz Nofal fue a la sala de prensa
a explicar lo que consideraba un malentendido de sus colegas.
Según la legisladora, y como resultado de una negociación
con los gremios estatales, el Gobierno proponía hacerle algunos
añadidos que hubieran garantizado expresamente la estabilidad
al personal público y la participación sindical en el rediseño
administrativo. Pero justicialistas y frepasistas prefirieron resguardar
la estabilidad de los empleados públicos eliminando de cuajo el
artículo.
No fue la única contrariedad de los diputados aliancistas, muchos
de los cuales esperaban ayer que el Poder Ejecutivo enviara a extraordinarias
un proyecto de promoción regional. José Luis Machinea ya
alistó un texto que prevé promover sólo proyectos
turísticos y agrícolas subsidiando la nómina salarial.
Pero el decreto de convocatoria no incluyó esta iniciativa, que
definiría cómo se repartirá una partida especial
de 50 millones asignada a las provincias.
Otro de los puntos que subió la temperatura del debate fueron los
dos artículos que modifican la Ley de Solvencia Fiscal, ampliando
el margen del déficit así como el plazo para erradicarlo:
el año 2005 en lugar del 2003. También aquí el PJ
consiguió aliados para cuestionar la propuesta oficialista, ya
que Acción por la República y los provinciales cuestionaron
desde sus bancas este punto. Pero, en este caso, se trató sólo
de un rechazo impostado. Justicialistas y legisladores del interbloque
provincial regularon el número de presentes en el recinto, de modo
tal que la votación no fuera adversa al Gobierno (finalmente, 114
votaron por sí y 88 por no).
Estamos sufriendo las consecuencias del déficit que nos dejó
el gobierno anterior, que fue muy superior al que reconocía,
justificó el titular de bancada, Darío Alessandro. Estamos
bajando efectivamente el gasto, porque tenemos que pagar muchos más
intereses de la deuda, subrayó. Finalmente, con 114 votos
a favor y 88 en contra se avalaron las modificaciones a la Ley de Solvencia
Fiscal. Si se hubiesen rechazado los artículos que cambian las
reglas de solvencia fiscal, habría que haber dado marcha atrás
en puntos sustanciales del presupuesto que se estaba votando, comenzando
por el aumento de gastos de alrededor de 600 millones de pesos. Machinea
propuso cambiar el texto no sólo para permitir más gastos
(desde planes sociales para las provincias hasta un aporte de capital
a Aerolíneas Argentinas) sino, fundamentalmente, porque consideró
que la recaudación será menor de la que había previsto
cuando giró el texto al Parlamento: los ingresos tributarios caerán
por esta razón más de 1500 millones.
Por iniciativa de la radical Nofal y del frepasista Alejandro Peyrou,
Diputados añadió ayer otras restricciones al gasto público.
Aun en el supuesto de que la recaudación creciera porque la economía
crece por encima del modesto 2,5 por ciento proyectado o porque se combate
la evasión aduanera, el Gobierno no podrá gastar un centavo
más de lo previsto.
Chile pateó
el tablero
Chile inició negociaciones para establecer un acuerdo de
libre comercio con Estados Unidos. Una vez más la diplomacia
trasandina dio una muestra de su pragmatismo a la hora de definir
la estrategia de sus relaciones comerciales, echando por tierra
las reiteradas expresiones de deseos de ingresar al Mercosur como
miembro pleno. La decisión fue tomada como una pésima
señal por parte de los países de la Unión Aduanera.
En Brasil se habló de sorpresa e indignación.
El secretario de Industria, Javier Tizado, fue más comprensivo:
Chile parece tener sus motivos para distanciarse del
bloque, reflexionó. En tanto, José Luis Machinea,
se mostró contradictorio. Felicitó a Chile por su
decisión; dijo que Argentina debería imitarla y, en
la misma alocución, llamó a fortalecer el Mercosur.
El puntapié al tablero dado por Chile debilita la estrategia
intrabloque que pretendía jugar la Argentina. Desde la Cancillería
local se pensaba que la integración del vecino país
como miembro pleno de la Unión Aduanera actualmente
sólo tiene la categoría de miembro asociado
serviría para contrapesar la fuerte hegemonía de Brasil
hacia el interior del bloque. Desde esta óptica, el virtual
alejamiento de Chile, no sólo debilita al Mercosur sino la
posición de la Argentina. Desde la perspectiva de las economías
regionales el nuevo frente de negociación abierto por Chile
es más coherente con la realidad de su economía, con
bajos aranceles y netamente exportadora de recursos primarios. Estados
Unidos es, además, su principal socio e inversor. El intercambio
comercial entre los dos países superó en el último
año los 6000 millones de dólares. Por otra parte,
el ingreso al Mercosur supone para Chile una revisión de
su política arancelaria. Sus derechos aduaneros están,
en promedio, entre un 5 y un 7 por ciento abajo de los del bloque
regional. En esta línea es paradigmática la reflexión
de Francisco Rosende, decano de la Facultad de Economía de
la Universidad Católica del vecino país. Para el economista,
Chile debe hacer todo lo posible para concretar la negociación
y llegar a un acuerdo de libre comercio. Si hay que elegir
entre el Mercosur y Estados Unidos está claro que la mejor
opción es acceder a un mercado sano como el norteamericano,
describió. El embajador estadounidense en Brasilia, Anthony
Harrington, mostró su satisfacción. Consideró
que la decisión de abrir las negociaciones es un paso
más en la dirección correcta con vistas a la
creación del Area de Libre Comercio de las Américas
(ALCA). Pero desde Itamaraty no se tuvo la misma visión.
La noticia provocó sorpresa e indignación
y fue considerada como una derrota para el Mercosur.
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La tentación
gasolera
El ministro de Economía, José Luis Machinea, ratificó
que está en estudio un proyecto para incrementar la carga
impositiva sobre los autos gasoleros, en tanto las terminales agrupadas
en Adefa contraatacaron advirtiendo que la medida podría
generar mayor desempleo. El ministro argumentó que el nuevo
gravamen tendría por objeto desalentar el uso de estos vehículos
por parte de los particulares. Esto tiene que ver con las
distorsiones que se generan en el mercado debido a los diferentes
componentes impositivos que tienen la nafta y el gasoil, señaló.
Por su parte, Adefa consideró que el aumento a los
vehículos gasoleros particulares que ya están
castigados con un 10 por ciento de impuestos específicos
provocaría una caída adicional de las ya muy deprimidas
ventas de automotores. Asimismo, debe destacarse que
la industria automotriz argentina a diferencia de la brasileña,
donde los vehículos gasoleros particulares están prohibidos
es fuerte en este tipo de motorizaciones, con firmes posibilidades
de exportar a países desarrollados, agregó en
un comunicado. En otro orden el Senado derogó el decreto
de necesidad y urgencia que limitaba al 40 por ciento
las estaciones de servicio de marca propia de las petroleras. Actualmente
estas firmas operan de manera directa alrededor del 10 por ciento
de estas estaciones.
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TEMBLORES
EN WALL STREET CON REPERCUSION LOCAL
La locomotora amenaza parar
Las acciones cayeron
un 2,7 por ciento en promedio, también bajaron los títulos
públicos y el riesgo país volvió a trepar. Esta vez,
la causa del sacudón se originó en Wall Street, y el tembladeral
afectó a los mercados de América latina. La preocupación
de los inversores se debe a la desaceleración que está mostrando
la economía estadounidense, que hasta ahora funcionó como
una verdadera locomotora mundial. Incluso, hay analistas que advierten
sobre el peligro de que Estados Unidos caiga en recesión y creen
que, para evitarlo, la Reserva Federal (banca central estadounidense)
deberá bajar la tasa de interés.
Los problemas comenzaron no bien arrancaron los negocios en Nueva York.
Primero, la firma Gateway, la segunda vendedora en importancia de computadoras
de los Estados Unidos, había anunciado que sus ventas para la última
parte del año se ubicarían 17 por ciento por debajo de las
estimaciones de los operadores. Después, el gobierno anunció
que los ingresos de los estadounidenses bajaron en octubre por primera
vez en los últimos dos años. La lectura que los inversores
hicieron de las novedades era que se trataba de otra confirmación
del enfriamiento económico, y salieron presurosos a desprenderse
de papeles.
El Nasdaq (panel tecnológico en Wall Street) llegó a perder
6 por ciento en la rueda, y finalmente cerró con una caída
del 4 por ciento. A su vez, el Dow Jones (papeles tradicionales) perdió
2 por ciento. La mala onda se contagió a los mercados latinoamericanos:
en San Pablo, la baja resultó del 3,6 por ciento y esa Bolsa tocó
el mínimo del año; México cedió 4,3 por ciento
y el índice MerVal, con su caída de ayer, terminó
el mes con un signo negativo del 9,4 por ciento, perforando el piso de
los 400 puntos (399,40). El clima de nerviosismo se trasladó a
los títulos públicos hubo bajas de 0,4 por ciento
en promedio y el riesgo país trepó a 874 puntos (equivalente
a un 8,74 por ciento de sobretasa), por encima de los 857 puntos del día
anterior.
José Siaba Serrate, experto en mercados internacionales, hizo un
análisis de lo que sucede en los mercados, en diálogo con
Página/12. La burbuja en Wall Street era la más desmesurada
de todas y se sigue desinflando. La cuestión de fondo es que hay
temor de que Estados Unidos desemboque en un ciclo recesivo, aunque nadie
está presumiendo eso para el corto plazo, ensayó.
El analista Agustín Mackinlay coincidió en que el panorama
internacional es muy parecido al de hace dos o tres años.
Según Mackinlay, existen fugas de capitales desde varios países
emergentes (en la Argentina los depósitos cayeron 2 mil millones
en el último mes) combinados con un alza en las tasas de interés.
Tanto Siaba Serrate como Mackinlay coinciden en que las turbulencias en
los mercados afectan a la Argentina. Hay aversión al riesgo
por parte de los financistas, puntualizaron. Prueba de ello es el
rumor que ayer circuló en Nueva York haciéndose eco de que
Janus, uno de los fondos de inversión dedicados al Nasdaq más
importantes de los Estados Unidos, con activos por más de 100 mil
millones de dólares, tendría serios problemas para subsistir
debido a que los inversores están rescatando sus ahorros en forma
masiva.
Apoyo fiscal al turismo
Más de cien proyectos de inversión fueron propuestos
como parte de un ambicioso plan de desarrollo de la actividad turística.
Durante el Primer Seminario Internacional de Inversiones en el sector,
organizado por la Secretaría de Turismo de la Nación,
se destacó el apoyo fiscal que se le otorgará a la
actividad, que recibirá el tratamiento de exportaciones.
Esta política es inédita, ya que por primera
vez se tocan medidas tributarias con respecto al turismo: hoy el
proyecto de devolución del IVA cuenta con media sanción
en Diputados, aseguró Hernán Lombardi, secretario
del área. Por su parte, José Luis Machinea subrayó
que se ha generado una baja en los impuestos para la inversión
y se desarrolla un fuerte incentivo a las exportaciones.
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En una semana habrá
blindaje
El Gobierno está haciendo los deberes, dijo
ayer satisfecho José Luis Machinea, antes de anunciar que
la próxima semana estaremos firmando la Carta de Intención
del nuevo acuerdo con el FMI. En ese momento, agregó,
se dará a conocer el monto del crédito de blindaje
convenido con el organismo. La media sanción de Diputados
al Presupuesto 2001 responde a una de las exigencias del Fondo para
conceder el préstamo. La ratificación por parte de
Machinea de que la ayuda financiera ya es un hecho se produjo en
un día complicado en los mercados financieros (ver nota aparte).
El ministro buscó llevar tranquilidad, al afirmar que la
cifra del blindaje será significativa y alejará cualquier
incertidumbre respecto al no cumplimiento de nuestras obligaciones.
Sin embargo, a esta altura la expectativa por conocer el monto definitivo
del préstamo es menor, dado que el mercado descuenta que
rondará los 14 mil millones de dólares y, especialmente,
ya asumió que el acuerdo está definido. La pregunta
que se hacen inversores y economistas es cuál será
su impacto para acelerar el crecimiento económico. La visión
generalizada es que el blindaje es condición necesaria, pero
no exclusiva, para permitir la reactivación. Es una
manera de ganar tiempo para trabajar más seriamente en el
tema de crecimiento, comentó a Página/12 el
consultor Pedro Lacoste.
Machinea, por su parte, subrayó que la economía se
recuperará con fuerza en 2001. El Gobierno ha encarado
un conjunto de reformas estructurales que mejorarán la competitividad.
Estamos haciendo los deberes, destacó.
La misión del FMI en Buenos Aires se encargó ayer
de revisar hasta qué punto el Gobierno ha cumplido con los
compromisos que asumió para acceder al préstamo del
organismo. En ese sentido, Teresa Ter Minassian cuestionó
en reuniones con funcionarios de Economía algunos de los
cambios introducidos por la Cámara de Diputados al proyecto
de Presupuesto, como la eliminación de la rebaja de los fondos
destinados a los partidos políticos y la imposibilidad de
suprimir o fusionar organismos públicos. La reorganización
del Estado es uno de los puntos sobre el que siempre hizo hincapié
el FMI, pero la propuesta del Ejecutivo fue rechazada por los legisladores,
incluso por algunos de la Alianza.
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