Por Romina Calderaro
¡Padre! Esta noche
voy a pecar, grita un muchacho en la puerta de una sede la Unión
de Empleados de Justicia de la Nación (UEJN). Otro le comenta,
casi al mismo tiempo, la hazaña de Boca. Mirá que
yo soy de San Lorenzo, retruca el padre Luis Farinello mientras
trata de abrirse paso para entrar al edificio de Humberto Primo y Solís
a dar una charla. Entonces no le cuento nada cómo voy a pecar
esta noche, finge enojarse el morocho, y el cura sonríe.
A este padre la gente no le hace los mismos comentarios que podrían
hacerle a otro. Tal vez porque saben que tiene sus particularidades. Por
ejemplo, nadie nunca lo vio de sotana. O que confiesa que está
en contra del celibato. Pero su transgresión más reciente
es la política: acaba de recibir el ansiado permiso de Pablo Novak,
obispo de Quilmes, para presentarse como candidato en las elecciones del
2001.
Ya le pidió varias veces permiso a Novak para ser candidato.
El siempre se lo había negado.
Porque habían llegado propuestas de dos grandes partidos:
el Frepaso y el PJ. Ni siquiera yo estaba convencido. Las dos estructuras
están muy desgastadas. Hay mucho internismo y uno termina siendo
un levantamanos que no puede expresar su opinión libremente.
Y ahora va ser el candidato del Polo Social.
Sí. Voy yo, es otra cosa. Por ahora es un movimiento que
está creciendo. Más adelante tal vez podríamos construir
un frente.
¿Qué es el Polo Social? ¿Quiénes lo
conforman?
Es un movimiento que está formado por radicales, socialistas,
justicialistas y frepasistas desencantados de sus partidos. También
hay evangelistas. Hay muchos evangelistas. A todos se les respeta su identidad.
No tienen que dejar de ser ellos. Hay también gente de PAIS, de
la Democracia Cristiana.
En su momento había pensado en ser candidato a senador. ¿Es
cierto que el gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, le aconsejó
que era más fácil que entrara como diputado?
No sé si fue Ruckauf el que me dijo eso, pero en general
todo el mundo me aconsejó que vaya como diputado aunque todavía
no lo decidí. Con Ruckauf no hablamos de política, sino
de la cuestión social.
¿Ruckauf lo llama?
Hay un maestro que está encadenado en La Matanza ayunando
hace ya dos meses. Le falta una pierna, un ojo. Yo estuve tratando de
ayudar. Lo reincorporaron, pero no como titular, sino como ayudante. Y
el tipo sigue encadenado. Por esos problemas me llaman. A mí me
llaman todos. Sobre todo ahora que voy a ser candidato. Pero lo mío
va a ser muy claro.
Les va a decir que no va con ellos, que va solo.
Que voy solo.
¿Quiénes lo llaman?
Aníbal Fernández, el ministro de Trabajo bonaerense.
Esteban Caselli, secretario de la Gobernación bonaerense.
Gente de Ruckauf. ¿Y de la Alianza?
Hablé con el ex presidente Raúl Alfonsín.
¿Y qué le dijo?
Le interesó la idea del Polo. También hablé
con Lilita Carrió, con Víctor De Gennaro, dos amigos de
siempre. Y con Adolfo Pérez Esquivel, con Norita Cortiñas,
con Hugo Moyano, con Alfredo Bravo.
¿El Frepaso lo decepcionó?
(Piensa unos segundos.) Se desdibujó rápidamente.
Creo que las decisiones quedaron en manos de pocas personas y que las
voces de abajo no fueron escuchadas. En el Polo, yo quiero que todas las
decisiones se tomen por consenso. No puedo aceptar que todos los días
se mueran 55 chicos de hambre. Que se siga pagando la deuda sin que se
estudie cómo se contrajo, no puede ser que todo lo que se haga
sea para complacer al FMI. En elCongreso, en vez de recibir sobres, se
podrían dedicar a analizar cómo se contrajo la deuda.
¿Y cómo vio la renuncia del ex vicepresidente Carlos
Chacho Alvarez?
Chacho se salvó. Se quiso preservar para no quedar pegado
a lo que estaba pasando en el Gobierno y creo que tuvo la idea de que
yéndose iba a poder volver con toda la fuerza. Se preservó.
Pero el problema se lo generó ahora a los que se quedaron. Los
que le dicen que no puede ponerse del lado de la oposición porque
ellos siguen siendo gobierno. No parece que Chacho esté volviendo
con toda la fuerza, que se estén dando las cosas como él
pensaba.
¿Qué piensa de Hugo Moyano?
Es amigo, es amigo. Le bauticé el hijo hace un tiempito.
A Víctor (De Gennaro) lo conozco desde hace más años,
los dos son amigos. Cuidé al padre de Víctor en momentos
muy malos.
¿Cuándo va a lanzar la candidatura?
El quince va a haber un acto que va a ser una suerte de prelanzamiento.
El lanzamiento formal va a ser en marzo.
¿Cómo va a hacer con la parroquia?
Voy a pedir una licencia por cuatro años. Fue una decisión
que me costó mucho porque me cuesta despegarme de la gente. Lo
que sí le pedí al obispo Novak, que ya redactó el
decreto de mi licencia, es que me deje seguir dando misa, que para mí
es lo más importante.
Va a tener un buen sueldo ahora.
No, pero yo lo voy a donar. No quiero saber nada con la plata. Voy
a seguir siendo la misma persona, voy a vivir en el mismo lugar de siempre
y que la gente me escupa la cara si hago algo que no debo.
Dicen que usted se animó a presentarse cuando vio unas encuestas
que le daban bien.
Hace un tiempo, Artemio López hizo una medición. Y
me daba un quince por ciento de los votos sin ser candidato todavía.
El cree que me va a dar un porcentaje mayor cuando efectivamente me presente.
¿Hay gente que le dice que no se presente?
Sí, mucha. En general los que más me quieren.
¿Y por qué le dicen que no?
Porque me quieren proteger, no quieren que me manche entrando en
política. Pero alguien tiene que cambiar las cosas. Uno abre comedores,
está bien, pero en un momento uno se harta y empieza a pensar que
las cosas tienen que cambiar.
¿Como quién le gustaría ser de los políticos
actuales?
Como ninguno. De los actuales, como ninguno.
Pero, por ejemplo, ¿Elisa Carrió no le gusta?
Algunos aspectos me gustan.
Entonces no tiene un modelo.
Si me preguntás... me gustaría ser como Gandhi.
¿Y quién encarna a su juicio los peores males de la
política argentina?
Menem ha sido terrible para la Argentina. La frivolidad... todo.
|