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MACHINEA POLEMIZA CON GRONDONA
“Prensa para Cavallo”

El ministro de Economía cargó contra el periodista acusándolo de �jefe de prensa� de Domingo Cavallo. �Y bueno, las cosas no le salen�, dijo Mariano Grondona mostrándose indulgente.

Grondona: �Si yo no supiera el difícil momento que vive, tendría motivos para ofenderme. ¿Qué quiso decir? ¿Qué tengo un contrato, que recibo dinero?�

Domingo Cavallo, ex ministro de Economía y candidato perpetuo.
El establishment lo promociona y Machinea se irrita.

Por Claudio Scaletta

“Es el jefe de prensa de la campaña de Domingo Cavallo para que sea ministro de Economía”, lanzó José Luis Machinea, ocupante del supuestamente codiciado cargo, refiriéndose al periodista Mariano Grondona. La publicidad gráfica de su programa del pasado jueves se encabezaba con la frase “Hicimos todo lo que nos pidieron pero siguen hablando como si no hubiésemos hecho nada”, atribuida al ministro. Enseguida, se invitaba al televidente a participar con su televoto. “¿Quién debería ser ministro de Economía –preguntaba–, Machinea, Cavallo o López Murphy?”. La propuesta enojó al actual ministro, quien en el programa de Marcelo Longobardi, que se emite por el canal estatal una hora antes que el de Grondona, le imputó a éste estar trabajando para Cavallo. Consultado por Página/12, Grondona se mostró condescendiente. “No quiero ofenderme”, dijo. “Machinea es una buena persona. Creo que todo se debe al clima anímico por el que atraviesa el ministro”, reflexionó.
“Lo de Grondona es una cosa extraordinaria”, consideró Machinea. “Ha funcionado como jefe de prensa en la campaña presidencial de Cavallo, funcionó como jefe de prensa en su campaña por la ciudad de Buenos Aires, y ahora es jefe de prensa para que sea ministro de Economía”, agregó. “Me parece fantástico que lo sea, pero sería bueno que lo diga. Cada uno tiene sus amores, pero sería bueno decirlo para que todos nos enteremos”, concluyó.
Sobre estas afirmaciones del ministro, Grondona se mostró comprensivo. “Si yo no supiera el difícil momento que vive, tendría motivos para ofenderme gravemente. ¿Qué quiere decir que soy un jefe de prensa? ¿Qué tengo un contrato, que recibo dinero? No quiero ofenderme, siempre tuve un gran respeto por Machinea.”
–¿A qué atribuye la reacción del ministro? –preguntó este diario.
–Creo, ante todo, que se produjo en el marco de un clima anímico de alta intensidad y fue un desahogo ante una pregunta circunstancial. El equipo económico está haciendo un gran esfuerzo y, bueno, las cosas no le salen. Desde mi lugar de periodista con muchos años de profesión puedo comprender la situación, no es la primera vez que estoy frente a funcionarios en problemas. Quiero suponer que esto es lo que ha pasado.
El resultado del televoto, que Machinea no conocía al momento de sus declaraciones, fue contundente. Cavallo recibió el apoyo del 70 por ciento los llamados, Machinea el 21 y López Murphy sólo el 9. Grondona dijo que la selección de los candidatos fue “porque son los que están en danza. Son los que surgen de la opinión de la gente y de los empresarios con los que hablo”. El dato que sí conocía Machinea y que debe haber influido en su ánimo eran los avances publicitarios de “Hora Clave”. “Esta será la tercera Navidad que los argentinos pasarán con recesión”, sostenía el conductor. “¿El 2001 será la odisea argentina o el año de la recuperación?”, se preguntaba.
–¿Por qué cree que a pesar de que el ministro realizó muchas de las reformas que demandaba el poder económico la situación no mejora?
–Hay un problema de liderazgo. El Presidente y el ministro de Economía deben funcionar en tándem. Machinea no tiene el mismo apoyo del presidente que Cavallo tenía de Menem. Pero el caso es que a De la Rúa no lo podemos cambiar, al ministro sí.
En la transmisión del jueves, Grondona interpretó que, de acuerdo al resultado del televoto, por imagen pública López Murphy no es un enemigo político. Lo de Cavallo es distinto, consideró el conductor. “La gente está asustada, Cavallo es la gran inyección, es algo que va a doler pero que la gente cree que la va a sanar”, interpretó.
–¿Qué posibilidades ve de que Cavallo ingrese al gabinete?
–Creo que el problema actual es cómo renovar el crecimiento. Esta es la condición previa para todo lo demás: para el empleo, para tener más fondos para gastos sociales. Machinea, a pesar de su esfuerzo, no logró elobjetivo del crecimiento. Lo lógico sería que el presidente empiece por López Murphy. De la Rúa no puede ser arrastrado por el fracaso de la economía. Me parece que por ahora no hay posibilidades de que el elegido sea Cavallo. Esto supondría un gran costo político para el presidente, sobre todo al interior de sus filas.
–¿Usted por quién se hubiera decidido en el televoto?
–Yo soy periodista. No corresponde que utilice mi influencia para favorecer a uno u otro candidato. Sería ilegítimo. Eso no quiere decir que no tenga mi corazoncito, pero lo reservo para el ámbito privado.

 

OPINION
Por Martin Granovsky

¿Hay una Operación Cavallo Salvador?

José Luis Machinea se enojó con Mariano Grondona a falta de otros blancos con nombre y apellido: el nombre de Domingo Cavallo como posible reemplazante del ministro de Economía volvió a circular ayer en medios empresarios. La conmoción fue sorda, y estuvo restringida a un grupo de funcionarios del Gobierno, dirigentes del Frepaso y operadores económicos. Pero el dato es que regresó después de un mes y medio de quietud solo aparente. Y que estuvo acompañado de una especulación más increíble aún: que Carlos “Chacho” Alvarez volvería al Gobierno, quizás como jefe de Gabinete.
¿El Presidente quiere a Cavallo en el Ministerio? ¿Se lo imponen los mercados? Si es así, ¿imagina a Daniel Marx en el Banco Central? Y Chacho, ¿votará por Cavallo y por su propio regreso?
Anoche, después de consultas con varios protagonistas de primer nivel, podía llegarse a una triple conclusión:
Varios empresarios han vuelto a la carga para imponer al ex ministro de Carlos Menem como superministro de Fernando de la Rúa.
De la Rúa no adoptó ninguna decisión y, al menos hasta ahora, sigue apoyando la continuidad de José Luis Machinea.
Alvarez no quiere tomar la iniciativa por Cavallo, y menos por una vuelta suya que, según sus allegados, ni siquiera baraja.
Igual que ahora, cuando estuvo en discusión hace un mes y medio la ofensiva Cavallo Salvador también era impulsada por grandes empresarios sensibles, al mismo tiempo, al ingreso de capitales externos y a la reactivación en la Argentina.
Todavía estaba en circulación Fernando de Santibañes como padrino de la operación dentro del Gobierno y como principal consejero del Presidente. Ahora De Santibañes no figura más en la planta permanente del Ejecutivo, pero nadie puede asegurar que no haya pasado a planta transitoria como free lance.
Aquella vez, al menos según confiaban empresarios de primer nivel con pedido de mantener su identidad en reserva, Cavallo dijo que estaba dispuesto a integrarse al gobierno aliancista con dos condiciones.
La primera, que Alvarez volviera al Gobierno, en principio como jefe de Gabinete o vicepresidente nuevamente electo por el voto popular. El retorno de Alvarez tendría, en ese caso, varios efectos a la vez:
Fortalecería al Gobierno.
Ensancharía la base política de Cavallo Salvador.
Compensaría la relación de Cavallo con el radicalismo, tradicionalmente mala sobre todo en el caso de los alfonsinistas y del propio Raúl Alfonsín.
Pondría a Cavallo como la locomotora no solo económica sino también política de una eventual recuperación de la economía argentina.
La segunda condición, siempre según los empresarios, era que el Gobierno se empeñara activamente en desmontar la demanda contra Cavallo entablada por el ministro de la Corte Suprema Augusto Belluscio. La querella nació en 1993, cuando antes de las elecciones legislativas Cavallo acusó a Belluscio y a otro ministro, Enrique Petracchi, de “corruptos” y de haber imaginado una estrategia electoral para perjudicar al menemismo.
Página/12 pudo comprobar que la serie de querellas contra él, que fueron activadas en la época en que emprendió la guerra santa contra Alfredo Yabrán, preocupa al ex ministro.
Mientras garantizaba en público la continuidad de José Luis Machinea, De la Rúa no obstruía en privado ninguna operación para acercar a Cavallo. Nunca dejó de ser una carta guardada en la manga del Presidente.
De la Rúa temía, eso sí, que se le hiciera ingobernable el Congreso.
Una parte de su miedo apuntaba a que se descontrolaran los diputados radicales.
La otra parte era el pánico frente a un posible estallido del sub-bloque de diputados del Frepaso. Una porción suele desgajarse por temas. La integran los legisladores de extracción sindical y los socialistasdirigidos por Alfredo Bravo. El temor era que el desgajamiento se hiciera permanente y que arrastrara a más diputados, hasta ahora disciplinados con la conducción del bloque.
Hace un mes y medio Alvarez no quiso tomar ninguna decisión.
–¿Por qué debería haberlo hecho, si el Presidente no arrancaba poniendo la cara? –se preguntaba ayer un empresario recordando aquel momento.
Anoche, este diario consultó a importantes dirigentes del Frepaso.
Dijeron que ni siquiera estaban analizando la vuelta de Cavallo. Tampoco el regreso de Chacho al Gobierno.
–¿Alvarez mantuvo algún contacto con Cavallo? –preguntó Página/12.
–Ninguno –fue la respuesta–. Y no quiere hacerlo para no generar falsas interpretaciones.
Chacho y Cavallo tienen buena relación desde cuando los dos apuntaron contra Yabrán –una forma combinada, en realidad, de atacar a Menem por interpósita persona– pero hasta ahora son asimétricos. El segundo quiere empujar al primero hacia el Gobierno. Hacia un puesto concreto, o al menos en el sentido de un endoso de Cavallo ministro. El primero está remolón, y además no hace ningún gesto para arrastrar al segundo.
Las cosas, claro, podrían cambiar si se dieran dos condiciones.
Una, que la presión de los operadores financieros y los grupos económicos poderosos se haga intolerable.
Otra, que la crisis se profundice, o por la presión del punto anterior o por el empeoramiento de la realidad misma.
No es lo mismo tomar decisiones abruptas cuando parece que el margen es amplio y permite opciones, que cuando la percepción de la crisis es tan profunda que una solución drástica puede ser bien recibida por la gente, incluidos muchos votantes de la Alianza hoy desesperados por la recesión. En ese caso, hasta la Operación Cavallo Salvador podría funcionar. Y si alguien le recrimina su apoyo, Chacho podría preguntar, como Alberto Olmedo: ¿Eu?

 

 

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