Por Alejandra Dandan
Es la verdad. Están
enojadas. Qué culpa tienen ellas si al bingo sólo se le
ocurre regalar las primeras veinte entradas. Y sí, hacen cola por
dos horas. Y cómo no, cómo no van a llegar antes de las
once, once y media, si hasta le dan a una la promoción, ¿vio?.
Comida gratis, mejor que la de tres cincuenta postre y bebida incluido,
ofrecida más tarde. Eso sí, si se puede aguantar hasta la
siesta mejor: el bingo sirve el té de las cinco. Todo por cuenta
de la casa, la casa del Bingo Caballito, donde un cartón cuesta
un peso y para el de tres la mesa hace vaquita. Porque esta vez la crisis
ha calado hasta en el juego. Página/12 tuvo acceso a los números
que están provocando dolores de cabeza entre los funcionarios de
Lotería Nacional. El dato: la recaudación por juego ha caído
este año casi un 30 por ciento. El motivo: la crisis económica.
El análisis de un especialista: Discúlpeme, eso que
se dice de que más miseria más se juega, no fue verdad ni
con la híper. Mientras la ciudad apura la sanción
de su Ley de Juegos para capturar lo que hasta ahora controla Lotería
Nacional, los dueños del juego oficial y clandestino están
enfrascados en puras cuentas. Los fatídicos resultados, esta vez,
no corren por culpa del azar, llegan vía presupuesto.
Un momentito, señora dice una jugadora que el
orden va para allá.
A la orden de la dama, la croupier del bingo corrige rapidísimo
el reparto de cartones. El que te toca a vos es para vos ahora
sigue la dama, nerviosísima, porque después empiezan
los problemas. Las jugadoras de la mesa son cinco. Tienen prohibido
adelantarse para comprar un cartón o pedir uno más cuando
el turno lo tiene otra. Y no es por cábala, advierte
una que guarda plata abajo del cartoncito.
En eso está la mesa cuando la croupier vuelve a dar un cartón
equivocado.
Lo querés vos dice la que lo tiene a la que debía
tenerlo.
No, no te preocupes.
Chicas... promedio de edad de la mesa: dos años de
jubiladas: mejor discutan ahora porque si sale bingo...
El bajón
Algunos adjudican la caída a la llegada de los casinos.
Eso piensa Aldo Alí Martín, presidente de Asalot o Asociación
de Agencieros de Loterías no oficiales. La entrada del casino al
puerto de Buenos Aires parece molestarlo: Pero mire que yo no tengo
nada contra el barco: a ver si me entiende. El problema es que,
dice, lo que antes la gente tenía para jugarle a la quiniela ahora
va y lo apuesta a la competencia. O sea, el casino.
Pero otros lo contradicen. Para sus colegas de la Lotería oficial,
el barco sólo capturó clientes que hasta ahora viajaban
a Punta del Este o volaban a Las Vegas.
Eso de que más pobre, más se juega no existió
ni en la híper. Acá nosotros vemos una tendencia negativa
desde hace año y medio dice María José Arias,
presidenta de la Cooperativa de la Cámara de Agencias Oficiales
de Lotería Nacional (Caoln). Su diagnóstico coincide con
el de la mayor parte de los porteños dedicados a las operaciones
de juego. Incluso con el Ejecutivo porteño que ahora hasta parece
cabalero: No sólo el barco ha traído jugadores que
antes viajaban explica un vocero de Gobierno sino que hasta
turistas nos trae.
Desde Lotería alguien se dispone a pronunciar los números
del mal. No hay sumas o restas que resuelvan los millones en baja. Y
sí dicen, acá hubo una baja terrible... nosotros
creemos que es por la crisis.
Los datos de Lotería son el resultado comparado de los últimos
dos años. Entre octubre del 98 y octubre del 99, el
organismo recaudó por laLotería tradicional 20 millones
de pesos. Un año después la cifra bajó cincuenta
por ciento: entre octubre del 99 y del 2000 se recaudaron 10 millones.
En ese mismo período, la quiniela el juego más importante
de Lotería pasó de 310 millones a 281 y hubo 40 millones
de pesos menos en el Quini y Loto.
Bingo versión femenina
Yo te digo la verdad se sincera ahora el taxista: el
bingo es para las minas. Yo prefiero las cartas, porque ahí la
trabajás vos, tu cabeza. ¿Me explico?
No se equivoca. Centralmente son las mujeres quienes ocupan las salas
de los cinco bingos porteños, aun en épocas recesivas. Cuando
la psicóloga Liliana Bava empezó a estudiar el consumo del
juego, en el 84, eran los hombres quienes se acercaban por asistencia.
Venían del hipódromo, del prode o los casinos hasta
que se abrieron los bingos que incorporaron a la mujer como jugadora.
A pesar de que la mujer es autónoma en muchos aspectos, sigue Bava,
en lo doméstico sigue vigente aquello de que la plata grande la
maneja el hombre. Y la mujer, para Bava, está en serios problemas
cuando queda a cargo de la caja chica y encima se vuelve jugadora compulsiva:
Se desespera y juega el dinero que tiene en la billetera, lo destinado
al pago de la luz o saca lo de la cuota de jubilación.
En el bingo en general, las mujeres son cinco de cada seis. Suelen llegar
todas las tardes y por regla ocupan siempre la misma mesa. Las personas
con las que juegan retoma la psicóloga se vuelven familiares,
se van generando rutinas de asistencia, donde se hacen amigas y charlan
evitando las preocupaciones domésticas. Evasión y
escapismo parecen completar el diagnóstico.
El celular suena en la mesa.
Mnm aja, aja dice la dueña y después termina:
en un rato.
Corta. Habla a la mesa:
Se me terminó la farra.
Y explica: Los chicos ya salen de la escuela. Pide un cartón
más. Lo refriega contra la mesa aunque no está considerándolo
un trapo. Es una cábala que termina cuando dobla el cartón
en tres partes. El método, explica, se lo copió a una amiga.
El partido termina. Se va.
Pero antes, me das fuego dice.
No es para un cigarrillo sino para el billete que queda prendiéndose
en el cenicero de la mesa. Otra cábala.
Pero ni el público femenino ha podido detener la caída en
la recaudación de los bingos. Como en los otros juegos, también
el bingo fue golpeado por la crisis. La recaudación de 287 millones
lograda el año pasado este año descendió a 225. Para
la Asociación de Agencieros de Loterías (Asalot) ni siquiera
las mujeres, cada vez con más participación en el juego,
podrán revertir la dramática tendencia. En un estudio al
que accedió este diario, Asalot explica que, aunque todavía
el porcentaje de población femenina en el juego es sólo
del 37 por ciento, la tendencia es creciente con posibilidades, aclaran,
de superar a la masculina. Pero lejos de ponerse contentos, los de Asalot
parecen asustados. El mercado del juego se encamina hacia el público
femenino, de no mediar cambios rápidos dicen entre sus conclusiones
y enseguida, por las dudas, agregan otro puntito: La conclusión
anterior indicaría, a mediano plazo, el achicamiento del mercado.
La causa, la caja chica.
La clandestina
La caída en la ventas de billetes golpea especialmente al mejor
negocio de Lotería: la quiniela. Disculpame dice el
dueño de una agencia, pero en el juego no se fía.
A ver si venís y encima que estás haciendo una colación
¿? vas a jugar vos con la guita mía.
Es un agenciero oficial. Trabaja con quinielas y poceados quini, loto
y afines sellados por Lotería Nacional Sociedad del Estado. La
suya es una de las 1200 agencias porteñas oficiales que padecen
la crisis. En su negocio se consume uno de los juegos con más recaudación
aun de la urbe. La encuesta de Asalot explica la intrincada fiebre por
los numeritos cifrados: Es el más jugado por lo rápido
de su efectivización y cotidianidad.
Pero además por otras cosas. Y sí dice María
José Arias, la señora mayor es la que te pasa por
el negocio tempranito para ver qué salió, después
viene al mediodía para jugarse un pesito para el sorteo de la tarde,
vuelve por el resultado: capaz que te entran cinco veces. Y por
qué, dice, no sé, capaz que no tienen nada que hacer. Pero
además por otras cosas que más que en su agencia, ocurren
en las de la clandestina: el fiado.
Las agencias extraoficiales o clandestinas suelen garantizarlo, pero además
lo hace el pasador. Está en la calle, recorre oficinas y levanta
las apuestas fuera del circuito de las agencias. El pasador fía
por un día, dos o quince. Ese sistema es combatido por las oficiales.
En Caoln calculan que son 3000 las bocas de expendio de las clandestinas.
En los locales se pueden jugar los mismos billetes que en las oficiales,
pero los comprobantes son manuscritos.
A don Aldo Alí estos desplantes no le gustan. Mientras acusan a
los suyos de una evasión anual de 800 millones de dólares,
Alí se hace a un costado y aclara: A ver si me explico, nosotros
somos 5000 familias y 10 mil personas que estamos dependiente del trabajo
este, si nos dejaran trabajar como corresponde piden la desregulación,
a Acción Social le entrarían 500 millones más.
El muerto que habla, dice Alí que le dicen al 48. Y también
dice que es uno de los terroríficos. O sea está entre los
números que, de pronto, se le ocurre jugar a todo el mundo el mismo
día. Ejemplo: 32, los años de Carlitos Menem, 33 la edad
de Eva Perón y así. Por eso entre los extraoficiales, nombre
de cortesía, existe la cobertura. Método, según
el cual, el capitalista debe cubrirse de una eventual pérdida millonaria.
Si sus agencias cada uno suele administrar unas veinte han
levantado demasiadas apuestas para el mismo número, el capitalista
juega ese mismo número en la oficial.
Porque acá, viste, no se come vidrio.
LA
LEY DE JUEGO A PUNTO DE APROBARSE EN LA CIUDAD
Quién se queda con la plata
Por
A.D.
El azar esta vez
no ganó la partida. En la urbe, aquellos que deciden los sinuosos
circuitos del juego parecen dispuestos a volverse serios, al menos esta
vez. En unos días aseguran será el 14 de diciembre
la Legislatura porteña sancionará la Ley de Juegos. Buenos
Aires no sólo tendrá facultades para disponer así
regulaciones sobre el juego, también contará con el caudal
de billetes que, hasta ahora, quedan en manos de Lotería Nacional.
La ley fue trabajada durante un año completo. Aunque confluyen
allí proyectos de todos los bloques, existen inconvenientes aún
con un pequeño detalle, casualmente millonario: el casino flotante.
No hay acuerdo acerca de su futuro entre oposición y oficialismo.
Mientras unos tienen sabuesos investigando aún la licitación,
el Ejecutivo cerró un acuerdo con Lotería Nacional que,
tácitamente, le da vía libre al casino para no levar anclas
al menos durante los próximos tres años.
La única pronunciación formal de la Ciudad sobre el juego
fue en el 96 con la sanción de la Constitución. En
el artículo 50 se estableció que la Ciudad regula, administra
y explota los juegos de azar no siendo admitida la privatización
o concesión salvo en agencias de distribución y expendio.
Este es ahora el artículo que encabeza la nueva ley y funciona
de eje en todos los temas, incluso los del conflicto.
El proyecto establece que no se tocarán los acuerdos o concesiones
que LNSE haya hecho antes del 96. Este es el caso específico
de los cinco bingos porteños. En cambio prevé que serán
suscritos a revisión los posteriores: entre ellos el único
casino. Con la inclusión del artículo 50 los impulsores
de la ley, entre ellos Jorge Srur y Enrique Rodríguez, procuran
afirmar el punto que dice: no siendo admitida privatización
o concesión.
Para muchos esa inclusión aún no zanja una batalla pendiente
entre la Ciudad y Nación. Si Lotería sigue sosteniendo que
el barco está en aguas de su jurisdicción, la Ciudad no
tendría que preocuparse por definirse ni sobre la concesión,
ni sobre los 450 millones que recauda el barco en un año.
Pero existe un pero. Y es el convenio entre el Ejecutivo porteño
y Lotería Nacional donde se acuerda que un porcentaje de lo recaudado
por Desarrollo Social, también sobre el barco, entrará a
las arcas de la Ciudad. Si Lotería firmó ese convenio
dice Rodríguez, está admitiendo la jurisdicción
de la Ciudad sobre el barco.
El convenio que aún necesita el acuerdo de la Legislatura para
entrar en vigencia prevé una serie de cuestiones vinculadas para
la Alianza a lo que llaman período de transición:
El traspaso del tema del juego no puede hacerse de un día
para el otro, explica Jorge Gimena, asesor del Ejecutivo en el tema.
Por eso allí se establece un plazo de tres años. En
la práctica no se modifica nada precisa Gimena: se
abre un proceso en el que la Ciudad empieza a plantar su banderín
en el tema juego. Y no se modifica nada porque la Alianza está
convencida del aval que conseguirá en la Legislatura para la aprobación
de un convenio que la oposición asegura no votará.
Las negociaciones con Lotería tienen una incidencia directa
con la Ciudad; si llega a aprobarse la ley, entrarán para planes
sociales 15 millones de dólares el año próximo, 20
el segundo año y entre 35 y 40 el tercero, continúa
Gimena. Hay pocos que ponen en discusión los números. Sin
embargo, Nueva Dirigencia critica el fondo del planteo: Hasta aquí
y cuando Fernando de la Rúa estaba en el gobierno querían
cerrar el casino -plantea Srur: ¿qué fue lo que ocurrió
en el medio para que los funcionarios alteren tanto su postura.
Por eso sólo aprueban la sanción si se modifican tres conceptos.
Entre ellos que Lotería retire las causas contra la Ciudad y que
admita la revisión de la concesión del casino.
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