Por Eduardo Videla
El Puente La Noria, esa suerte
de embudo donde los automovilistas pierden el tiempo que ahorraron acelerando
en la General Paz o en el Camino Negro, del otro lado del Riachuelo,
dejará atrás en una semana ese penoso atributo: el próximo
jueves se inaugura una versión más moderna de ese paso,
que se agregará al anterior, y permitirá triplicar el flujo
de vehículos por esa zona. Con el nuevo puente también se
pretende cambiar el paisaje de una de las zonas más degradadas
del área metropolitana, con un nuevo sistema de iluminación,
la parquización de sus alrededores en base a un proyecto
del Estudio Thays y la recuperación del clásico edificio
colonial que es su marca registrada.
Será el presidente Fernando de la Rúa el encargado de cortar
las cintas de inauguración, el próximo jueves 7, a las 10.
A partir de ese momento, el tránsito podrá circular por
los tres carriles del nuevo puente, en sentido hacia el Río de
la Plata, mientras que el antiguo paso se utilizará para circular
hacia Lomas de Zamora.
El Puente La Noria es el último de los cinco cruces que comunican
la ciudad de Buenos Aires con el sur del conurbano, sorteando las aguas
del Riachuelo. Está justo en la triple frontera entre la ciudad
de Buenos Aires y Villa Madero, hacia la General Paz, y la localidad de
Ingeniero Budge, del otro lado, donde nace el Camino Negro.
Construido en la década del 30, cuando el río todavía
no había muerto y en la zona predominaba el paisaje rural, el puente
era más transitado en sus comienzos por carros y caballos que por
automóviles, además del ganado que circulaba hacia el Mercado
de Liniers y el Matadero.
El ensanchamiento del Camino Negro, en los años 70, y la
veloz urbanización de los barrios del Conurbano Sur hicieron crecer
la importancia del Puente como una vía alternativa para ingresar
a la Capital, frente a la congestión de los cruces en Barracas
y Pompeya. El ensanchamiento de la General Paz, realizado por la concesionaria
del Acceso Norte, terminó por convertir ese paso en un nudo difícil
de desentrañar.
Las obras de ensanchamiento estuvieron a cargo de la empresa Autopistas
del Sol y estaban contempladas en el contrato de concesión del
Acceso Norte y la General Paz. La empresa que amplió la Panamericana
y explota esa vía mediante el sistema de peaje debía ensanchar
la General Paz y el Puente La Noria, vías que son de circulación
gratuita.
Esta obra, la última que faltaba para completar el ensanchamiento
de la General Paz, terminará con un problema viejísimo:
la congestión de tránsito en el Puente La Noria, dijo
a Página/12 Luis Freixas, vicepresidente de Autopistas del Sol.
Según los cálculos de la empresa, el uso del puente implica
hasta ahora una pérdida de 3 millones de horas por año para
quienes circulan por él. Con 10,5 metros de ancho de calzada casi
el doble que el actual y 115 de largo, la obra costó 6 millones
de pesos y se realizó en 8 meses.
Ese presupuesto incluyó la parquización de unos 500 metros
hacia la General Paz y 200 hacia Lomas de Zamora, la plantación
de 3000 árboles y arbustos, y la iluminación de toda la
zona, una de las más inseguras del territorio metropolitano.
LA
ABSOLUCION DEL MEDICO MISIONERO
Un crimen impune
El controvertido caso de El
Alcázar de Misiones, que finalizó con la absolución
del médico Fernando Salazar del Risco, siguió sumando letra
para la polémica. Nueve días después de que el principal
acusado saliera del tribunal con las manos libres y un ojo en compota,
se dio lectura a los fundamentos de los votos que decidieron por 2 a 1
declarar la inocencia de Salazar. Al finalizar, en una entrevista, el
juez Roque González, que votó por la condena a perpetuidad,
definió el resultado en forma muy sucinta: Sigo convencido
de que Salazar es el culpable. ¿Usted cree que es justicia dejar
un crimen aberrante como éste impune?.
El mensaje fue dirigido, por elevación, a los otros dos miembros
del tribunal, el vocal Angel de Jesús Cardozo y, especialmente,
a la presidenta, Demetria González de Cantero, que se volcaron
por la inocencia del médico. En su fundamentación, Roque
González cuestionó a la jueza por desvirtuar los principales
testimonios que aportaban pruebas contra Salazar.
Para mí resulta mucho más sencillo entrar en el camino
del facilismo, pero prefiero el camino de la verdad, declaró
el juez. La justicia agregó está para
servir a la sociedad. Nunca salí abucheado ni con custodia de un
tribunal. El miércoles pasado, además de Salazar,
los dos jueces que votaron la absolución debieron retirarse con
una fuerte custodia, bajo una lluvia de insultos. Luego de la lectura
de los fundamentos, la fiscal Mabel Picazo de Chemes ya se había
decidido por la apelación ante la Cámara de Casación.
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