En Medio Oriente, todos se comportan
como si las elecciones anticipadas en Israel fueran un hecho. Ya lo había
dicho el premier israelí Ehud Barak desde su capa caída,
cuando se enteró de que el Knesset (Parlamento israelí)
había aprobado en primer votación (le faltan otras dos)
la convocatoria a estos comicios: No soy ciego, veo que el Parlamento
quiere elecciones. Pero además de tener ojos de lince, Barak
parece en algún punto desesperado. Ayer propuso un plan de paz
a los palestinos que incluye la cesión del 10 por ciento de Cisjordania
y la postergación por tres años de asuntos álgidos
como el status final de Jerusalén y el destino de los refugiados
de la diáspora palestina. La respuesta palestina fue un no
rotundo. En una encuesta publicada por el diario Yediot Aharonot, el ex
premier derechista Benjamin Netanyahu, el mismo que se había ido
por la puerta de atrás de la historia, lo aventaja por siete puntos
si los comicios fueran hoy. En el terreno, la cifra de muertos crece sin
problemas: tres palestinos en la franja de Gaza.
Barak tiene tan pocas dudas de que habrá elecciones anticipadas,
a más tardar, en mayo próximo, y de que él será
el candidato de su Partido Laborista, que ayer lanzó de prepo su
campaña. Somos el país más fuerte en Oriente
Medio, pero eso no quiere decir que podemos resolver nuestros problemas
con un solo puñetazo, dijo.Si no logramos llegar a
un acuerdo sobre Jerusalén y los refugiados, podemos concluir un
acuerdo interino prolongado bajo el cual entregaríamos 10 por ciento
con miras a asegurar la continuidad territorial (en Cisjordania), mientras
se reconozca un Estado palestino. A cambio, los palestinos tendrían
que renunciar, según Barak, a reclamar el territorio de fronteras
donde están las colonias israelíes.
Tras lanzar su propuesta, en una reunión del Comité de Editores
israelí, Barak cargó las tintas sobre el resto. La
derecha no ofrece ninguna alternativa, ni para la paz, ni para la guerra.
Ya es hora de que la derecha entienda que un acuerdo de paz con los palestinos
exigirá concesiones más dolorosas de la parte de Israel
de lo que se podría esperar. Y también atacó
a las palomas de su propio partido, que lo acusan de intransigente respecto
a los palestinos. Ya es hora de que la izquierda entienda que nuestro
socio palestino es mucho más duro de lo que creyeron. El
propio gabinete, sostenido por Barak con alfileres, está dividido
sobre algunos puntos. Mientras Barak se opone a la intervención
de una fuerza internacional de paz, su canciller interino Shlomo Ben Ami
está de gira en los países escandinavos buscando cómo
limar esta idea, sostenida una y otra vez por los palestinos y la Unión
Europea, admitiendo que de algún modo puede realizarse. Pero por
lo menos el gabinete se salvó ayer de perder para siempre a uno
de sus ministros, Shimon Peres, que estuvo a punto de caer de un helicóptero
cuya puerta se abrió por accidente.
La Autoridad Palestina, como Barak, tampoco tiene dudas sobre la inminencia
de las elecciones en Israel. No queremos ser parte de una campaña
electoral, reaccionó ayer el negociador palestino Saeb Erekat,
luego del anuncio del plan de paz por parte de Barak. Si el señor
Barak necesita ir ante el electorado de Israel con un acuerdo, tiene que
ser un acuerdo amplio, tiene que ser las negociaciones de condición
permanente: Jerusalén, los asentamientos judíos y las fronteras,
recalcó. Y pareciera que la misma derecha israelí coincidiera
con los palestinos en que Barak quiere este acuerdo para ofrecerlo al
electorado israelí. El diputado Danny Naveh, uno de los más
destacados dirigentes del Likud, presentó ayer junto a Benny Elon,
otro legislador derechista, una propuesta de ley para prohibir a un premier
que firme acuerdos diplomáticos si no cuenta con mayoría
en el Knesset.
Para completar el oscuro panorama que deja este marasmo político,
el recuento de víctimas diario habla por sí solo: tres palestinos
muertos y al menos 40 heridos. Dos de ellos murieron en choques con el
Ejército israelí en el paso fronterizo de Karni (franja
de Gaza), y un adolescentede 14 años falleció tras ser atropellado
por un colono israelí cerca del asentamiento judío de Tekoa.
Fuentes palestinas aseguraron que el colono arrolló al adolescente
intencionalmente; los israelíes afirman que se trata de un accidente
de tráfico. Más allá de las interpretaciones, los
hechos fueron hechos. Y con los hechos que ocurren en Medio Oriente desde
el 28 de setiembre, se podría decir que no hacen falta interpretaciones.
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