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LA JUSTICIA REVOCARA HOY LA PRISION DOMICILIARIA DEL EX ALMIRANTE
Adiós al Hogar para un genocida

Después de escuchar a los testigos de las caminatas matinales de Emilio Eduardo Massera por los alrededores de su quinta en Pacheco, la Justicia comprobó la violación de la prisión domiciliaria de que goza el marino. Hoy tendría que volver tras las rejas. Las Abuelas de Plaza de Mayo pidieron que se realice un seguimiento a todos los represores detenidos en las mismas condiciones.
El ex almirante Massera fue trasladado anteayer por la Gendarmería de Pacheco a Palermo. “Me acabo de levantar y estoy sin afeitar, no puedo hablar así con usted. Yo estaba saliendo a caminar.”

Por Victoria Ginzberg

La jueza María Servini de Cubría tiene decidido enviar al ex dictador Emilio Eduardo Massera tras las rejas. Inclusive, ya tendría preparada la orden para que el ex marino sea trasladado al Batallón Buenos Aires de Gendarmería Nacional. “Ese lugar tampoco es una cárcel común, lo deberían enviar a Caseros o a Devoto”, consideró Estela Carlotto. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo exhortó a que los jueces revoquen la prisión domiciliaria de todos los militares que están presos por robar bebés durante la última dictadura. “Debe hacerse un seguimiento de todos los casos, porque seguro que los otros hacen lo mismo que Massera”, afirmó Carlotto un día después de que la agrupación HIJOS denunciara públicamente que el dictador realizaba caminatas matinales en los alrededores de su quinta de El Talar de Pacheco.
La jueza Servini de Cubría y el juez Claudio Bonadío (que reemplaza a Adolfo Bagnasco) escucharon ayer al periodista Martín Sivak y al fotógrafo Daniel Dabove, de la revista Veintitrés, quienes ratificaron que vieron a Massera el miércoles por la mañana fuera de los límites permitidos por la Justicia. Después de escuchar a los testigos, ambos magistrados estarían de acuerdo en que el Almirante Cero vuelva a prisión. Massera está a disposición de los dos jueces; Servini lo arrestó por su responsabilidad mediata en la apropiación del hijo de la desaparecida Cecilia Viñas, nacido en la maternidad clandestina que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada y Bagnasco por su rol en el plan sistemático de robo de bebés durante la dictadura.
“Me acabo de levantar y estoy sin afeitar, no puedo hablar así con usted. Yo estaba saliendo a caminar. Mis piernas están muy mal, estuve tres años sin... Con esto me hacen mucho daño”, fueron algunas de las palabras que le dijo Massera al periodista el miércoles a las siete menos cuatro de la mañana.
Los jueces postergaron el interrogatorio del dictador, que estaba previsto para ayer. El ex marino será trasladado hoy a los tribunales de Comodoro Py desde su departamento de Libertador y San Martín de Tours. El miércoles, después de que se conociera que al Almirante Cero no le alcanzaba su amplia residencia de Pacheco –que tiene pileta, dos canchas de tenis y un inmenso parque arbolados– para sus paseos, Servini ordenó que regresara a la Capital.
Miguel Angel Arce Aggeo, defensor del represor, intentó justificar a su cliente con distintos argumentos. “Estaba esperando a un médico”, “Hay que delimitar el perímetro de la quinta”, “¿Qué norma establece que la calle adyacente a la quinta no está dentro de los límites permitidos?”, ensayó el abogado en diálogo con Página/12. Reveló además que pediría que su defendido sea trasladado al Hospital Naval, con la excusa de que “tiene una dolencia cardíaca con un pico de presión bastante fuerte”.
Carlotto coincidió con el resto de los representantes de organismos de derechos humanos en la falta de sorpresa porque Massera hubiera roto las condiciones de su arresto domiciliario, del que es garante su hijo Eduardo (ver aparte). “Esta gente violó la ley desde que nació. Es gente preparada para el crimen. Toman los gobiernos cuando quieren y después de que cometen un genocidio resulta que acceden a un beneficio que no corresponde dárselo. Nosotras siempre nos opusimos al arresto domiciliario porque lo considerábamos impropio”, señaló la presidenta de la Asociación que hizo las denuncias que terminaron con la detención de Massera y otros militares. Carlotto expresó los reparos que también se hicieron públicos en otras agrupaciones: “Massera fue descubierto pero debe haber más que hacen lo mismo, esto es realmente indignante”. Por eso la titular de Abuelas pidió que se revise el otorgamiento del beneficio de prisión domiciliaria a otros militares detenidos por apropiación de menores. Los represores presos en sus casas son:
Jorge Rafael Videla. Fue el primero en ser arrestado como autor “mediato” de la apropiación de cinco hijos de desaparecidos (luego se sumaron más casos). Fue apresado por el juez Roberto Marquevich el 9 de junio de 1998. Este juez se negó a mandarlo a su casa pero la Cámara Federal de San Martín lo contradijo. También fue procesado por Bagnasco.
Antonio Vañek. Fue jefe del Comando de Operaciones Navales. Responsable de los partos y apropiaciones de hijos de desaparecidos ocurridos en la ESMA. Procesado por Bagnasco.
Carlos Guillermo Suárez Mason. Ex jefe del Primer Cuerpo de Ejército. Fue arrestado por Bagnasco por su responsabilidad en la apropiación de menores nacidos en los centros clandestinos Comisaría V de La Plata, el Pozo de Banfield, La Cacha y Automotores Orletti.
Rubén Franco. Ultimo jefe de la Armada durante la dictadura militar. Preso por su participación en el plan sistemático para apropiarse de los hijos de los desaparecidos. Su participación se basó en garantizar la impunidad.
Cristino Nicolaides. Ultimo jefe del Ejército durante la dictadura militar. También procesado por garantizar la impunidad. Preso por disposición del juez Bagnasco.
Reinaldo Bignone. Ultimo presidente de facto. También procesado por garantizar la impunidad.
Juan Bautista Sasiaiñ. Fue jefe de la Décima de Brigada de Infantería de La Plata, jefe de la subzona 11.
Santiago Omar Riveros. Quedó preso después de fracasar en su intento de que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas se apoderara de la causa por la apropiación sistemática de hijos de desaparecidos.
Héctor Febres y Jorge “Tigre” Acosta, que no superan los 70 años, están detenidos en sitios que dependen de fuerzas de seguridad. Febres, responsable de las embarazadas detenidas en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), pasa sus días en la sede de la Prefectura. Acosta, jefe de Inteligencia del grupo de tareas que funcionó en la ESMA, está arrestado en la Unidad de Gendarmería de Campo de Mayo.
Eduardo Nachman, de HIJOS, recordó que la denuncia de la agrupación no sólo se refiere a las caminatas diarias de Massera sino también a las visitas de ex camaradas y otros amigos que recibe el Almirante Cero. Y manifestó, en declaraciones radiales que el dictador “puede ir con el ex presidente del PAMI, Víctor Alderete, que son del mismo palo. Se juntan en un club privado con menos probabilidades de salir”, agregó Nachman en referencia a quien podría ser próximamente uno de los compañeros de prisión del ex amo y señor de la ESMA, si éste es trasladado a Gendarmería.

 

Los agujeros negros de la legalidad

A la luz de los paseos que hizo el ex dictador Emilio Massera, violando el beneficio del arresto domiciliario, se pone en foco una vez más la ley de Ejecución Penal y su aplicación. En uno de los dos juzgados que lo tienen a su cargo recibieron críticas por la falta de controles policiales sobre los represores que están detenidos en sus casas. Y sus empleados respondieron blandiendo el texto de esa norma que prohíbe los controles: el artículo 32 establece que la supervisión de la detención domiciliaria “en ningún caso estará a cargo de organismos policiales o de seguridad” sino en manos de “un patronato de liberados o servicio social calificado”. Además, la ley no prevé ningún tipo de sanción para la persona, familiar o institución que asume el cuidado del detenido porque su responsabilidad no incluye la obligación de vigilarlo para que no se escape del domicilio. Aunque esta ley tiene algunos baches e imprecisiones, quienes la defienden recuerdan que fue pensada para beneficio de presos con sida y enfermos muy graves. Sin embargo, los presos comunes que lo han invocado rara vez lo obtuvieron. ¿Cuál será el efecto de las escapadas de Massera en la situación de los demás represores que cumplen arresto en sus casas? “Suponemos que se van a cuidar más, pero que quede claro que el mejor control lo logran las guardias periodísticas, porque nosotros sólo podemos actuar ante el hecho consumado y revocarles el beneficio”, opinó un funcionario judicial que peina canas.

 

 

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