Por Javier Lorca
Con todos los votos emitidos
y todas las urnas escrutadas, las recién concluidas elecciones
estudiantiles desplegaron un nuevo escenario político en la UBA.
Ahora, de los 13 centros de estudiantes, 7 quedaron en manos de la Alianza
y 6 bajo la conducción de diversas agrupaciones y frentes independientes
y de izquierda. Hace solo un año, la ecuación favorecía
9 a 4 a los aliados. Para los dirigentes, las razones se dividen en dos
grupos de pareja incidencia: la crítica política nacional
y la dinámica interna de cada facultad. El primer test para las
nuevas relaciones de fuerza será el congreso de la Federación
Universitaria de Buenos Aires (FUBA), que se hará a mediados de
diciembre: allí, Franja Morada tendría asegurada la presidencia,
pero de la secretaría general para abajo todo está por disputarse.
En las elecciones que concluyeron la semana pasada, la coalición
Franja Morada-Frepaso sólo pudo retener centros de estudiantes.
No sumó ninguno, sino que, todo lo contrario, perdió dos
de los que conducía (Ciencias Sociales y Veterinarias), además
de seguir sin poder controlar los centros que estaban en poder de la oposición:
Exactas, Ingeniería, Agronomía y Filosofía y Letras.
A favor de la Alianza, cabe apuntar que sigue encabezando los centros
de las facultades más grandes de la UBA. Este año logró
retener los de Arquitectura, Derecho, Medicina, Farmacia, Odontología,
Psicología y Ciencias Económicas (en realidad, el caso de
Económicas es diferente: recién a principios de este año
pudieron hacerse las elecciones correspondientes a 1999, por lo que esa
facultad trae un cronograma desfasado). Otro argumento a favor de los
aliados es que fueron elecciones optativas, ya que en la mayoría
de los casos sólo se renovaban conducciones de centros y no cargos
en juntas y consejos. Por eso, la cantidad de votantes fue inferior a
la del 99, cuando el voto fue obligatorio.
Desde Franja Morada, hubo análisis disímiles. El caudal
de votos de Franja y de la Alianza disminuyó admitió
Adrián Arimay, dirigente del radicalismo universitario. Creemos
que tuvo mucho que ver la imagen negativa que está teniendo el
gobierno. Pero también influyeron otras cuestiones. En Veterinarias
ganó una agrupación independiente y eso tiene más
que ver con la política interna de la facultad que con otra cosa,
apuntó, en diálogo con este diario. En cambio, el titular
de la FUBA, Guillermo de Maya, dijo: Seguimos manteniendo un nivel
de consenso muy amplio en el movimiento estudiantil. En el marco de este
primer año de gobierno de la Alianza, los estudiantes nos vieron
con cierto nivel de independencia. El balance es positivo y nos llena
de responsabilidad para una nueva etapa donde tendremos que defender a
la universidad pública y gratuita de los ataques del establishment.
El secretario general del Frente Grande Universitario, Lucas Nejamkis,
hizo otro análisis. En general, el resultado fue positivo,
pese a que algunos golpes fueron muy fuertes, como el que sufrimos en
Sociales. La situación del país es muy difícil y
en la mayoría de las facultades somos oficialismo. Si contextualizamos
las elecciones, con un Gobierno que está haciendo muy poco por
solucionar los problemas de la gente, los resultados podrían haber
sido mucho peores, dijo.
Por más que la Franja intentó despegarse del Gobierno,
no pudo. Son parte del modelo de ajuste y falta de expectativas,
opinó Mariano Molina (Movimiento Refundación de Sociales),
nuevo presidente del centro de Sociales. Entre los factores internos de
la facultad, destacó que hubo debates muy fuertes sobre el
modelo de universidad y de centro de estudiantes que queremos. Nosotros
ganamos con nuestra propuesta de refundar el centro, terminar con los
profesionales de la política, terminar con la participación
limitada al voto dijo. Y ellos perdieron con un proyecto de
centro vacío de participación, más preocupado por
brindar servicios que por los problemas cotidianos. El flamante
titulardel centro de Filosofía y Letras, Esteban Chiaradía
(Frente Amplio Estudiantil), vinculó las derrotas que sufrió
la Alianza a un rechazo de la política nacional, en particular
de la educativa, y del manejo bastante espurio que se está haciendo
de la universidad, con gestiones escandalosas en muchas facultades.
Y agregó: Entre los estudiantes pesaron mucho los anuncios
de un impuesto a los graduados y los ajustes presupuestarios. En Filosofía
también incidió una gestión que acepta como una fatalidad
el discurso de que no hay recursos y donde se está dando un fuerte
descenso del nivel académico.
Para
el tiempo libre... (si queda)
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Arte.
Hoy, a las 19.30, se proyecta Mala época en la Bienal de
Económicas. A las 19.30, habrá una mesa sobre cine.
Mañana, a las 19, una charla sobre tango y, a las 22, lectura
de poesía. El sábado, desde las 16, talleres
de literatura, pintura y efectos especiales. Y, a las 22, recitales.
Gratis. En Uriburu 763.
Día. Mañana, de 20.30 a 22.30, se dará
un ciclo de conferencias en el Rojas por el Día Internacional
del Sida. Gratis, en Corrientes 2038.
Charla. Hoy, a las 18, Estela Carlotto y Alejandro Mosquera
darán una charla en la Cátedra Libre de Derechos Humanos
de la Universidad de La Plata, en avenida 44 entre 8 y 9.
Sociales. Mañana se hará la 1ª jornada
abierta del centro de estudiantes de Sociales, en Ramos Mejía
841, desde las 17.
Carreras. El lunes abrirá la inscripción para
2001 de todas las carreras que se dictan en el IUNA. Informes: Sánchez
de Loria 443 o www.iuna.edu.ar.
Carreras II. La Universidad Caece dará durante diciembre
charlas informativas sobre todas sus carreras. Informes: Perón
2933, 4384-7805/06 (ints. 102 y 103).
Mercosur. Hasta el sábado, sigue el seminario Las
grandes regiones metropolitanas del Mercosur y México.
En la UNGS, Juan Gutiérrez y José L. Suárez
(Polvorines), 4469-7628.
Política. Mañana, a las 19, se cierran las
Jornadas de Ciencia Política (UBA) con la charla La
política y lo político. En Ramos Mejía
841.
Música. La Facultad de Derecho invita a tres conciertos
que se harán mañana, a las 20.30; el sábado,
a las 18, y el domingo, a las 17. En Figueroa Alcorta 2263. Gratis.
Barrio. Los programas Sociales sale a la calle
y La universidad en el barrio harán un encuentro
el sábado, a las 10, en Ramos Mejía 841.
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OPINION
Por Ernesto Meccia *
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La política tributario-predatoria
No sin sorpresa, días atrás hemos escuchado al ministro
de Educación, Hugo Juri, decir que está en estudio
la instrumentación de un impuesto a los graduados de las
universidades nacionales. Estimativamente, unos 550 mil graduados
(el 70,5 por ciento de un total de 780 mil) estarían en condiciones
de pagarlo. Acompañaron esos dichos diagnósticos remanidos
sobre la paupérrima situación presupuestaria de las
universidades y exigencias referidas a la racionalización
y a la transparencia en el manejo de los fondos destinados al sector.
Sin embargo, lo más distintivo de los dichos ha sido que
este nuevo impuesto descansa sobre el espíritu de la solidaridad
social: esto es, mediante los aportes se lograrían
recaudar entre 150 y 200 millones de pesos al año y, de este
modo, poder otorgar 50 mil becas a estudiantes que por su condición
socioeconómica no puedan solventar sus estudios superiores.
Desde el Ministerio de Educación se ha reflotado la idea
de que los graduados deben devolverle algo a una sociedad que les
permitió acceder a la universidad en forma gratuita, lo que
en varios lugares se está llamando servicio social
obligatorio. Naturalmente, es defendible y legítima
esa figura y el espíritu de solidaridad sobre el que se asienta,
pero el instrumento elegido para plasmarlo es sumamente criticable
(además de sospechoso) por varias razones.
Si se trata de devolver algo a la sociedad, se le debería
reclamar al graduado algo de un orden específico, es decir,
acorde con la formación recibida. Sería interesante
que los últimos tramos de las carreras adquieran la forma
de pasantías preprofesionales obligatorias en instituciones
del Estado o en centros de investigación, de modo que el
estudiante próximo a graduarse ponga su mente (una mente
forjada al interior de la universidad pública) al servicio
de proyectos socialmente relevantes. Aquí sí quedaría
a resguardo el espíritu de solidaridad social, compromiso
que no podría apuntalar un impuesto.
Otro impuesto de esta categoría (impuesto parche)
es sospechoso. ¿Qué puede sospecharse de una clase
política que a la hora de resolver los enormes problemas
que aquejan a un país piensa sólo en depredar más
a su población? Es lamentable que la creatividad de muchos
políticos haya quedado reducida a esto, máxime cuando
está tan instalada la ineficacia y lo ilegítimo de
la voracidad impositiva. No obstante, hay que reconocer que algunos
funcionarios poseen pericias estadísticas: informática
mediante es aterrador comprobar cómo se inventan nuevas categorías
sociales, es decir, agregados de personas reducidas a números,
para la aplicación de políticas tributario-predatorias.
Cotidianamente esto lo padecen camioneros que deben pagar peajes
ridículos, pequeños productores agropecuarios, miles
de empleados públicos y de trabajadores independientes. También
lo sufrieron automovilistas que creyeron mejorar los sueldos docentes
con un impuesto especial. Hoy nos toca a los graduados de las universidades
nacionales. Pero somos nosotros quienes más debemos poner
al desnudo lo insensato de estas situaciones y anteponer ante cualquier
invención la condición de lo que realmente somos.
* Sociólogo, director de Graduados de la Facultad de
Ciencias Sociales (UBA).
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