Fueron demasiados rivales para
River: el Vasco, la torrencial lluvia carioca, el árbitro Larrionda
que no cobró un penal grande como una casa cuando iban 0-0, el
1-4 de la semana pasada, la Copa Intercontinental ganada por Boca, las
cargadas irónicas de los hinchas que desbordaban el Sao Januario.
Demasiada oposición para un presente sin convicción excesiva
y con jaques perpetuos. La derrota 0-1 clasificó al Vasco para
la final de la Copa Mercosur contra el Palmeiras.
El patrón de la noche pudo adivinarse cuando a los 3 minutos, apenas
iniciado el partido, Saviola se perdió la apertura entrando por
izquierda y pateando desviado. La dinámica riverplatense perderse
todos los goles posibles puesta en evidencia en el partido de ida
se mantuvo anoche, y una a una, las situaciones se fueron sucediendo sin
grito de gol. Primero fue Angel, que lo tuvo de cabeza y la tiró
por arriba del travesaño. Luego fue el turno de Ortega, que remató
un tiro libre desde la izquierda al ángulo alto de Helton, que
voló y la sacó al corner.
El arquero volvió a convertirse en figura, como en el partido anterior,
sugiriendo que quizás hay un cambio en la genética del fútbol
vecino, que siempre adoleció de guardametas regulares para abajo
(una mutación que estaría dándose a la inversa en
el fútbol argentino).
Primero le tapó una media vuelta a Angel, que parado en la boca
del área fue más rápido que sus marcadores; el arquero
la mandó al corner, e hizo lo mismo un minuto después, con
un remate de 40 metros de Berizzo.
No fue lo único que produjo River durante la primera mitad, pese
a que la lluvia dificultaba el tránsito de la pelota, y después
de la primera hora los pases a ras del suelo se hacían llamativamente
lentos a causa del agua. Ortega pateó un tiro libre recto por arriba
del travesaño y el mismo Burrito (que anoche fue suspendido provisionalmente
por el Tribunal de Disciplina de la AFA, a raíz de su expulsión
contra Belgrano) lanzó un remate tras una subida de Coudet que
dio en un zaguero y se fue al corner.
Quizás la situación más clara que tuvo River fue
a los 42, cuando Odvan levantó la mano en el área
ante un centro de Ortega, y alejó la pelota ante el acecho de Angel:
un penal clarito que no vio Larrionda, acaso perjudicado por la densa
cortina líquida que era, a esa altura, la tormenta. Para entonces,
Vasco sólo había estrellado una pelota en un palo, y Bonano
le sacó un mano a mano a Romario. El equipo local jugaba con un
ojo en el rival y otro en el reloj, retrasado y al tranquito.
Disponer de 45 minutos para hacerle tres goles al Vasco, cuando el equipo
carioca recibió esa cantidad de goles sólo a lo largo de
los diez partidos que jugó como local en esta Mercosur, sin perder
ninguno, sonaba a más que una utopía. Ni hablar cuando,
al minuto de empezado el segundo período, Juninho Paulista recibió,
entrando solo al área de River, un pase desde la izquierda y, ante
la marca de Yepes, fusiló a Bonano con un tiro esquinado bajo,
abriendo el marcador.
River se entregó. Se fue expulsado Coudet por manosearse con Juninho
Paulista, y se fue Trotta por pegar a mansalva en un falso alarde de guapeza,
que fue el momento más bajo del partido.
Gerenciamiento y violencia
Mientras el presidente de San Lorenzo, Fernando Miele, aseguró
que el proyecto de gerenciamiento del club fue aprobado por la Asamblea
de Representantes por 41 votos a 16, la oposición denunció
que no hubo votación, que se cambiaron ilegalmente dos asambleístas
y que el anuncio del máximo dirigente fue un fraude,
según dijo a Página/12, Jorge Aldrey, integrante de
la oposición.
La asamblea generó enfrentamientos entre hinchas y la Policía,
que primero reprimió con agua, gases lacrimógenos
y balas de goma, y luego enfrentó a los hinchas que se oponían
al acto a bastonazos en la misma vereda del estadio. Dos hinchas
fueron heridos por balas de goma.
Según Miele, los votos del oficialismo bastaron para aprobar
el contrato de gerenciamiento con la empresa suiza ISL. Pero, de
acuerdo con la oposición, la votación no tuvo lugar.
En la Asamblea no se podían pronunciar dos frases seguidas
por los problemas que había afuera dijo Aldrey a este
diario. Además, sustituyeron a dos asambleístas
que no vinieron para no aprobar el proyecto con dos adictos.
|
|