Por
M.D.
¿Cómo
no nos van a seguir amenazando si hasta los genocidas que deberían
estar presos hacen gala de su impunidad violando incluso los privilegios
de una insultante prisión domiciliaria?. La pregunta que
formuló uno de los integrantes de la agrupación HIJOS no
es retórica. Reunidos en el último encuentro nacional de
delegados, los miembros de este organismo de derechos humanos ayer denunciaron
amenazas, persecuciones y seguimientos que se producen en todo el
país y que recrudecieron en el último año después
de cada escrache, o de cualquier actividad en la que señalamos
la impunidad de los represores y sus cómplices, amparados hasta
hoy por el poder político, aseguró Eduardo, de HIJOS
Rosario, quien prefirió no dar su apellido ya que fue él
uno de los blancos de las amenazas que se denunciaron.
Al analizar la realidad de las distintas regionales en el encuentro
realizado en la sede porteña de HIJOS participaron Mendoza, Córdoba,
Rosario, Santa Fe, La Plata, Zona Norte y Zona Oeste de la provincia de
Buenos Aires y Capital, los miembros de la agrupación denunciaron
que además de intensificarse también cambió la metodología
de las persecuciones. En Rosario, después de haber llevado a cabo
un escrache a distintos miembros de la policía provincial que actuaron
también durante la última dictadura, aparecieron en facultades
y en barrios afiches que señalaban a los militantes con datos que
delataban una importante acción de inteligencia, dijo
Eduardo. Los afiches que pegaron cerca de mi casa decían
mi teléfono, mi dirección y hasta un apodo por el que nadie
me llama desde que terminé el secundario, diciendo que era hijo
de terroristas y que HIJOS era una organización de subversivos.
Estos mismos afiches aparecieron en lugares de trabajo de las madres de
algunos miembros de la agrupación, con una frase que fue célebre
durante la dictadura: ¿Usted sabe dónde está su hijo
en este momento? En Córdoba denunció Mariana,
integrante de esa regional de HIJOS, el método fue el mismo,
los afiches aparecieron en distintas unidades académicas y se recibieron
llamadas telefónicas en las que nos amenazaron diciendo tenemos
una bala para vos, después del escrache que organizamos contra
el represor Luis Alberto Manzanelli, quien hasta hace menos de seis meses
era jefe del Círculo de Oficiales del Ejército, aun cuando
tiene un pedido de captura internacional.
Es evidente que la reivindicación del terrorismo de Estado
por parte del jefe del Ejército, que se manifiesta en discursos
cada vez más agresivos y con gestos claros como la visita a (Luciano
Benjamín) Menéndez cuando se lo detuvo por dos días
en Córdoba, alienta las persecuciones de las que somos objeto,
aseguró Ernesto, de la Regional Mendoza, pero también
nos dicen que los escraches, esta forma de construir la justicia que nos
negaron y nos niegan los distintos gobiernos se va consolidando y que
los milicos le temen a la condena social, agregó.
En la provincia de Buenos Aires, las situaciones más tensas las
vivieron los HIJOS de Zona Norte durante el último paro nacional.
Organizamos una olla popular con los vecinos del barrio Villa del
Carmen de San Fernando que fue pateada por miembros de la comisaría
1ª, mientras nos amenazaban con armas no reglamentarias, las cuales
fotografiamos. Hasta cuando HIJOS quiso desconcentrarse, la policía
reprimió con armas de fuego hiriendo a un vecino, allanó
ilegalmente la sociedad de fomento del barrio donde se desarrollaba un
cumpleaños infantil y desde entonces, como esos mismos policías
tienen jurisdicción sobre la zona en donde está nuestra
sede, venimos recibiendo amenazas directas de quienes patrullan la zona,
relató Luciana.
También en Capital Federal se denunciaron persecuciones por parte
de personas que, interpeladas en un caso por personal de la Subsecretaría
de Derechos Humanos de la Nación, se identificaron como integrantes
de la Brigada de Investigaciones, aunque no revelaron el motivo de su
presenciasostenida frente a la casa de una integrante de HIJOS. En todos
los casos los miembros de la agrupación presentaron hábeas
corpus preventivos responsabilizando al Estado por su seguridad, aunque
sabemos que es la política de impunidad alentada desde el poder
político concluyó Marina, representante de HIJOS Capital
la que permite que estas cosas sucedan.
FALSOS
MISIONEROS INFILTRADOSEN LA PATAGONIA
Pastores
truchos de Pinochet
Disfrazados
de pastores metodistas, hombres de confianza del ex dictador Augusto Pinochet
podrían haber recorrido la Patagonia, durante la década
del 70, con una siniestra misión: detectar a refugiados que
habían escapado a la Argentina tras el golpe militar contra Salvador
Allende. Alarmado por esta revelación, fundamentada en documentos
hallados en los últimos días, el obispo de la Iglesia Metodista
de Chile, Neftalí Aravena Bravo, envió un grupo de investigadores
al sur argentino para saber qué pasó con los ciudadanos
chilenos que escaparon del régimen pinochetista y, tras ser detenidos,
murieron en circunstancias nunca esclarecidas.
Los pastores truchos debían detectar a sus compatriotas
que habían salido de Chile para facilitar con esos datos su captura.
Muchos de ellos habrían sido luego desaparecidos. Esas
son las certezas que tiene el abogado que encabeza la investigación,
Juan José Soto Vargas, quien ayer explicó que la principal
sospecha recae en la actitud que tuvo entonces la Iglesia Metodista Pentecostal
de Chile cuando hombres de la dictadura chilena se infiltraron en la Argentina
como obispos y pastores de ese culto. Se
hicieron pasar por pastores, pero tienen las manos manchadas de sangre,
acusó Soto Vargas al aludir a esos falsos religiosos. Después,
el abogado adelantó que está preparando una acusación
judicial contra Pinochet.
En la década del 70, muchos religiosos provenientes
de Chile se asentaron en la Patagonia, donde levantaron templos en distintas
localidades del sur del país. Actualmente en esa región,
los metodistas tienen alrededor de 10 mil fieles que pertenecen a la Iglesia
Metodista Argentina, cuya sede central se encuentra en Bariloche y está
a cargo del obispo chileno Claudio Vera Navarrete. Según el abogado
Soto Vargas, Vera Navarrete estuvo vinculado con la dictadura
del país trasandino y contó con apoyo monetario de
Pinochet para levantar en la zona más de cincuenta templos
religiosos. Por su parte, el obispo Vera Navarrete, titular de la Iglesia
Metodista Argentina, desechó terminantemente las acusaciones y
subrayó que la Iglesia a la que pertenece no tiene que pedir
perdón por los crímenes de la dictadura de Pinochet
porque nosotros no nos metíamos en política.
Según Vera Navarrete, la gran cantidad de templos metodistas construidos
durante los 70 se hicieron a puro pulmón.
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