Por Ariel Greco
Gorro, bandera, vincha, traje,
corbata, celular. Todo vale para esperar a los flamantes campeones mundiales.
En San Juan y 9 de Julio se concentra un grupo importante de hinchas,
que no tarda en cortar la mano que va hacia el Obelisco y que espera la
llegada del micro para sumarse a la caravana. Recién en ese momento,
la decisión de cubrir en bicicleta el trayecto de los jugadores
al hotel Los Dos Chinos parece ser la más acertada, por no decir
la única.
En la radio dicen que en cinco minutos van a llegar acá,
alerta alguien. Al ratito, otro pega el grito: Ahí están,
ahí están. Pero el falso Rodrigo de Triana se equivoca
y es una falsa alarma. La expectativa aumenta. Ay, ay, ay, que risa
que me da/ ay, ay, ay, que risa que me da/ adónde están
los p... que alentaban al Real, es el hit que matiza la espera.
Hasta que el interno 2950 de Flecha Bus asoma la trompa por la Autopista
25 de Mayo y el carnaval se desata. El técnico Carlos Bianchi,
el presidente Mauricio Macri y el vice Pedro Pompilio ocupan la primera
fila y saludan a la multitud que grita sin límites. El dale
campeón se mezcla con el de la mano/ de Carlos Bianchi...
y con el clásico vamos a traer la Copa a la Argentina/ la
Copa que perdieron la Gallinas....
A ambos costados de la 9 de Julio, la gente se agrupa para ver y saludar
a los campeones. Están todos. Los que se acercaron y se prepararon
especialmente para la ocasión, los que se escaparon un ratito de
la oficina, los que se encontraron con el espectáculo de manera
sorpresiva y se sumaron a la fiesta, los que intentaron hacerse unos pesitos
extras vendiendo souvenires del campeón (uno confiesa que se cotizan
50 por ciento más que hasta el partido del martes), y hasta algunos
ajenos que simplemente contemplaron la caravana.
Pero casi de forma inexplicable, el ómnibus aceleró a fondo.
Los fanáticos que habían esperado más de una hora,
apenas si podían ver un par de segundos a sus ídolos, tiempo
insuficiente siquiera para distinguirlos. A esa altura, la bici del cronista
parece el Minardi de Mazzacane y el micro, la Ferrari de Schumacher. Recién
cuando el Obelisco y todos los hinchas que esperaban allí actuaron
como un rezagado, el resto de la caravana consiguió acercarse.
Claro que ni bien sorteó el obstáculo, el micro se transformó
en un objetivo inalcanzable.
Lejos de desanimarse, los hinchas decidieron cortar camino, y todas las
calles transversales sirvieron para llegar al Bajo, paso elegido para
llegar la concentración. En auto, en moto, en bicicleta, o simplemente
corriendo, todo servía para intentar reengancharse a la caravana.
La apuesta salió bien y varios de los relegados pudieron sumarse
en Leandro N. Alem. Ahí la fiesta es completa. Este tramo es a
paso de hombre y permite que todos vean de cerca a los campeones.
Detrás de Macri y Bianchi, en la segunda fila se ubica Palermo,
que a pesar de su alegría no puede ocultar su cansancio. Córdoba
sin remera saluda a la gente. Con una cámara de mano made in Japan,
Battaglia filma a la multitud. El profe Santella y uno de los utileros
comparten el asiento y miran sin entender. Matellán exhibe su mayor
cara de satisfacción, consciente de que en Japón jugó
el partido de su vida. Lejos del protagonismo de la cancha, Riquelme apenas
si se asoma desde el último lugar del colectivo. A su lado, Pandolfi
y Burdisso charlan sin dejar de observar a la gente. Marchant a imita
a Battaglia y en su filmadora registra todos los festejos. Ya no predominan
los hinchas producidos para la ocasión, sino los oficinistas con
saco en mano que desatan su euforia.
El contingente llega a la Plaza de Mayo. Desde las ventanas de los edificios
caen papelitos y serpentinas. Hasta el balcón de la Casa Rosada
es un improvisado palco vip, con bandera incluida, para seguir los festejos.
Ustedes vayan a laburar, chorros, surge el grito espontáneo
deun pícaro, que con una sonrisa aclara que él mismo se
había escapado del trabajo.
Mientras tanto, a la primera fila del colectivo se sumaron dos nuevos
integrantes: Serna y la Copa Toyota, que parecía su compañera
inseparable. Chicho mostraba el trofeo a la gente, no paraba de reír
y parecía cargar a Macri. Bianchi se sumó a la humorada,
y mientras señalaba al presidente, le hacía un claro gesto
a la gente. Con su puño derecho golpeaba la palma de su mano izquierda
y se le alcanzaba a leer en los labios: Ahora tiene que pagar.
Macri lo tomó con una sonrisa y siguió saludando a los fanáticos,
la constante que mantuvo a lo largo de todo el trayecto.
El congestionamiento que provocó la entrada a Avenida de Mayo llevó
a perder el contacto con los jugadores, pero las bondades de la bicicleta
y los cortes de Rivadavia permitieron un nuevo acercamiento. Del lado
izquierdo del micro, Basualdo golpea una de las ventanillas, los Mellizos
señalan a la gente, Delgado sonríe con timidez. Ya nadie
puede ocultar el agotamiento del viaje, pero todavía no hay descanso.
El recorrido sigue. Por 9 de Julio hasta San Juan, giro a la derecha por
Chacabuco hasta Brasil, y llegada en contramano hasta el hotel, donde
esperaba una multitud. Allí, si Bianchi pretendía que los
jugadores no durmieran para readaptarse al horario, los cantos de los
hinchas seguro que lo consiguieron.
LA
PALABRA DE CARLOS BIANCHI A LA LLEGADA
No hay tiempo para festejos
Luego del regreso con gloria,
Boca ya está pensando en el encuentro ante San Lorenzo. Por ello,
el plantel volvió a los entrenamientos en estadio ayer por la tarde.
Y mientras los jugadores finalizaban sus tareas de recuperación
física, el técnico Carlos Bianchi ofreció una conferencia
de prensa junto al presidente de la institución Mauricio Macri.
El entrenador garantizó que cumplirá con la totalidad del
contrato que lo une a Boca, es decir hasta el 31 de diciembre del 2001,
y afirmó que respaldará incondicionalmente a los jugadores
del plantel que quieran irse del club a cambio de eventuales transferencias
que le reporten grandes beneficios, tanto deportivos como económicos.
Respecto del choque ante San Lorenzo, Bianchi adelantó que el extenuante
viaje de Tokio a Buenos Aires lo obligará a formar un equipo diferente
al que presentó en la final de la Copa Intercontinental ante el
Real Madrid.
Yo pienso que el cambio de hora complicará pero hasta cierto
punto, pero como el viaje fue muy largo lo más probable es que
juegue un equipo distinto en cada uno de los últimos cuatro partidos
que nos quedan, con San Lorenzo, Independiente, Chacarita y Estudiantes,
que ya sea de local o de visitante serán muy difíciles.
Bianchi dijo que no había tiempo para mucho festejo porque
en estos próximos catorce días nos jugamos el campeonato.
Respecto de la clave de la consagración en Tokio, el ex técnico
de Vélez dijo que la gran virtud fue jugar de igual a igual
con el campeón de Europa. Hubo un arranque anormal para una final
por esos dos goles tan tempraneros que nos dieron tranquilidad. Pero creo
que se ganó lógicamente. Al mismo tiempo, Bianchi
destacó que a este equipo lo hace el grupo y este grupo es
extraordinario. Sobre si ante la magnitud del logro se corría
el riesgo de que el plantel bajara su motivación y rendimiento,
Bianchi fue elocuente al sentenciar que un profesional nunca puede
darse por satisfecho y no tiene que cambiar de actitud. Además,
ganar el torneo Apertura aseguraría a Boca estar en la Copa Libertadores
del 2002.
En cuanto a los rumores de ventas de jugadores, aclaró que al
que se quiera ir, seré el primero en apoyarlo, porque no tengo
derecho a cortarle la carrera a nadie. Y si se van, seguiremos trabajando
como siempre tratando de conseguir los reemplazos. Se nos fue Samuel,
que para mí es el mejor defensor del mundo en esa posición,
y lo tenemos a Matellán, que ya había respondido antes de
la Intercontinental. Y se fue Diego Cagna, que es muy difícil de
reemplazar y volvimos a salir campeones. Por último, Bianchi
le deseó suerte a River para que pueda clasificarse
en la Copa Mercosur.
DEL
HOTEL, DIRECTO A ENTRENAR
De una siestita, ni hablar
Boca no se relajó,
y después de un viaje agotador de más de 30 horas, ya comenzó
a pensar en la posibilidad de conseguir el campeonato local. Por eso,
Bianchi, que a sus jugadores les pidió un esfuerzo más,
dispuso que entrenen físicamente durante una hora para luego concentrarse
y esperar la seguidilla de partidos: San Lorenzo el domingo, Independiente
el miércoles que viene, y Chacarita dentro de nueve días.
El plantel estuvo en el Hotel un poco más de una hora, y a las
16.30 partió rumbo a la Bombonera para entrenar con el preparador
físico Julio Santella. Las tareas consistieron en trabajos regeneratorios
y de recreación.
Pensamos en trabajar porque el domingo tenemos un partido muy importante.
En el viaje de vuelta dormimos un poco para que los jugadores se fueran
acomodando al horario, explicó Bianchi. En el estadio, los
jugadores trotaron y luego estuvieron elongando para aflojar los músculos.
Más tarde, el arquero Oscar Córdoba ejecutó tiros
libres, y su colega Roberto Abbondancieri era el encargado de detener
los remates. En un momento del entrenamiento, el delantero
Antonio Barijho se puso a jugar con un teléfono celular en el mismo
campo de juego, para la risa de todos sus compañeros.
De la Rúa los
quiere ver
El presidente Fernando de la Rúa solicitó ayer,
recién llegado a México, al titular provisional del
Senado a cargo del Poder Ejecutivo, Mario Losada, que transmita
sus felicitaciones al plantel, cuerpo técnico y directivos
de Boca por la brillante obtención de la Copa Intercontinental.
Así lo informó el vocero presidencial, Ricardo Ostuni,
en la Casa de Gobierno, quien no descartó que el jefe de
Estado reciba al plantel y directivos xeneizes en los próximos
días. Losada hizo llegar el saludo a las autoridades del
club que se encontraban en el aeropuerto de Ezeiza, para se lo transmitan
a los jugadores ni bien pisen suelo argentino.
Dos personas fueron detenidas ayer por promover disturbios en estado
de ebriedad, durante los pequeños incidentes que se registraron
en la llegada del equipo de Boca al hotel Los Dos Chinos. Como en
los alrededores del hotel se concentraron cerca de 500 simpatizantes
que intentaron acercarse al micro, la policía debió
intervenir para calmar la situación.
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HABRA
DEPURACION EN EL PLANTEL
Racing se juega ante Colón
Racing intentará hoy
alcanzar su segundo triunfo en el campeonato cuando reciba a Colón,
en el partido que marcará el inicio de la decimoséptima
fecha del torneo Apertura de fútbol. El conjunto conducido por
la dupla López-Cavallero sólo venció a Almagro en
lo que va del certamen, y su bajo promedio en la tabla del descenso comenzó
a ser una preocupación para el año que viene. Además,
los entrenadores anunciaron ayer que el plantel sufrirá una reducción
cuando comience la pretemporada, y de los 36 profesionales quedarán
27. Para el encuentro de hoy, el equipo local presentará una modificación
respecto del equipo que empató con Vélez el último
domingo: Nicolás Diez reemplazará a Diego Milito.
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